Enlaces accesibilidad

Pong cumple 40 años: un videojuego tan antiguo, tan antiguo que ni siquiera era digital

  • La versión original creada por Atari data de 1972
  • Fue el origen de la industria de los videojuegos comerciales modernos

La primera versión estaba construida con circuitería electrónica

Por

El 29 de noviembre de 1972, hace ahora 40 años, un extraño artilugio salía del taller de Atari, por aquel entonces una jovencísima empresa que pretendía prácticamente inventar un nuevo mercado, con conceptos y aparatos como los videojuegos, las videoconsolas y las máquinas recreativas de videojuegos.

Se llamaba Pong unas palancas a modo de mandos y una ranura en la que echar monedas. Esos fueron los humildes comienzos de una compañía pionera fundada por Nolan Bushnell y Ted Dabney en Estados Unidos el verano de ese mismo año. El juego en sí lo desarrolló Allan Alcorn, un ingeniero cuyo nombre también ha pasado a los anales de la informática y la industria del entretenimiento.

La palabra clave aquí es «desarrolló». No «programó». La diferencia es sutil, pero es que aquel primitivo videojuego ni siquiera era digital: no había un ordenador detrás, ni un microprocesador ni nada parecido. Su corazón eran circuitos electrónicos con resistencias, transistores y condensadores, lo que los técnicos denominan lógica discreta, algo muy diferente al hardware y al software actual en el que una parte está dedicada a la máquina y otra a las instrucciones programables que indican a cada componente cómo funcionar.

Antes de Pong habían existido antes otros videojuegos, la mayor parte no comerciales, a modo de puros experimentos. Uno muy destacable y en cierto modo precursor del Pong fue el Tenis para dos (Tennis for Two) de William Higinbotham en 1958, en el que se utilizaba la pantalla de un osciloscopio para simular un partido de tenis. Curiosamente, la «física» de este videojuego era más compleja que la del Pong de Atari, puesto que la vista del juego es lateral y la trayectoria de la pelota simula los efectos de la gravedad, así como los impactos de las raquetas ¿ todo con circuitos electrónicos.

La versión de Pong que llegó a los salones de máquinas recreativas estuvo precedida de un prototipo creado con una cabina de madera, en la que se adaptó el dispositivo de monedas de una de las máquinas de lavanderías y se usó un viejo televisor como pantalla. La gente de Atari la puso durante un día a disposición del público de un local para comprobar su reacción.

Aquí surge una de las anécdotas más conocidas del mundo de los videojuegos: el fundador de Atari recibió una llamada del dueño del local quejándose porque la máquina se había «atascado», dejando de funcionar. Al ir a comprobar qué sucedía, vieron el cajetín de las monedas repleto a rebosar: ya no cabían más monedas. Cambiaron lo que era un cartón de leche donde habían estado cayendo por un recipiente más grande y problema solucionado. Todo un excelente augurio sobre lo que sería su aceptación popular.

Tras lanzarse al mercado, el éxito de Pong redefinió no solo lo que sería la primera generación de videojuegos sino también las fórmulas de negocio entre los creadores de estos juegos, los distribuidores y los intermediarios de una nueva industria. Por Atari pasarían algunos de los genios de la época, incluyendo Steve Jobs y Steve Wozniak «Woz», fundadores a la postre de Apple Computer ¿ la mayor empresa del mundo en la actualidad. Era la época hippie de los videojuegos, en la que los creadores de aquellos chismes vestían vaqueros en el trabajo y eran tratados como auténticas estrellas del rock.

Pong cumple ahora 40 años, pero durante todo este tiempo nunca ha desaparecido: ha existido de una forma u otra en infinitas variantes, versiones copiadas, incluso plagiadas y revendidas por otros fabricantes de la época. Ha habido tenis, fútbol, hockey y decenas de otros «juegos de deportes» basados en la misma idea. Y cientos han sido las plataformas informáticas y de máquinas analógicas de videojuegos que han incorporado alguna variante de Pong como parte de su oferta en estos 40 años.

Varios fueron los problemas a los que se enfrentó la compañía para hacer valer la originalidad de su «invento»: por un lado, al no ser un «software» como los de hoy en día no era fácil hacer valer las leyes del copyright al respecto de aquella época (que además eran antiguas y confusas respecto a esos avances). Por otro lado el tenis en el osciloscopio de Higinbotham ¿que databa de 1958¿ se consideró una «obra anterior» en algunos juicios e invalidó las peticiones de Atari.

Por suerte para todos, en este cuento de hadas de videojuegos Atari se dedicó a otras cosas además del Pong y tuvo una larga y fructífera vida, creando algunos de los mejores videojuegos de la historia.