Elie Saab quiere seducir a las estrellas de cine
- El libanés propone varias variaciones del mismo vestido
- Jean Paul Gaultier reinterpreta el estilo Bollywood
- Los colores de África inspiran la elegante apuesta de Giorgio Armani
- Carmen Dell´Orifice y otras decanas de la moda vuelven a París
Los colores, los olores, las texturas, los sonidos y los sabores de La India llegan a la pasarela de Jean Paul Gaultier con una colección que despierta todos los sentidos. El francés reinterpreta vestimentas tradicionales del país añadiendo toques de otras culturas como la zíngara. Todo en un puzle de ideas que resulta enriquecedor.
Colores de las especias como azafrán, canela o el pimientón se acercan a distintos tonos de negro, verdes irisados, berengena y blanco para reflejar distintas sensaciones. El embrujo de bombay se centra en las salidas de noche y vemos vestidos largos con cascadas de pailletes que juegan con las transparencias.
Entre tanta mezcla, y al son de La Vie en Rose en versión Bollywood, sale la novia. El vestido, con patchwork de telas, ideas y mensajes, se levanta y aparecen unos niños vestidos de colores vibrantes. Es la metáfora de la vida, y a la vez de la mujer y la belleza.
Bordados con polvo de estrellas
¡Si funciona, mejor no tocarlo! Esto debe pensar Elie Saab que, una vez más, lanza sobre su pasarela variaciones de sus ya clásicos vestidos.
Comienza el desfile con diseños en blanco de línea sirena con bordados de pailletes y cristal del mismo tono. Van rejuvenecidos con finos cinturones y cuellos de camiseta, quizá buscando seducir a una clienta (actriz a ser posible) mucho más joven. Después, el mismo vestido con línea princesa y falda de bolsillo, con mangas o sin mangas y , como novedad, un mono con bordados de estilo ornametal.
Vestidos de alfombra roja
Blanco roto, perla y nude, que aburre a las ostras, van dejando paso a malvas, rosas, champagne y cobre que, por suerte, quedan eclipsados rápidamente por el rojo intenso y el negro, que hace irresistibles bordados de filigrana en azabache
Otra de las novedades es el patchwork de bordados y estampados de encaje que decora algunas salidas y que destaca entre la repetitiva y monótona idea general del desfile.
La novia, una vez más, se lleva el protagonismo por lo majestuoso, ampuloso y barroco. Un diseño con bordados de corte clásico con escote palabra de honor y falda de volumen generoso e irreal.
África seduce a Armani
Giorgio Armani también se aleja de la tendencia dominó. Su propuesta destaca por la intensidad del color, con el rojo rubí como color fetiche. Azafrán, limón y verde esmeralda se mezclan con negros y estampados de rayas bicolor, una de las señas de la casa, para crear bellas combinaciones cromáticas.
Para la primavera y el verano de 2013 cambia su adorada, o quizá agotada, Asia para viajar a África en busca de inspiración. Este continente, rico en colores y culturas, presta estampados, artesanía y formas a una propuesta que logra mezclar exotismo y clasicismo para llenar el armario de sensualidad y elegancia.
Collares y pendientes XXL
Vemos diseños con siluetas más fluidas que en otras ocasiones que se retuercen, pliegan o envuelven el cuerpo creando vestidos asimétricos que logran mantener a raya los tejidos con grandes broches. Esta es otra de las características de la colección. Collares, pendientes y otros complementos se llevan en tamaño gigante. Unas veces como simple elemento decorativo y otras llevando a cabo su misión, como los collares que restan “peligrosidad” a los escotes.
Los sastres provocan una figura esbelta. Los pantalones pitillo se llevan con chaquetas entalladas de escotes trabajados, con cortes geométricos, siempre en tonos metalizados suaves que, como el resto de la colección, se construyen con mikados y Jacquard de seda, satén y organza.