Raf Simons exprime los códigos de Dior
- Raf Simons triunfa con los clásicos y patina con las novedades
- Mouret, Chalayan y Balmain apuestan por las geometrías
- Alber Elbaz recupera horrores de los 80 y el estilo rap
Un nuevo concepto de minimalismo pero también de moda y tendencia. Raf Simons vuelve a exprimir el lujo para obtener la esencia de la nueva costura. El negro es la tinta con la que escribe su declaración de intenciones pero no se olvida del dúo que tanto le gusta: rosa suave y blanco. Vemos sastres con una suavizada chaqueta Bar, y minivestidos muy veraniegos con cuerpo corsé y falda más corta por delante, otro de los gustos de Simons.
Abundan los clásicos de la casa, como los vestidos de cuerpo con escote palabra de honor y falda lady con bolsillos, o los cortes y recogidos asimétricos en faldas y chaquetas. No faltan las prendas versátiles, como los abrigos-vestido y destacan prendas como los tops babero de formas irregulares.
No convencen los vestidos que parecen de ganchillo pero enamora un soberbio abrigo en rojo intenso que acaricia el cuello con un lazo y los dibujos de caras de mujer que se estampan en vestidos de línea recta, muy sencillos.
Hay prendas con estampado pata de gallo y vestidos que juegan a las transparencias con bordados de flores.Otro de los motivos, estampado o aplicado, es un zapato de salón, un punto divertido que resta seriedad a la propuesta. Destaca, por su novedad, el punto grueso, y vemos jerséis de ochos en blanco y negro que crean inquietantes juegos ópticos.
Moda y arte
La ropa de Hussein Chalayan siempre lleva cosido un plus de arte, de su filosofía, de su forma de entender la moda y, claro, la vida. El diseñador decora algunas prendas con estampados arty pero otras se presentan como autenticas joyas de la pintura o la escultura.
El trazo es firme, recto, y construye siluetas geométricas que aíslan el cuerpo. Chaquetas y vestidos llevan cierres asimétricos con cremalleras inmóviles. En otros se adivinan pequeñas formas triangulares o semicirculares con transparencias, y vemos tops y chaquetas con peplum multicapa.
Miyake propone estampados digitales de dibujos tradicionales como rayas y cuadros. En la propuesta destaca la alegría de de los colores. Rojos, azules, verdes y amarillos presentan sus tonos más vitales para una propuesta de tintes masculinos. Cazadoras, camisas y pantalones salen a la pasarela en diferentes versiones, siempre con un estilo urbano y un tanto deportivo.
Rugidos de los 80
Roland Mouret crea bellos juegos visuales de geometrías perfectas que se potencian con el uso del color. Chaquetas XXL contrastan con cazadoras y vestidos muy estructurados que se pegan al cuerpo, algunos con patchwork de diferentes tejidos y un estampado común: el leopardo en múltiples colores.
Sorpresa en Lanvin. Nuestro idolatrado Alber Elbaz recupera horrores de los ochenta y propone sudaderas cuajadas de insectos y flores en diferentes materiales. El estilo rapero se reinventa con un pincel muy femenino y así vemos prendas de gran tamaño que se llevan con maxicollares, broches y colgantes dorados de aire barato que llevan palabras como Happy, Love o Help.
Una colección ecléctica con prendas en cuero de corte impecable, tops de seda delicados, trajes en tweed y estampados de la naturaleza como mariposas, escarabajos verdes y algunas flores. Una combinación arriesgada fruto de ese laboratorio de ideas que es el atelier de Monsieur Elbaz.
Polos opuestos
Rojo carmín para estampar un beso y dejar un rastro de feminidad. Nina Ricci declina el concepto lady para ensalzar la belleza de la mujer con prendas de aire lencero, faldas lápiz que se pegan a la piel, drapeados en seda y vestidos en tono perla con plisados y plumas.
En la colección, inspirada en un cartel publicitario de la firma de los años 70, destacan un body de delicados cuadros, las chaquetas de manga redondeada muy estructuradas y los tops en tono empolvado con aplicaciones de visón. La banda sonora, en directo, han sido las manos maestras de Katia y Marielle Labéque que han interpretado piezas de Philip Glass.
Nada que ver con la idea de Rick Owens. Sorprende que su colección se titule “Wedding Cake” ya que su propuesta se basa en blancos y negros. Menos oscura y siniestra que en otras ocasiones, la ropa muestra costuras y puntadas en tamaño gigante, mangas samurái, cuellos arquitectónicos y patrones asimétricos. Códigos que llegan de una doble inspiración: la cultura japonesa y el art nouveau.
Colores preciosos
Lujo es lo que exhibe la casa Balmain. Olivier Rosteing coge escuadra y cartabón para dibujar siluetas geométricas: las chaquetas llevan los hombros rectos y las prendas acolchadas tienen rombos perfectos.
El diseñador insiste en las prendas de aire arquitectónico con ornamentos decorativos, tintados de zafiro, rubí, lapislázuli, amatista, tonos con mucha presencia a los que se añaden oro, plata, azabache y blanco.
La impactante paleta cromática realza el corte soberbio de las prendas oversized, los blazers boyfriend de patrón esmoquin y los chalecos de silueta cuadrada. Tanta rigidez se relaja con minifaldas drapeadas tipo bombón y las asimetrías seductoras en hombros y mangas.