Enlaces accesibilidad

Una playa llena de color para 'L'elisir d'amore' del Teatro Real

  • Dirección musical de Marc Piollet y escénica de Damiano Michieletto.
  • Con Nino Machaidze y Camilla Tilling, como Adina
  • Celso Albelo e Ismael Jordi encarnan a Nemorino
  • L'elisir d'amore se ha representado en 80 ocasione en el TR

Por
Plano general del escenario durante el primer acto de 'L'ellsir d'amore'
Plano general del escenario durante el primer acto de 'L'ellsir d'amore'

El Teatro Real acoge desde este lunes y hasta el 20 de diciembre un total de 14 funciones de la ópera de Gaetano Donizetti (1797-1848) L'elisir d'amore. Se trata de una coproducción con el Palau de les Arts de Valencia (donde se estrenó en marzo de 2011) con dirección musical de Marc Piollet y dirección escénica de Damiano Michieletto.

Damiano Michieletto traslada la trama de la campiña vasca a la animada costa mediterránea, recreada por el escenógrafo Paolo Fantin con iluminación de Silvia Aymonino, con la intención de potenciar la sensualidad, la seducción y la fiesta, presentes en la obra.

El objetivo es, para Michieletto, "reflejar lo divertido y lo alegre sin convertir los elementos cómicos en caricaturas previsibles".

En la misma idea, Piollet considera que es "una ópera bufa, pero con la mezcla justa de elementos dramáticos". Para él, lo complicado es encontrar el "adecuado equilibrio" de estas dos caras para que el público sienta "el color y la ligereza" de la partitura.

¿La misma u otra historia?

La historia original como sabemos nos cuenta el enamoramiento de un pobre campesino (Nemorino) por una bella terrateniente, Adina. Un amor que parece imposible y que será facilitado por un elixir amorosa que no es otra cosa que vino, vendido por el charlatán Dulcamara.

En esta versión, ella, Adina, regenta en la playa (una playa del sur) un chiringuito que luce con letras iluminadas su nombre. Y él, Nemorino, es un modesto socorrista del que todos se ríen. Dulcamara sería una especia de dealer que vende polvitos para echar en la bebida.

Esas alteraciones en el libreto dan pie a un montaje con tantas y tan divertidas "distracciones" en escena (chicas y chicos esculturales hacen gimnasia mientras canta el coro, Nemorino se sumerge en una piscina hinchable llena de espuma, tres chicos hacen un striptease no completo, unos djs pinchan y bailan) que en ocasiones, llegan a distraer al espectador de la trama prinicipal.

Una furtiva lágrima, en el tejado de un bar

En el acto II, vemos como Nemorino, que se ha hecho fuerte llamando la atención de Adina con ese baño de espuma rodeado de chicas, recuerda nostálgico esa 'furtiva lagrima' que le ha parecido entrever en su amada.

Lo hace sobre el tejado del snack-bar Adina, rodeando con sus brazos el letrero que se va iluminando letra a letra. Una ingeniosa vuelta de tuerca a la escena más famosa de esta ópera de Donizetti. Así lo hará al menos, Ismael Jordi, Celso Albelo seguramente interpretará el aria en un lugar más convencional, al pie del bar.

Michieletto, que debuta en el Real, asegura que la idea de ambientar esta ópera bufa romántica en una playa mediterránea, "nace para potenciar la humanidad y los caracteres de los personajes"

Recuperar la ligereza de la partitura

El director musical ha afrontado el reto de adaptar la obra de Donizetti, que escribió por encargo en tres semanas "para la sonoridad de una orquesta de 1832" a la orquesta del Real, y cree que ha conseguido "recuperar la ligereza, la finura y la elegancia de la partitura original..

En el papel de Nemorino se intercalan los tenores españoles Celso Albelo e Ismael Jordi, además del italiano Antonio Poli.

Sobre los españoles, señala Piollet que Albelo "tiene una voz más amplia, más pesada, una forma más controlada de cantar y hay que darle su espacio", mientras que Jordi -que recrea a la perfección los gestos de un adolescente tímido- tiene "más capacidad de interpretar y es más espontáneo", y los músicos se amoldan a ellos.

"Trabajar con tres elencos exige mucha paciencia. Procuramos tener en cuenta la personalidad de cada cantante, no les hemos obligado a ceñirse a lo que se supone que es necesario, no les queremos imponer, sino que vemos lo mejor de ellos", apunta Michieletto.

Adina, georgiana, sueca o italiana

Adina será interpretada por la soprano georgiana Nino Machaidze, la sueca Camila Tilling y la italiana Eleonora Buratto, mientras que se turnarán en el papel de Belcore -el rival de Nemorino en su amor por Adina- los barítonos Fabio María Capitanucci y José Carbo.

El bajo-barítono hispano-uruguayo Erwin Schrott, considerado uno de los mejores barítonos buffo de su generación, y Paolo Bordogna, encarnarán a Dulcamara.

Cada uno de los cantantes ha creado este personaje entre malévolo y pícaro, a su manera, incluso con distinto vestuario. Si Bordogna es un Dulcamara más ambigüo que juega con lo femenino (y aparcer incluso con corpiño), el apuesto Schrott le dará un aire mucho más viril.

En la dirección del coro y la orquesta titulares del Teatro Real se alternarán Marc Piollet, al frente de ambos en doce de las catorce funciones, y Vicente Alberola, primer clarinete de la orquesta.

L'elisir d'amore, la última ópera que se representará en el Real este año -junto a El sastrecillo valiente en el programa familiar- tiene una especial relación con el coliseo madrileño desde el siglo XIX, ya que subió a su escenario por primera vez en 1851, un año después de su inauguración por la reina Isabel II, y con esta suma más de 80 representaciones.