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El diseñador Nicolas Vaudelet presenta una colección inspirada en la Bretaña Francesa

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Nicolas Vaudelet saluda tras el desfile
Nicolas Vaudelet saluda tras el desfile.

Un viaje a la infancia es el punto de partida de la colección de primavera y verano de 2013 de Nicolas Vaudelet. Nació en Fréhel, una localidad costera de la Bretaña francesa, y ahora, 36 años después, vuelve a ella en busca de inspiración. La encuentra en el azul del océano Atlántico, en la landa roja y amarilla y en la ropa que llevan los trabajadores del campo y los pescadores.

Las prendas de día son cómodas y tienen vocación de fondo de armario. Abre el desfile una prenda para la lluvia en color mostaza con la que deja claro que el diseñador no solo hace vestidos red carpet.

Revisa códigos de la ropa de trabajo

Vaudelet descontextualiza después monos de trabajo y petos para insertarlos en el armario de una mujer sofisticada, de intensa vida social. No es el único contraste. Los tejidos de distinta naturaleza juegan al encuentro y así vemos vestidos realizados en algodón de textura rústica que llevan bordados de fina seda.

Se adivinan detalles de rebeldía, como vestidos desflecados, costuras vistas y prendas que parecen sin terminar. También guiños a los códigos masculinos. En azul vemos vestidos de cuello camisero que están hechos con pliegues que rodean el cuerpo, abrazándolo.

Un novio con peto

Hay vestidos mini de cuerpo muy estructurado y minifalda dorada, como los campos de trigo en los que jugó de niño. También prendas de piel vuelta, entre las que destaca un traje para chico, una de las cuatro propuestas masculinas que el francés ha presentado en Madrid.

El cierre lo han puesto dos novios. Ella, romántica, con un vestido sencillo sin mangas y cuello caja con encajes y bordados en el bajo y en la cola. Él, en contraste, con un peto en blanco roto de pantalón de esmoquin y tirantes negros acompañado con una camiseta panadera blanca.

De París a Madrid

Vaudelet se curtió en talleres exquisitos como los de Lacroix, Jacobs, McQueen, Galliano y Gaultier donde colaboró en el vestuario de una gira de Madonna. Después repitió con Joaquín Cortés y fue cuando conoció a Macarena Blanchón, que llevaba los asuntos del bailaor.

De ese contacto salió un billete para España y dio sus primeras puntadas en El Caballo. Desfiló en Cibeles con esta firma (curiosamente cuando Gaultier hacía las colecciones de Hermés) y luego quiso coser en solitario pero no encontrar hueco en la pasarela madrileña optó por desfilar por separado.

Preparando sus armas

Este ha sido su segundo desfile en solitario. El anterior, de otoño e invierno 2012/13, se llama Krasna Zima, estaba inspirado en los movimientos constructivistas del arte ruso y tenía un claro estilo militar. Los aplausos del desfile siguen sonando a su alrededor para acompañar las buenas noticias.

Vaudelet pronto comenzará a vender online y también en una tienda multimarca que su grupo de socios va a abrir en Madrid. Además prepara el vestuario del nuevo montaje del Ballet Nacional Español. Es la silenciosa conquista de este francés al que un “no” de Cibeles no hizo más que animarle a seguir luchando.