El cepillo de dientes que sirvió para reparar la Estación Espacial Internacional
- Un par de imprevistos provocaron un problema importante en su sistema eléctrico
- Fue necesario improvisar procedimientos y herramientas para solucionarlo
La Estación posee sistemas redundantes para minimizar cualquier avería
Cualquier actividad en la Estación Espacial Internacional está programada con mucha antelación para evitar sorpresas, pero a veces hay que improvisar un poco, tal y como fue necesario hacer cuando Sunita Williams y Akihiko Hoshide tuvieron que usar herramientas fabricadas a bordo para poder terminar de hacer una reparación, incluida una hecha con un cepillo de dientes.
El problema comenzó con el paseo espacial del pasado el 30 de agosto durante el cual los dos astronautas intentaron reemplazar un componente del sistema eléctrico de la Estación denominado Main Bus Switching Unit 1 que estaba estropeado.
Esta es una de las cuatro unidades iguales instaladas en el exterior de la Estación que regulan la distribución a los distintos subsistemas de la energía eléctrica que generan los paneles solares de esta.
A la hora de retirar la unidad estropeada se encontraron con dificultades al desatornillar las tuercas que la sujetan en su sitio, conocidas como H1 y H2, y Hoshide tuvo que aplicar más fuerza de la prevista para ello.
Una vez que lo consiguió y que retiraron la MBSU estropeada se encontraron con que tanto en los huecos de las tuercas como en la parte posterior de la unidad retirada había limaduras metálicas.
Tras proceder a limpiarlas soplando con un bote de nitrógeno comprimido y metiendo una herramienta puntiaguda en los huecos intentaron instalar la nueva MBSU en su sitio pero fue imposible acabar de atornillar la tuerca H2.
Esa es la más larga de las dos que sujetan la unidad, y a pesar de todos los esfuerzos de los astronautas se quedaba como a cinco vueltas de entrar del todo, con lo que la MSBU no hacía contacto eléctrico con el resto del sistema ni con las placas de refrigeración que la enfrían.
Al llegar a las siete horas de paseo espacial desde el control de la misión les ordenaron ir recogiendo, pues se acercaban al límite de los suministros de sus trajes espaciales, así que dejaron la MSBU sujeta por la tuerca H2, aunque no funcionando.
Sustituir la MBSU-1 no era especialmente crítico en un primer momento porque todos los sistemas de a bordo están diseñados de forma redundante y porque además aunque presentaba fallos intermitentes seguía manteniendo la capacidad de distribuir electricidad.
Pero al quedar la nueva sin conectar dos de los ocho canales de distribución de electricidad de la Estación quedaron desactivados, lo que tampoco era especialmente grave hasta que un par de días después falló un regulador de voltaje en otro de los canales, lo que dejó al sistema eléctrico en un estado no redundante.
Con esto de repente la urgencia para dar con una posible solución aumentó, aunque ya estaban trabajando en ello desde el momento mismo en el que terminó el paseo espacial fallido.
Así que menos de una semana después del primer intento Williams y Hoshide volvían a salir al espacio armados con un nuevo plan de trabajo y unas nuevas herramientas diseñados con el apoyo de los equipos de tierra, que habían estado trabajando con duplicados de la unidad a sustituir y su punto de conexión con la Estación así como con una lista de los objetos disponibles a bordo.
Y es que los dos astronautas llevaban con ellos un par de herramientas especiales para acometer la tarea, en concreto un cepillo de dientes unido a un asa de las que se usan en los paseos espaciales para manipular objetos pequeños y un cepillo de cerdas metálicas construido con otra de estas asas y trozos de alambre convenientemente recortados y fijados a este.
Con ellas y un par de botes de nitrógeno comprimido fueron capaces de limpiar las limaduras de los huecos de los tornillos y lubricarlos, y tras un poco de esfuerzo y del tradicional sacude y empuja mientras atornillas algo, la MBSU-1 quedó finalmente instalada en su sitio y en funcionamiento.
En un futuro paseo espacial habrá que sustituir el regulador de voltaje que falló, pero con el sistema eléctrico de la Estación funcionando al 87,5% no es una tarea especialmente urgente.
Salvando las distancias, esta capacidad de improvisar herramientas es la misma que salvó a los tripulantes del Apolo XIII cuando tuvieron que hacer uso de su módulo lunar como una especie de bote salvavidas y hubo que adaptar los filtros de dióxido de carbono del módulo de comando para su uso en este, ya que eran incompatibles por su forma.
Esa capacidad de improvisar es también la que permitió a Mike Massimino con el apoyo de los equipos de tierra completar una de las tareas de mantenimiento del Hubble en la misión STS-125 a pesar de un tornillo atascado.
Y es a menudo una de las mejores justificaciones de la necesidad de que los humanos sigamos saliendo al espacio, por muy impresionantes que sean los logros de las sondas robot.