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7 de julio de 1982: la noche en la que los Rolling Stones vencieron a los elementos

  • Se cumplen 30 años del concierto de los Stones en el Vicente Calderón
  • La fuerte tormenta que cayó sobre Madrid no pudo frenar el espectáculo
  • Está considerado como uno de los mejores conciertos celebrados en España
  • Especial: 50 años de los Rolling Stones    

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Los Rolling Stones en el estadio Vicente Calderón de Madrid (1982)

Repertorio: Under My Thumb; When The Wip Comes Down; Let’s Spend The Night Together; Shattered; Neighbours; Black Limousine; Just My Imagination; Twenty Flight Rock; Going To A Go-Go; Let Me Go; Time Is On My Side; Beast Of Burden; You Can’t Always Get What You Want; Little T&A; Angie; Tumbling Dice; She’s So Cold; Hang Fire; Miss You; Honky Tonk Women; Brown Sugar; Start Me Up; Jumpin’ Jack Flash; (I Can’t Get No) Satisfaction

Son las 21:03 del 7 de julio de 1982. Una espectacular tormenta cae sobre Madrid al tiempo que los Rolling Stones saltan al escenario del estadio Vicente Calderón para ofrecer un concierto legendario, que ha quedado en el imaginario colectivo como uno de los más importantes de cuantos se han celebrado en España y del que ahora se cumplen 30 años.

Los Rolling Stones eran entonces la banda más importante del planeta, unos supervivientes de los 60 y de los 70 que abanderaban en esos incipientes 80 el llamado ‘arena rock’, el rock de estadio, en el que el espectáculo es tan importante como la música. Habían entrado en la nueva década con un disco irregular, Tattoo you, que en realidad era un conjunto de descartes pero en el que brillaba un tema, Start me up, que les había hecho volver a las listas de éxitos.

Llegaban por segunda vez a un país inmerso en el Mundial 82, de infausto recuerdo para una selección que aspiraba impotente a los éxitos que hoy son algo habitual. Un país aún atemorizado por la pesadilla del reciente intento de golpe de Estado pero que a la vez estaba a punto de culminar el proceso de transición con la victoria del PSOE en octubre de ese mismo año. Un país que encontraba en el rock una forma de mostrar sus ansias de modernidad. Y los Rolling Stones eran modernos, pese a contar ya en aquel momento con 20 años de trayectoria.

No era este, como decimos, el primer concierto de los Stones en España. En 1976 habían actuado en la Monumental de Barcelona, una actuación que abrió la puerta a la llegada de las grandes estrellas internacionales a España. Pero el de Madrid sería el primer gran show que lograba congregar en España a decenas de miles de personas.

Las crónicas de la época relatan el asfixiante calor que vivieron los más de 60.000 espectadores que se congregaron en el estadio del Atlético de Madrid en aquella tarde de julio.

Mientras esperaban a la salida de los teloneros, la J. Geils Band –que saltó al escenario con una hora de retraso, debido a los problemas de acceso al campo- los asistentes se duchaban con agua mineral, coca-colas y cualquier líquido que pudiera rebajar el bochorno. Los técnicos regaban con mangueras a los espectadores de las primeras filas.

Amplio dispositivo policial

Todo ello bajo la atenta vigilancia de un amplísimo dispositivo de seguridad: en torno a 600 policías nacionales y 500 municipales, según la crónica de ABC, que apenas tuvieron trabajo ya que los ‘rockeros’ –con comillas, como recogían los periódicos de la época- dieron una lección de civismo que pocos esperaban.

Entre los asistentes, rostros muy conocidos como el entonces secretario general del PSOE y próximo presidente del Gobierno, Felipe González, o los músicos Ana BelénVíctor Manuel o Ramoncín.

Cuando Jagger, Richards, Wood, Wyman y Watts –sí, entonces todavía eran cinco- salieron al escenario, por un momento pareció que el mundo se iba a acabar.

“Como si estuviera preparado por un manager particularmente influyente, los cielos se abren en un tormentado apocalíptico: la cortina de agua es tan espesa que difumina el escenario.  Una valla de uralita se derriba con estruendo, los rayos cruzan muy decorativamente por encima de las cabezas de la gente”, narraba Rosa Montero en la crónica de El País del día siguiente.

Los racimos de globos que decoran el escenario caen sobre las primeras filas y los paneles laterales son sujetados a duras penas por los técnicos. Pero la banda arremete con fuerza Under My Thumb como si nada estuviera pasando mientras el agua inunda el piso sobre el que Mick Jagger intenta mantenerse en pie.

"Era de día cuando comenzó el concierto. Se cubrió el cielo rápidamente y empezó a llover. El decorado quedó a merced del viento y en medio de esa furia desatada saltaron al escenario y comenzaron a tocar. Irrepetible", recuerda en una entrevista para EFE el cantautor Víctor Manuel.

A estas alturas ya está claro que la lluvia no va a detener a los Stones, que van desgranando un repertorio formado temas nuevos y clásicos como You Can’t Always Get What You WantBrown Sugar o Angie. Mick Jagger se cambia de ropa y corretea por el escenario como un chaval. “Da gusto pensar que tiene 38 años y todavía tiene humor para estas cosas”, escribe en su crónica de El País J.M. Costa.

Y es que a la prensa española no dejaba de extrañar que unos tipos que rondaban los 40 fueran capaces de mantenerse en activo. Qué pensarían hoy si supieran que esos mismos músicos, superada de largo la edad de jubilación, son capaces de seguir llenando estadios.

Cuando dos horas después del inicio del concierto, durante la interpretación de la inevitable (I Can’t Get No) Satisfaction, Mick Jagger salió envuelto en una bandera española, las 60.000 almas que llenaban el Calderón tenían ya el convencimiento de que habían asistido al concierto de sus vidas.

Los Rolling Stones volvieron en numerosas ocasiones a España. Prácticamente en cada una de sus giras mundiales este país ha sido una escala habitual.

Rolling Stones

Pero para el recuerdo siempre quedará aquel día de San Fermín de 1982 en el que la banda venció a los elementos para ofrecer uno de los mejores conciertos de su historia.