El carguero espacial japonés, basurero de la ISS, concluye su misión
- El Kounotori 3 se ha encargado de llevar suministros a la Estación Espacial
- Lleva todo tipo de carga, repuestos e ítems personales para los tripulantes
- Actúa como camión de la basura, ya que se destruye antes de llegar a la Tierra
Una vez retirados del servicio los transbordadores espaciales de la NASA, una flotilla de naves de carga se encarga de llevar suministros a la Estación Espacial Internacional, ya que sus seis tripulantes tienen bastante complicado salir al súper a comprar.
Entre ellas están los Vehículos de Transferencia H-II de la Agencia Japonesa de Exploración Aeroespacial, el tercero de los cuales, bautizado Kounotori 3, Grulla Blanca 3, termina este miércoles su misión.
Con unas medidas de 10 metros de largo y 4,4 metros de diámetro, y un peso máximo al lanzamiento de 10.500 kilogramos, los H-II son capaces de llevar a la Estación hasta 6.000 kilos de carga, aunque ninguno de los tres lanzados hasta ahora ha ido cargado a tope porque el volumen de los suministros que llevaban lo ha impedido.
En este caso la carga total fue de 4,6 toneladas, de las que 3,5 iban en el compartimento presurizado y 1,1 en el compartimento no presurizado.
El compartimento presurizado es el que ocupa la parte frontal de los H-II y es el que se acopla a la Estación Espacial Internacional, en concreto en el módulo Harmony.
Esto permite que una vez que se ha comprobado la estanqueidad de la unión y se han abierto las compuertas los astronautas puedan tener acceso al interior del H-II en mangas de camisa, facilitando las tareas de carga y descarga.
“Los H-II tienen la ventaja de tener una compuerta de acceso mayor que otros cargueros“
Los H-II, además, tienen la ventaja de tener una compuerta de acceso mayor que la de los cargueros Progress rusos y los ATV de la Agencia Espacial Europea, por lo que pueden llevar cargas de mayor tamaño que estos, aunque a diferencia de estos no atracan automáticamente en la ISS sino que son capturados y colocados en su sitio con el brazo robot de esta por lo astronautas cuando está lo suficientemente cerca.
Inventario
Los 3.500 kilogramos de carga incluyen 2.135 kilos en equipos y piezas de repuesto, entre ellos una bomba de circulación de agua para sustituir una estropeada en el laboratorio espacial japonés, un lanzador de CubeSats y cinco de estos nanosatélites, y un telescopio comercial modificado al que ahora se le conoce como Sistema de Visualización e Investigación Ambiental o ISERV.
“La carga incluye un acuario para ver cómo reaccionan los peces a la ausencia de gravedad“
También incluyen 700 kilos de experimentos científicos, entre ellos un acuario para ver cómo unos peces de arroz japoneses reaccionan y se adaptan a la ausencia de gravedad, 525 kilos de comida, y 140 en ítems personales para la tripulación.
Después del módulo presurizado está el compartimento no presurizado, que está abierto al espacio, en el que viajan experimentos y equipos para ser instalados en 'la terraza' de Kibo, la parte abierta al espacio del laboratorio espacial japonés, a las que se accede mediante el brazo robot de la Estación.
En esta ocasión la carga está alojada un contenedor múltiple en el que van cinco experimentos y módulo de comunicaciones de la NASA diseñado para probar el uso de radios por software en el espacio.
Completan la estructura de los H-II el módulo de aviónica, donde básicamente van todos los sistemas de control y comunicaciones, y el módulo de propulsión con los motores.
Destruidos antes de llegar a la Tierra
Los H-II no están diseñados para volver a tierra al acabar su misión, sino que se destruyen mediante una reentrada controlada en la atmósfera.
“Actúan como los basureros de la ISS“
Por este motivo, que durante esta fase final de la misión actúan como los basureros de la ISS, pues van cargados de cosas que ya no se necesitan allí arriba y que resultan incineradas en la atmósfera junto con la nave.
El Kounotori 3 lleva además a bordo un par de grabadoras de datos que irán recogiendo y retransmitiendo información acerca del proceso de reentrada con el objeto de poder mejorar el diseño las naves para que este tipo de maniobras sean aún más seguras.