AAño y medio de cárcel para dos mandos policiales por revelación de secretos en el chivatazo a ETA
- La Audiencia absuelve a Pamies y Ballesteros de colaborar con ETA
- Considera probado que alertaron de una operación policial en 2006
- No ve colaboración porque el fin era "no entorpecer" el proceso de paz
- Pamies y Ballesteros recurrirán al Supremo, pero la Fiscalía no
- Lee la sentencia de la Audiencia Nacional del caso Faisán en .pdf
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La Audiencia Nacional ha condenado a año y medio de cárcel y cuatro de inhabilitación a los dos mandos policiales acusados del chivatazo a ETA que se produjo en el bar Faisán en mayo de 2006 y que frustró una operación contra su aparato de extorsión, según la sentencia conocida este miércoles.
El tribunal condena al ex jefe superior de Policía del País Vasco Enrique Pamies y al ex inspector jefe José María Ballesteros por revelación de secretos pero les absuelve del delito de colaboración con organización terrorista porque el fin no era favorecer a ETA sino "no entorpecer" el proceso de paz.
Al ser una pena inferior a dos años y no tener antecedentes, ninguno de los dos ingresará en prisión. Tampoco serán expulsados del Cuerpo Nacional de Policía de momento porque la sentencia no es firme y ambos ya han anunciado que recurrirán al Tribunal Supremo. En este sentido, el ministro del Interior, Jorge Fernández Díaz, ha señalado que no hará "nada" hasta que no se pronuncie el alto tribunal.
El fiscal pidió dos años para Pamies y año y medio para Ballesteros por revelación de secretos y "alternativamente" otros cinco años para cada uno por colaboración con banda armada. La Fiscalía de la Audiencia no recurrirá, sin embargo, la sentencia de este miércoles ya que entiende que asume sus tesis acusatorias. El fiscal general, Eduardo Torres-Dulce, se ha limitado a defender la necesidad de acatar "de verdad" las decisiones de los tribunales.
El fin era no "entorpecer" el proceso de paz
La sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia considera que no hay colaboración con ETA porque es "evidente" que el chivatazo telefónico al dueño del bar Faisán, Joseba Elosua, no fue "una acción directa de los acusados para favorecer una acción puntual de ETA o de la actividad de la banda terrorista".
Según la sentencia hecha pública este miércoles por el tribunal, la llamada tenía como objetivo que "no se pudiera entorpecer el proceso que estaba en marcha para lograr el cese de la actividad de ETA".
En aquel momento, en el que gobernaba el socialista José Luis Rodríguez Zapatero, la banda terrorista acababa de anunciar en marzo de 2006 "un alto al fuego permanente".
De hecho, la Audiencia enmarca el chivatazo en el proceso de paz que estaba abierto en ese momento y recuerda en la sentencia que un año antes, en mayo de 2005, el Congreso de los Diputados aprobó con el apoyo de todos los partidos menos del PP que el Gobierno pudiera dialogar con ETA si dejaba plenamente las armas.
En este contexto, el tribunal señala que la llamada de alerta a ETA perseguía una finalidad "totalmente muy distinta" a la de favorecer la actividad de la banda porque los acusados pretendían "favorecer el proceso dirigido a hacer cesar la actividad de una organización armada (ETA)" por lo que no se puede considerar que se pusiera en peligro el "bien jurídico" que se quiere proteger en los delitos de terrorismo que es "la convivencia pacífica entre ciudadanos".
Los que sí considera la Audiencia es que cometieron un delito de revelación de secretos al evitar una operación de otros miembros del Cuerpo Nacional de Policía, revelando unos datos que tenían conocimiento por razón de su cargo.
Pamies dio el chivatazo con la colaboración de Ballesteros
La sentencia considera probado que Pamies fue quien, el 4 de mayo de 2006, dio el chivatazo al dueño del bar Faisán, Joseba Elosua, que tiró por tierra una operación contra la red de extorsión de ETA, y que lo hizo con la "colaboración imprescindible" de Ballesteros, informa Efe.
Este último acudió al bar y, a las 11.23 horas, le entregó el teléfono a Elosua, al otro lado del cual estaba Pamies, quien le alertó de que se iba a detener un presunto etarra que vivía en Francia y con quien el dueño de Faisán se iba a reunir ese mismo día.
Para llegar a esa conclusión los magistrados se apoyan en el tráfico de llamadas poco antes de la entrada de Elosua al bar y en la baliza de seguimiento instalada por la policía en el coche de este, que grabó una conversación con su yerno en la que revelaba la conversación mantenida con Pamies.
Poco antes de la entrada de Elosua en el bar, destaca la sentencia, se produce una llamada de Pamies a Ballesteros y cuando el dueño del Faisán había entrado ya en el establecimiento el jefe superior vuelve a llamar al inspector.
Los condenados negaron el chivatazo durante el juicio
Las defensas de los policías afirmaron en el juicio que Ballesteros estaba en la zona porque Pamies le había ordenado que acudiera para hacer una batida antes de reunirse cerca de la frontera con el confidente "El Romano", quien respaldó en el juicio esta versión, a la que sin embargo los jueces no dan credibilidad. Pamies señaló durante el juicio que no hubo orden política para parar la operación y que no la hubiera admitido.
Para la sala resulta "extraño" que, siendo Pamies la "máxima autoridad policial" del País Vasco, conociera de la operación contra ETA la tarde antes, y recalca que el confidente dependía económicamente de Pamies y otros cargos policiales dijeron en el juicio que nadie comentó nada de esa reunión.
La sentencia, contra la que cabe recurso en el Tribunal Supremo, condena a Pamies, como autor material y directo, y a Ballesteros, como cooperador necesario, de un delito de descubrimiento y revelación de información obtenidos a través de su cargo que no deben ser divulgados con grave daño para la causa pública.
Si el Supremo confirma la sentencia e inhabilita a Pamies y Ballesteros estos perderán la posibilidad de ejercer cargo de funcionario público durante cuatro años. Una vez transcurrido ese tiempo no podrían regresar a su puesto anterior sino que se les abriría la posibilidad, si así lo desean, de volver a optar a ingresar en el Cuerpo por los procedimientos habituales, según informa Europa Press.
Pamies es actualmente comisario de la policía nacional en Huesca y Ballesteros, que en 2006 era inspector jefe en el País Vasco, está destinado ahora en la jefatura superior de policía de La Rioja.