Detroit se declara en quiebra con una deuda estimada de 18.500 millones de dólares
- Se trata de la mayor bancarrota municipal en la historia de EE.UU.
- Desde su esplendor en los años 50, ha perdido más del 60% de su población
- La ley de quiebras estadounidense trata de facilitar una nueva oportunidad
La ciudad de Detroit se ha declarado este jueves en quiebra, lo que supone la mayor bancarrota municipal de la historia de EE.UU. La que en su día fue la capital mundial del autómovil no puede afrontar el pago de sus deudas -que ascienden a 18.500 millones de dólares- y ha solicitado la suspensión de pagos para poder reestructurarlas.
El gobernador del estado de Michigan, Rick Snyder, ha emitido un comunicado en el que afirma que ha aprobado la petición del gerente de emergencias de Detroit, Kevyn Orr, para acogerse a la protección del capítulo 9 de la Ley de Quiebras (el que regula las bancarrotas de los municipios y al que se han acogido medio millar de localidades en sus 60 años de vigencia).
"Detroit, sencillamente, no puede generar recursos suficientes para hacer frente a sus obligaciones, y esa es una situación que solo prevé un empeoramiento si no se declara la bancarrota", se lee en la nota del gobernador.
Snyder, del Partido Republicano, nombró a Orr en marzo para frenar la ascendente y prolongada deuda de la ciudad, estimada en 18.500 millones de dólares (más de 14.000 millones de euros).
La petición de bancarrota puede desencadenar la reducción de contrataciones y gastos municipales al mínimo necesario, lo que ha provocado críticas y peticiones para que se vendan activos, como sus colecciones de arte o edificios.
La Casa Blanca ha informado de que el presidente, Barack Obama, y su equipo están vigilando la situación y analizan las consecuencias de la bancarrota de la ciudad.
Quiebra como forma de dar una nueva oportunidad
Los procesos de quiebra en EE.UU. son diferentes a los de España: el deudor puede relegar el pago de sus deudas (no se eliminan, pero se detienen procesos de ejecución y gestión de cobro por parte de los acreedores), ya que el objetivo es permitir un nuevo comienzo del que declara la bancarrota.
En el caso de Detroit, al acogerse al capítulo que regula la quiebras municipales, esa protección del deudor es aún mayor.
Según establece esa norma, "el objetivo es proporcionar una protección al municipio ante sus acreedores mediante una relajación financiera mientras desarrolla y negocia un plan para ajustar sus deudas", una reorganización que -continúa- "se realiza bien por la extensión de los vencimientos de sus deudas, la reducción de la cantidad principal de un préstamo o de sus intereses, o la refinanciación de la deuda con la obtención de un nuevo crédito".
Entre los procedimientos que detiene la declaración de quiebra está la ejecución de hipotecas, el embargo de salarios o la suspensión de servicios como el suministro de agua, electricidad o teléfono.
Por eso, este procedimiento no ha gustado a una parte de los acreedores de la ciudad, especialmente a dos fondos de pensiones, que ya han demandado al municipio ante un tribunal federal.
Una caída desde lo más alto
Durante la II Guerra Mundial, Detroit fue el centro de la producción de armamento, aviones y blindados y, al terminar el conflicto, se convirtió en la capital de la industria automovilística.
Ahora, la ciudad es sinómimo de declive, decadencia y crimen. Desde los años 50, ha perdido 700.000 habitantes (más del 70% de su población) y el gobierno municipal se ha visto salpicado por numerosos casos de corrupción.
La reducción de la inversión en alumbrado urbano y en servicios de emergencia ha complicado la tarea de la Policía en su lucha contra el crimen en las calles. La tasa de homicidios en la ciudad es la más alta en los últimos 40 años y solo una tercera parte de las ambulancias han prestado servicio en el primer trimestre de 2013.
Sus cerca de 78.000 edificios abandonados crean "problemas adicionales a la seguridad de la ciudad y reducen su calidad de vida", ha reconocido el gobernador en su comunicado.