Rato renuncia a la posible indemnización de 1,2 millones de euros tras su dimisión en Bankia
- Pide que no se aplique la cláusula que le impide trabajar en otra entidad
- Renuncia antes de la reunión del comité de retribuciones de la entidad
El expresidente de Bankia, Rodrigo Rato, ha renunciado a la posible indemnización de 1,2 millones de euros que le correspondería, al solicitar que no se aplique la cláusula de concurrencia de su contrato, que evita que no pueda trabajar en cualquier entidad financiera en los dos próximos años.
Rato ha comunicado su renuncia a ese posible pago de forma explícita, al actual presidente de la entidad, José Ignacio Goirigolzarri, antes de la reunión del comité de retribuciones de Bankia que debía tomar una decisión al respecto.
Rato explica en su escrito, al que cita Efe, que una de las claúsulas del contrato como presidente de Bankia, firmado el pasado septiembre, impedía que continuara trabajando en otra entidad financiera.
El actual presidente, Goirigolzarri, no pudo trabajar en ninguna entidad financiera en los dos años siguientes a su marcha de BBVA, después de haber firmado una claúsula similar.
El propósito de estas condiciones, denominadas "pactos de no competencia", es que la información confidencial que utilizan los directivos de las entidades bancarias puedan utilizarla en favor de la competencia.
A pesar de la renuncia manifestada por Rodrigo Rato, todavía tiene que ser el comité de retribuciones de Bankia quien se pronuncie y decida si aplica la cláusula que supone el pago de la inmdenización de 1,2 millones de euros, lo que equivaldría al sueldo de dos años del expresidente.
La entidad ya ha recibido la petición de Rodrigo Rato, según fuentes de Bankia a las que cita Europa Press, y la decisión se someterá a consideración en la próxima reunión que celebre la comisión de nombramientos y retribuciones del consejo. Si la solicitud es aceptada, Rato podría fichar por otra entidad, desde el momento de la aceptación.
Rodrigo Rato dimitió como presidente de Bankia el pasado 7 de mayo, después de dos años al frente de la entidad, y ese mismo día propuso como sucesor a José Ignacio Goirigolzarri. Su dimisión se produjo cuando empezaba a conocerse un plan de saneamiento que ha terminado con la solicitud al Estado de una ayuda pública por valor de 19.000 millones de euros.