Las probabilidades de que te toque el Gordo de la lotería, según 'Los Pelayos'
- Gonzalo García-Pelayo facilita algunas claves para "jugar bien"
- Cree que la lotería de Navidad merece la pena para compartir en grupo
- Visita nuestro especial del sorteo de la lotería de Navidad
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Las hazañas de los Pelayos han sido recogidas en 2004 en el libro La fabulosa historia de Los Pelayos y en 2012 tomaron forma en la película The Pelayos del director Eduard Cortés, y en el documental de History Channel: Desafiando a Las Vegas: Golpe a la ruleta.
A Gonzalo García-Pelayo se le ha comparado con el personaje ficticio Mickey Rosa encarnado por Kevin Spacey en el filme 21 Blackjack (2008).
El perfil del profesor Rosa está inspirado en la personalidad de varios estudiantes del MIT (Instituto Tecnológico de Massachusetts), que crearon un grupo que aplicaba fórmulas matemáticas al juego y con el que se hicieron de oro en los casinos de Atlantic City (Nueva Jersey, EEUU).
El famosísimo cabeza de familia del clan de jugadores de los Pelayos anda enfrascado a pocas semanas del sorteo de Navidad en su última aventura relacionada con los juegos de azar.
Se trata de la puesta en marcha de una peña formada por matemáticos y expertos en probabilidad que pretende revolucionar las apuestas y abrir al gran público su “método de trabajo”, basado en el análisis de variables estadísticas.
La “baza ganadora” de Los Pelayos Club, que así se llama el invento, se sustenta en una fórmula sencilla y complicada a la vez: ir a por “combinaciones raras” en la Primitiva y la Quiniela juntando los fondos del mayor número de socios posibles para luego repartir ganancias.
Gonzalo García-Pelayo asegura que la idea funciona y que con las claves de esta especie de grupo de sabios “se pierde menos” porque el secreto siempre está en “arriesgar un poco”, según recomienda, mientras ejecuta cálculos mentales a la velocidad del rayo.
Este experto en juego, pero también director de cine con cinco películas en su haber, locutor, presentador, escritor, productor musical y hasta apoderado de toreros, sabe de lo que habla.
No en vano, el sistema de apuestas legal ideado por él y sus cinco hijos, fue capaz de poner contra las cuerdas a los casinos en los 90 y les convirtió en millonarios.
De “trucos”, de la psicología de los apostantes, y de las posibilidades de sacar el Gordo en el próximo sorteo de la lotería de Navidad, ha hablado el “jefe” de los Pelayos con RTVE.es.
- Queda poco para el sorteo de la lotería de Navidad, ¿qué recomendación daría a los que quieran hacerse con un décimo?
En el caso de la lotería de Navidad yo recomendaría jugar por el placer de hacerlo en grupo, comentarlo y pasarlo bien, porque tiene un componente muy social al que es difícil resistirse.
A mí si me ofrecen compartir un décimo lo cojo pero nunca apostaría de forma individual a un juego donde hay muchas posibilidades de perder, eso es jugar mal, y eso hacía, por ejemplo, Dostoievski.
-Entonces, ¿las probabilidades de ganar el Gordo son bajas?
Las probabilidades son bajas y los premios están mal compensados frente a lo que juegas. En la lotería de Navidad no hay posibilidad de mejorar, de obtener un plus como ocurre con los botes de la Primitiva, porque en este sorteo los premios son cerrados y además no es un juego ganador al que se puedan aplicar análisis estadísticos.
(Según García-Pelayo, la probabilidad de acertar el Gordo es de 1 dividido por los 99.999 números del sorteo, así que es “muy difícil” ganar)
"Queremos apostar analizando la psicología de los jugadores"
- Usted ha calculado que acertar en el sorteo de Navidad es más complicado que hacerlo con otros juegos de azar …
Sí, ganar el Gordo es 2.072 veces más difícil que hacerlo con la ruleta, pero unas 150 veces que acertar con una Primitiva de las antiguas. Además, se trata de compensar la probabilidad de ganar con las expectativas de lo que vas a cobrar.
- ¿Buscar esa compensación es uno de los leit motiv de Los Pelayos Club?, ¿cómo funciona la peña?
Nos vamos a centrar en las apuestas de la Primitiva pero sin plantearlo como una inversión, y con gente que ya esté jugando. Se trata de apostar por combinaciones poco frecuentes para ir a por los botes, utilizando un análisis estadístico con un software informático, pero esto último es un poco el secreto de nuestro método (añade en voz un poco más baja y hace una pausa)
- ¿Cuáles son estas “combinaciones raras” por las que la gente no apuesta?
Hemos comprobado que la gente no marca números por encima del número 31. Esto es porque se ponen muchas fechas de nacimiento y hay muchas personas que, además, han nacido el mismo día y cada vez que toca hay muchos acertantes y menos premio a repartir.
También sabemos que no se escogen combinaciones con números correlativos por ejemplo: 1, 2, 3, 4 …, porque se piensa que no pueden salir pero todas tienen las mismas oportunidades. Nuestro objetivo es apostar analizando la psicología de los jugadores e ir sitios que nadie antes haya visitado.
- ¿Aplicarán el sistema a otro tipo de apuestas?
Hemos pensado extenderlo a la Quiniela. Yo en estos casos siempre recomiendo poner dos [resultados] sorpresas y arriesgar por aquello que se cree que no puede salir.
La leyenda de ‘Los Pelayos’
La popularidad del polifacético Gonzalo García-Pelayo (Madrid, 1947) se remonta a los años 90, cuando ideó junto a su familia un sistema legal para ganar en los casinos, basado en el análisis estadístico de las imperfecciones físicas de las mesas de ruleta.
Al introducir sus datos en una aplicación informática creada para tal fin, comprobaron la inclinación de esas mesas hacia ciertos números.
Ese fue el detonante. El clan de los Pelayos formó un equipo que se dedicó a anotar los datos de las mesas del madrileño casino de Torrelodones, donde consiguieron ganar 70 millones de las antiguas pesetas.
De la capital, dieron el salto a los grandes casinos de medio mundo: Las Vegas, Australia, Austria, Dinamarca u Holanda fueron testigos de sus hitos.
En estas plazas, consiguieron una fortuna superior a los 250 millones de pesetas, una cantidad muy importante para la época.
Este éxito les llevó a ser vetados en un gran número de casinos, pero en 2004, la suerte volvió a ponerse del lado de los madrileños.
El Tribunal Supremo les dio la razón al reconocer que no hacían trampas, que su método era legal, y tenían derecho a entrar en cualquier casino del país.
Desgraciadamente para ellos, se inventó un nuevo tipo de ruleta, a prueba de trucos, y ya no pudieron calcular los números.
Esta circunstancia provocó que se pasaran al póquer. De hecho, tienen una de las escuelas de póquer más famosa del mundo. En la actualidad, siguen dedicando su tiempo al mundo de la probabilidad y del azar, enfocados en las apuestas deportivas online.