La India aprueba una nueva ley que endurece las penas por violación
- Se quedan fuera los abusos cometidos dentro del matrimonio
- El caso de diciembre ha multiplicado la presión y las denuncias
El Parlamento indio ha aprobado una ley que endurece las condenas relacionadas con las agresiones sexuales hasta la pena de muerte en casos como el de la joven violada en diciembre, que falleció después, y que puso la situación de la mujer en el centro del debate político del país.
La nueva legislación, cuyo borrador había sido presentado este mismo martes en la Cámara baja (Lok Sabha), ha sido sometida a votación a última hora de la tarde ante la presencia de apenas un tercio de los diputados y con destacadas ausencias en la bancada del Gobierno.
Avances y ausencias
El documento, que deberá pasar esta semana el filtro del Senado (con menos poderes que la Cámara baja), prevé aumentar la pena mínima de cárcel por violación de 7 a 20 años, y la máxima a cadena perpetua. La ley establece la pena capital en caso de la muerte de la víctima o que ésta quede en estado vegetativo y contempla que el acoso sexual, que antes no estaba penalizado, conlleve condenas de entre tres y siete años.
Endurece, asimismo, los castigos por ataques con ácido que causen desfiguraciones. La ley es, en realidad, un compendio de enmiendas al Código Penal indio que el Gobierno ha preparado en los últimos meses, después de recibir las recomendaciones de un comité de expertos legales encabezado por un exjefe del Tribunal Supremo.
“Debería dar igual que una mujer esté casada o soltera a la hora de hablar de una agresión sexual“
Sin embargo, no han sido incluidos en el texto muchos de los consejos dados por ese comité, como el de criminalizar la violación dentro del matrimonio, algo que exigían grupos feministas. "La no criminalización de la violación marital es un símbolo de las raíces patriarcales de esta sociedad", dijo la activista Sonali Khan, quien añadió que "debería dar igual que una mujer esté casada o soltera a la hora de hablar de una agresión sexual".
Los militares acusados de cometer agresiones sexuales serán juzgados en tribunales marciales y no civiles. Además, el gabinete del primer ministro, Manmohan Singh, se ha visto obligado a dar marcha atrás en su intención de reducir la edad de consentimiento sexual de 18 a 16 años, tras el desacuerdo de la oposición a la propuesta del gobernante Partido del Congreso.
Debate nacional
El principal partido opositor, el hinduista Bharatiya Janata Party, argumentó que la reducción de la edad de consentimiento sexual fomentaría las relaciones sexuales prematrimoniales y defendió que la barrera continúe en los 18 años, edad legal para contraer matrimonio. Un estudio reciente de la ONU señala, no obstante, que el 47% de mujeres en la India son casadas cuando todavía son niñas.
El proyecto de ley es una de las consecuencias del caso de la violación mortal de una joven de 23 años que el pasado 16 de diciembre conmocionó a la India. Amanat, como fue bautizada por algunos medios, fue brutalmente violada en un autobús en marcha de la capital india por seis hombres.
Lo excepcional de la agresión no fue su brutalidad en un país donde las violaciones en grupo no son infrecuentes, sino la reacción de la clase media urbana ante el ataque contra una mujer de su esfera social. Según activistas como Ranjana Kumari, directora del Centro de Investigación Social de Nueva Delhi, el caso ha introducido por primera vez la cuestión de la mujer en la agenda política.
El debate parlamentario acerca de la nueva ley contra las agresiones sexuales no es la única consecuencia de las protestas. En el primer mes y medio de 2013 se duplicaron las denuncias de violación en Nueva Delhi. Desde diciembre, la prensa india recoge a diario denuncias de violaciones y se han producido protestas cuando la policía no ha investigado supuestos casos de agresiones sexuales.
Esta última semana dos turistas extranjeras han sufrido ataques de este tipo en la India, la última este mismo martes, cuando una joven británica ha resultado herida tras saltar por una ventana de su hotel para escapar de una agresión en Agra.