Napolitano da señales de dimisión ante la falta de acuerdo en Italia

• Los partidos no se ponen de acuerdo para conformar una mayoría
• La prensa italiana especula con la dimisión del presidente

La situación políica de Italia es un enorme dilema para Giorgio Napolitano.

Un sábado que más que a gloria sabe agrio. Italia mira trémula a la colina romana donde se asienta el palacio del presidente de la república. A mes y medio de terminar su mandato, Napolitano da señales de dimisión.

El día de ayer se podía bautizar como el viernes del desacuerdo. Si hace 15 años, Europa miraba al castillo de Stormont con la confianza de que empezaba un tiempo de paz en Irlanda, en el viernes santo de 2013 se consolidó la discordia de Italia que puede meter a todo el viejo continente en un agujero negro.

Anoche,  Napolitano se despidió de sus colaboradores con un lacónico 'buenas noches'. Y cabizbajo se retiró. En estos casi siete años ha atravesado momentos difíciles.

En 2011 provocó  el nacimiento de un gobierno técnico. Ahora  él mismo se encuentra en una encrucijada. Los partidos no se ponen de acuerdo para conformar una mayoría suficiente y él no tiene los poderes para tomar decisiones porque su mandato está en recta final.

El  Partido Democrático puede despedazarse tras este intento desbaratado de formar gobierno.

Bersani tiene sus incondicionales pero el emergente Matteo Renzi es capaz de aglutinar mayor número de ilusiones en Italia. Berlusconi asegura que está preparado para celebrar elecciones en junio. Grillo vendería este desastre como una victoria de los antisistema.

En el Palacio del Quirinale la actividad debe ser intensa. Se plantean tres salidas en este momento: que Napolitano encargue un gobierno a una persona del centro izquierda que no sea Bersani; formar un gobierno del presidente que se lo dejaría en herencia a su sucesor; o dimitir y crear un ambiente de desamparo institucional que sacudiría a toda Europa.