¿Es cierto que la baba de caracol rejuvenece?
- El producto que se vende como baba de caracol es una preparación comercial
- Contiene alantoína, un cosmético calmante y protector de la piel, en forma de gel
- La baba de caracol real tiene alanteína, pero en una concentración muy baja
Promete una piel joven, tersa, suave, sin cicatrices, estrías ni acné. La baba de caracol se anuncia como el secreto mejor guardado de los gasterópodos que lucen un cuerpo fresco y terso. Sin embargo, este producto poco tiene que ver con el moco que secretan estos animales para ayudarse en la locomoción.
“Es un nombre comercial espantoso“
“El nombre es tan solo una presentación comercial”, explica a RTVE.es Oriol Cintas, gerente de la empresa cosmética Puranic. “En realidad no es baba natural sino una gelificación hecha a partir de polímero carbopol. Este compuesto transforma el agua en gel, preparación semisólida con cierta elasticidad”. Esta preparación simula una textura la baba del gasterópodo. “Es un nombre comercial espantoso”, añade este experto y ríe.
Esta preparación sirve de vehículo para que penetre en la piel la molécula alantoína, que es la que tiene algunas propiedades de las que presume este producto viscoso. Según la Agencia Española del Medicamento, la alantoína es un producto cosmético calmante y protector de la piel.
Es cierto que la baba de caracol real contiene alantoína, pero en concentraciones muy por debajo de las dermatológicamente útiles, que según la FDA deben ser entre un 0,5 a 2,0 %. Para conseguir la cantidad necesaria que requiere la formulación, la alantoína se sintetiza en el laboratorio o se obtiene a partir de productos de deshecho del metabolismo de primates y aves.
Beneficosa en las primeras fases de las estrías
La baba de caracol comercial hidrata mucho gracias a la combinación de la alantoína -que aumenta la capacidad de absorción de agua de la matriz intercelular y la queratina, proteína que forma la parte externa de la piel- y del gel en el que va embebida la molécula. “Esta hidratación es beneficiosa para frenar la progresión de la formación de estrías cuando están en las primeras fases, de color rosáceo”, señala la dermatóloga Isabel Longo del Hospital Gregorio Marañón, en Madrid. “En las establecidas, de color blanco, ya no hace ningún efecto”.
También proporciona un efecto aparente de frescura, piel renovada y nueva porque esta molécula disuelve el cemento que mantiene unidas las células córneas, lo que ayuda a eliminar las células muertas de la capa más externa de la piel. Sin embargo, según Cintas “lo idóneo sería mantener la piel joven más tiempo, no sacrificarla”.
“Acelerar el ritmo de generación de dermis es someterla a un estrés que no es sano“
Tal y como claman los anuncios, la baba de caracol también favorece la cicatrización. La alantoína promueve la proliferación células, es decir, la regeneración del epitelio dañado. De acuerdo con Cintas, esta propiedad, tampoco es beneficiosa porque “acelerar el ritmo de generación de dermis es someterla a un estrés que no es sano desde el punto de vista dermatológico. En vez de retrasar el envejecimiento lo acelera. Es como poner la máquina de fotocopias a tope”.
La molécula también tiene propiedades calmantes ya que “la inflamación que produce molestias mejora al cicatrizar, aunque no siempre”, apunta Cintas. En definitiva, la baba de caracol no es la panacea. Mejora el aspecto de la piel, pero no revierte el envejecimiento ni mucho menos. Su uso en farmacia tiene más sentido, las cremas con alantoína están indicadas para el tratamiento de úlceras, heridas de curación lenta y quemaduras.