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Vicente Vegas adapta al cómic el best seller 'Apocalipsis Z', de Manel Loureiro

  • Fue la primera novela de zombis ambientada en España
  • "¿Cómo huyes de los zombis, que no se cansan?", se pregunta Vegas

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Detalle de una viñeta de 'Apocalipsis Z', de Manel Loureiro y Vicente Vegas
Detalle de una viñeta de 'Apocalipsis Z', de Manel Loureiro y Vicente Vegas

Apocalipsis Z nació, en 2005, como una novela en un blog de Internet. Su autor era Manel Loureiro, que quiso contar la historia de un hombre ordinario que descubre que es una de las últimas personas vivas en un mundo tomado por los zombis: “Un tipo normal, sin vocación de héroe, que no sabe artes marciales ni atesora un arsenal en el sótano de sus casa y que además no es especialmente hábil ni valiente”.

“Y de la misma manera que el virus que transforma a los fallecidos en no muertos la infección de Apocalipsis Z se extendió fuera de control… los primeros lectores en la red se transformaron en unas cuantas docenas a los pocos días y cuando quise darme cuenta más de millón y medio de personas de todo el mundo seguían las aventuras de un abogado sin nombre en una Galicia arrasada y llena de cadáveres ambulantes” –asegura Manel Loureiro-.

Un éxito que se transformó en una trilogía literaria (El principio del fin -Dolmen Editorial-, Los días oscuros y La ira de los justos -Plaza & Janés-) de la que se han vendido millones de ejemplares en todo el mundo (en EE.UU llegó a superar en ventas a Stephen King); y que ahora salta al cómic en una estupenda adaptación de Vicente Vegas (Hermano de Enrique V. Vegas, el popular dibujante de los “Cabezones”).

La primera novela de zombis ambientada en España

“La idea de adaptarla al cómic fue mía –asegura Vicente- porque me leí la novela del tirón y me fascinó, así que me puse en contacto con el editor que editaba la novela por aquel entonces, que era Dolmen, y me pasaron el contacto de Manel. Hice unas páginas adaptando una de las escenas y hasta hoy”.

“La novela de Manel fue pionera en trasladar la historia a España –comenta Vicente-. Es lo que pasa siempre, cuando vienen los marcianos siempre invaden Nueva York, Los Ángeles, París o Londres. Pero si pasara algo de eso ¿qué pasaría en mi casa? ¿qué veríamos por la televisión?

“Manel hizo eso, contar una historia que sucede a nivel mundial pero ambientada en Pontevedra. Las noticias empiezan a escasear, se produce una escalada del virus… y todo contado desde una perspectiva muy nuestra que es, por ejemplo, no tener armas en casa y poder decir: ¡anda, un ataque zombi, saca el M-16 o el lanzagranadas!, como pasa en las películas americanas. Aquí es una persona normal y corriente que se tiene que apañar con lo que puede”.

“Y eso es lo que me interesó de la novela, te podías poner muy fácilmente en la piel del protagonista. ¿Si me pasa eso a mí, qué haría? Seguramente me iría a Leroy Merlín a coger un hacha, porque es lo único que puedo hacer. Aquí no puedo encontrar armas. Y me enganchó tanto que dije esto lo tengo que hacer yo como sea, antes de que lo dibuje otro”.

“Un mundo donde todos te quieren comer”

“La novela cuenta la historia de Manel, un abogado, que acaba de perder a su mujer, una persona que vive solo en una casa muy grande y empieza a escuchar noticias de que el virus se ha expandido -comenta Vicente vegas-. Empiezan a decir que es una revuelta en una antigua república soviética. Y desde ahí vas viendo la evolución de las noticias, que van subiendo de tono, dicen que nos salgas de casa, que te pongas una mascarilla. Cuando estaba dibujando la novela salió lo de la gripe porcina y era prácticamente igual, con la población alarmándose… Luego no le paso nada a nadie, pero si lo cambiabas por zombis era igual”.

“El protagonista se ve envuelto en esa vorágine y decide quedarse en casa. Y a través de las noticias vamos viendo como ese problema, que parecía que estaba muy lejos, en una república rusa, llega hasta la puerta de su casa. Y cómo se las apaña para sobrevivir en un mundo sin luz, sin agua, donde todos te quieren comer”.

Adaptar la novela ha sido dificilísimo -confiesa Vicente- porque es un libro de trescientas páginas y adaptarlo a un cómic de noventa páginas es muy complicado porque en la novela es un monólogo interior, y tuve que mantener ese ritmo de apremio, de miedo creciente, que tiene el libro; y es muy difícil. Pero estoy contento con el resultado. Y sé que habrá gente que dirá que no cuento todo, pero es normal, es imposible. La novela es muy grande y pasan muchas cosas”.

“Los zombis no se cansan nunca”

“Soy muy clásico en el tratamiento de los zombis y Manel también –asegura Vicente-, no somos de la nueva escuela de que el zombi corra, sino que pensamos que lo que tiene que dar miedo de los zombis es la masa, no el monstruo en sí. Un zombi no te hace nada, dos tampoco, pero si ves quince andando a por ti, por muy lento que vayan no se van a cansar. Y tu, por muy rápido que corras, algún día tendrás que parar. Y ellos no paran, ni duermen”.

“Por eso a mí me gusta la masa, ese monstruo anónimo que es como un ente monstruoso. El zombi clásico, los maquillajes de Tom Savini, de las películas de Romero, el latex… no los zombis digitales, que he visto por ahí alguna peli y son ridículos. Prefiero los zombis de latex y la sangre de bote”.

¿Demasiados zombis?

“Lo que ha pasado es que el tema zombi se ha masificado demasiado. Después del boom de los 80 con las películas de Romero y las imitaciones italianas la cosa decayó mucho" –asegura Vicente-.

“En los noventa no se hizo mucho género zombi y a partir del año 2000, con Amanecer de los muertos de Zack Snyder, volvió este boom, que aún pervive, porque la situación social en la que vivimos sigue siendo un excelente caldo de cultivo para este tipo de historias con mundos desolados y en los que el establecimiento social se ha ido al garete. Y es lo que está pasando ahora en las calles. La gente sale a protestar porque ha perdido su casa, su trabajo…”

“Si eso lo trasladas al género de terror ya tienes la historia hecha. Se puede hacer una analogía de eso con los muertos vivientes, que quieren comerte y tú tienes que huir. Yo creo que como no salimos de la crisis a los zombis les queda cuerda para rato. Y se siguen haciendo novelas y tebeos buenos y yo quería estar en ese saco de los tebeos buenos de zombis”.

“Todavía no sabemos si se adaptarán más novelas, pero me gustaría dibujar las otras dos” –comenta Vicente-.