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Chavela Vargas en diez canciones

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Chavela Vargas llegó a México a punto para la Edad de Oro de la música mexicana.

La temporada inaugural del Teatro Follies Bergere en el DF, a cargo de Agustín Lara y Mario Moreno "Cantinflas”, dio comienzo oficiosamente a una de las etapas más ricas y productivas de la canción popular melodramática. Corría el año 1936 y la Chavela adolescente llevaba ya tiempo buscándose la vida en las calles y plazas de la gran ciudad.

Mientras algunas de las canciones sentimentales más profundas y hermosas de la música popular se estrenaban en teatros y emisoras, la joven Chavela luchaba por sobrevivir con subterfugios y picarescas.

Hasta los años 50, cantaba solo esporádicamente y su carrera discográfica solo comenzaría en 1961, cuando la cantante contaba ya 42 años, pero valsesbolerosrancherascorridos y huapangos románticos y desgarrados cobrarían vida propia en su voz dura y salvaje. Para muchos es la mejor intérprete que ha podido tener la canción popular mexicana.

Recordemos a Chavela en sus versiones personalísimas de algunos de los temas inmortales del repertorio mexicano.  Cualquier canción en sus manos se convierte en algo trágicamente mágico e inédito.

"Un mundo raro” de José Alfredo Jiménez, su amigo y protector

Versión en directo en el Carnegie Hall de Nueva York en 2003, con una Chavela de 84 años, la del final, que ha perdido la voz y que no se considera cantante pero que sabe expresar con su experiencia infinita lo que muchos sienten pero todos callan.

Su primera grabación fue en 1966 con el acompañamiento a la guitarra del virtuoso Antonio Bribiesca. Las frases del compositor de Guanajuato se convierten en declaración de principios cuando las canta Chavela:

Es preciso decir otra mentiraLes diré que llegué de un mundo raroQue no sé del dolor, que triunfé en el amorY que nunca he llorado

”.

La noche de mi mal”, “Corazón, Corazón”, “Cuando vivas conmigo”, “Ella” o "Amanecí en tus brazos” son otras composiciones de José Alfredo que serían grabadas por Chavela a lo largo de los años. Además de las canciones, las vidas de ambos estuvieron marcadas por la maldición del alcohol tantas veces cantada en las canciones como único consuelo para las penas del amor.

“Noche de ronda” de Agustín Lara

Una de las piezas más conocidas del compositor de valses y boleros con una vida más novelesca. Lara regaló la canción a su hermana María Teresa, cuya firma aparece bajo el título en vez de la suya.

Chavela y el pianista de Veracruz compartieron más de una noche de farra y, en su voz, la ronda que suena a lo lejos haciéndonos lamentar los amores perdidos se convierte casi en una comparsa fúnebre que se acerca y nos acecha desde el más allá triste y silencioso donde conviven los que sufren las penas del desamor. “Y se acaba por llorar”.

“Adoro” de Armando Manzanero

Pianista de gran educación académica y directivo discográfico -de la época en que los que alcanzaban cargos de responsabilidad en la industria eran músicos, no ejecutivos-. Una canción optimista y exultante:

Eres mi luna, eres mi sol, Eres mi noche de amor. Y me muero por tenerte junto a mi

Una excepcional interpretación de Chavela que se muestra serena y contenida en contraste con su habitual dramatismo. Sensibilidad, buen gusto y nada de clichés ni estereotipos. La marca de una artista.

"Macorina" de autor desconocido con letra de Alfonso Camín

Una canción cubana bullanguera y sensual dedicada a una prostituta elegante y famosa. Los orígenes del tema se pierden en las noches cubanas de música y diversión. Chavela Vargas, que cantaba las letras dedicadas a mujeres sin preocuparse de cambiarlas, la hizo suya: una mujer requiriendo las caricias de otra sin tapujos pero con rabia incombustible.

De 1961, en el primer álbum de la cantante, Noche  Bohemia, escuchamos a la Chavela de la plenitud con cualidades vocales que después perdería.

“Volver Volver” de Fernando Z. Maldonado

Éxito de 1972 en la voz de Vicente Fernández que, en entrevistas promocionales de la época, alardeaba de haber añadido el tercer “volver” al estribillo, originalmente: “Y volver volver a tus brazos otra vez”.

La de Chavela en 1973 fue una de las primeras versiones de esta canción ranchera que parece hecha a su medida: “Yo sé perder, quiero volver”. El dramatismo y desgarro de la voz de Cavela quitaba a la canción mexicana el aire festivo del mariachi y, de hecho, prefería habitualmente acompañamientos más íntimos para sus interpretaciones.

“Zandunga”, canción tradicional con letra de Máximo Ramón Ortiz

Procede del itsmo de Tehuantepec. Un enamorado requiebra a su amada para que le deje pasar la noche en su choza.

Pero como no llegaste, Tuve que venirme solo

”.

Por Chavela se convierte en una recriminación llena de rencor e intensidad. Declamatoria y desgarrada, no tiene nada que ver con "Sandunga", la versión de Carmen Molina (con intervención del Pato Donald incluida) que hizo famoso el tema fuera de México en 1944 en la banda sonora de “Los tres caballeros” de Walt Disney.

“Luz de Luna” de Álvaro Carrillo

Compositor de canciones como “Amor mío” o  “Sabor a mí”, que se hicieron famosas por Trío Los Duendes o Javier Solís. Nacido en San Juan Cacahuatepec, Estado de Oaxaca, también fue un excelente intérprete de sus propias canciones.

Una canción preciosa sobre el amor perdido que la Chavela anciana canta con voz entrecortada y casi llorando, en directo y en plenos años noventa. Es uno de los temas que aparecen en la banda sonora de Kika (Pedro Almodóvar, 1993).

“La Llorona”, tradicional

Aunque seguramente es más antigua, es una de las canciones más conocidas de la Revolución junto con “La Cucaracha” o  “La Adelita”. Se trata de un son procedente del istmo de Tehuantepec, en Oaxaca. Su letra tiene múltiples variantes según la época.

Si ya te he dado la vida, Llorona¿Qué mas quieres?¿Quieres más?

La de Chavela es una de las piezas más emblemáticas de su repertorio que la cantante  grabó en diferentes ocasiones, cada vez con voz más ronca y más dramática. Un verdadero responso por el amor perdido.

"Juan Charrasqueado" de Víctor Cordero

Uno de los corridos de la Revolución que interpretó Chavela en su álbum monográfico de 1970.

Son canciones que cuentan historias, originalmente de la vida real. La voz de la cantante, ya bastante dañada por su vida desordenada, consigue, sin embargo, matices de expresividad casi teatral y a la vez parece mantener un ligero tono humorístico: una mujer como Chavela, irrespetuosa y rebelde, no puede tomarse en serio a este desgraciado Don Juan “borracho, parrandero y jugador”.

"Amanecí en tus brazos", de nuevo José Alfredo Jiménez

Una canción enfermiza y desordenada, la fiebre del amor sin control y sin ningún tipo de barreras. Chavela la borda, parece crecerse con los tartamudeos sentimentales de José Alfredo.

Tú me querías decir no sé que cosaPero callé tu boca con mis besosY así pasaron muchas, muchas horas

”.

Es una de las canciones que la cantante eligió para su primera gira de recitales en varias capitales españolas en 1973, ella sola con su guitarra y sus canciones desesperadas y profundas. Pocas veces se recuerda que Chavela era una guitarrista competente que se acompañaba a sí misma en sus largas presentaciones de hasta dos horas.