Los motivos por los que 'Gravity' ya es un clásico
- RTVE.es entrevista a Alfonso Cuarón antes del estreno su última película
- Sandra Bullock y George Clooney orbitan alrededor de La Tierra
Alfonso Cuarón ha paseado Gravity por Venecia y Toronto en menos de un mes. En San Sebastián se mostraba cansado pero exultante. No para de recibir felicitaciones. “Es mejor eso después de cuatro años y medio de trabajo”, dice en una entrevista con RTVE.es. Cuarón transmite paz –el líder sin ego le llama Sandra Bullock-, y está empezando a asumir que su séptima película es un clásico súbito.
Cuando terminó el guion, coescrito con su hijo Jonás Cuarón, y se disponían a rodar, descubrieron que no tenían tecnología para llevarla a cabo. James Cameron acudió al rescate y el director de Titanic ya ha declarado que Gravity es la mejor película jamás hecha del espacio.
Vivir un videojuego
“Tus películas me gustan pero son muy retóricas”. Con esa franqueza le avisó su hijo Jonás Cuarón de que debía probar algo distinto. “El experimento del guion era despojar todo de narrativa y crear un viaje visceral y emocional donde el espectador se convierte en otro personaje”.
El argumento queda reducido a un videojuego de supervivencia. No se lea esto como crítica, sino elogio. “El espectador invierte de alguna manera su experiencia personal en el viaje de los personajes. Eso es la idea que trajo Jonás Cuarón: vaciar de retórica y tratar de hacer algo más excitante”.
El maestro del plano secuencia
Desde Y tú mamá también, el director mexicano ha hecho del plano secuencia su marca de estilo incluso en la película de la saga Potter que dirigió (Harry Potter y el prisionero de Azkaban) y en su capítulo de Paris Je t'aime (rodado en un solo plano).
“En este momento es algo que sale orgánicamente. Y no tengo una religiosidad al respecto porque, de la misma manera, disfruto muchísimas películas con montaje”, dice Cuarón. “Lo que no me gusta y me desespera es el montaje que no tiene punto de vista, que no es nada más que muchísimo material para contar la historia o no tiene un contenido teórico de por qué está montada así”.
Junto al director de fotografía Emmanuel Lubezki (habitual de Malick) perfeccionó la técnica en Hijo de los hombres y alcanza el sentido total en Gravity, que arranca con 16 minutos sin corte, favoreciendo la sensación de ingravidez de los dos protagonistas. “En este momento lo experimento por un cuestión de la tensión entre personaje y contexto que creas con el plano secuencia. Además de manejar las acciones en tiempo real”.
Solo para salas
En un momento en que se abusa del reclamo del 3D para llevar público a las sala, Gravity, esta vez sí, solo tiene sentido en la pantalla grande. “Creo que, a final de cuentas, sí se puede ver en otros formatos pero se va a perder un porcentaje de la experiencia”, dice Cuarón. “No me refiero al tamaño de la pantalla, o al 3D, sino al sistema de sonido: es una película donde los surrounds tienen un aspecto dinámico”.
Aunque el cineasta es consciente de que el futuro es incierto. “Es evidente que los medios y los formatos están cambiando y, definitivamente, si como cineastas queremos sobrevivir, tenemos que además adaptarnos a los nuevos formatos”.
A la salida de los primeros pases, se oían comentarios de que la película es más digerible por un público masculino que por el femenino. “No estoy muy seguir de eso, no tengo una opinión muy grande al respecto” reconoce Cuarón. “La retroalimentación que hemos tenido por la parte masculina son más comentarios técnicos, y, por parte femenina, comentarios de la conexión emocional. Es todo lo que sé”.
Sandra Bullock y George Clooney aceptaron unos papeles que les hacían “rodar dentro de un ipod”, suspendidos en unos armatostes de luces y de gran exigencia física. Pero Gravity hubiera funcionado con actores de caché más modestos. El argumento no es más que un paseo espacial que se complica por una reacción en cadena de basura espacial. Solo que no te lo cuentan: lo experimentas.