El bebé elefante del zoo de Madrid bautizado por internet como Buba
- El nombre ha surgido de una llamamiento por internet
- Buba ya mide 90 centímetros y puede mamar sin dificultad
- Tiene un carácter firme y juega sin parar
El elefante asiático que nació en el Zoo Aquarium de Madrid a principios de marzo ya tiene nombre. Se llama Buba y ha sido el nombre seleccionado de entre 659 propuestas recibidas a través de las redes sociales del zoo.
En la encuesta que ha llevado a cabo el zoo, los nombres finalistas sometidos a votación fueron Indhi, Buba e Indo, resultando Buba el más votado, según ha informado el zoo en un comunicado.
Así consideran que Buba es fácil de pronunciar para los más pequeños, tiene una "connotación cariñosa y cercana" y se ha convertido en "uno de los nombres más populares no solo entre los niños, sino también entre el equipo de Conservación del Zoo Aquarium de Madrid".
Sus propios cuidadores serán quienes ejerzan el papel de “padrinos” y asistan, acompañen y guíen a Buba en su primer bautismo de agua una vez que alcance la altura suficiente para darse el primer chapuzón en la piscina de elefantes.
La evolución del bebé elefante
En los próximos meses, también aparecerá su primera dentición hasta llegar a completar, en su edad adulta, un total de 26 dientes: dos incisivos o colmillos y 24 molares que pueden llegar a pesar hasta 5 kilos cada uno de ellos.
A punto de cumplir las siete semanas, Buba comienza ahora a deleitar al público con un sinfín de anécdotas en las que su propia trompa se convierte en el principal objeto de juego mientras trata de coordinar sus patas imitando algunos de los movimientos de su madre Samy.
El pequeño Buba que ya da muestras de su carácter firme emitiendo fuertes sonidos cuando algo le molesta. Continuará su período de lactancia hasta los seis meses, momento el que se complementará su dieta con el pienso.
Como todos los bebés, uno de los detalles físicos más llamativos de las últimas semanas es su crecimiento lento pero progresivo que ronda los 90 centímetros y, por lo tanto, ya le permite mamar sin dificultad bajo las patas de su madre simultaneando la lactancia con los juegos mientras ejercita su trompa con ramas y fruta.