'Cuando todo está perdido': Robert Redford y la inmensidad del mar
- El actor acepta el "desafío" y borda uno de los personajes de su carrera
- La película dirigida por J.C. Chandor se estrena este viernes 14 de febrero
- Redford habla de esta "experiencia cinematográfica pura" en una entrevista que te ofrecemos
FICHA TÉCNICA
Título original: All Is Lost
Año: 2013
Duración: 106 min.
País: Estados Unidos
Dirección y guion: J.C. Chandor
Música: Alex Ebert
Reparto: Robert Redford
Apenas dos líneas de diálogo, un solo personaje y ni una sola escena en tierra firme en 106 minutos de metraje. Esa es la arriesgada propuesta que nos presenta Cuando todo está perdido, un thriller que transcurre en alta mar que muestra la lucha de un hombre contra todos los elementos después de que su velero quede a la deriva tras sufrir graves daños en una tormenta.
Pero cuando quien se planta frente a la inmensidad del mar es Robert Redford, es una garantía de que el proyecto no hará aguas y saldrá a flote. De hecho, la película, dirigida y escrita por el talentoso J.C. Chandor y que se estrena este viernes 14 de febrero en España, brinda al veterano actor estadounidense uno de los papeles de su carrera, injustamente olvidado en las nominaciones a mejor actor de los Premios Oscar -la cinta solo tiene una nominación a mejor edición de sonido-.
"Era un proyecto diferente, atrevido y ligeramente existencial. Me gusta el desafío que me proponía como actor, para meterme dentro de un personaje que está solo, con sus pensamientos y su comportamiento como únicos acompañantes", cuenta Redford sobre su papel en una entrevista cuyo vídeo te ofrece en exclusiva RTVE.es sobre estas líneas.
Cuando todo está perdido nos embarca con un hombre que realiza un viaje en solitario por el Índico en un velero de 12 metros de eslora, pero que hace aguas tras colisionar con un contenedor abandonado en alta mar. El equipo de navegación y la radio no funcionan y, además, le sorprende una tremenda tormenta. Con solo un sextante y unos mapas náuticos y pocos víveres, el marinero deberá agudizar su ingenio para sobrevivir.
"Una experiencia cinematográfica pura"
"También me gustó el hecho de que no hubiera diálogos", revela el benefactor del cine independiente y fundador del Festival de Sundance, donde precisamente conoció a Chandor cuando este presentó allí en 2011 su primer largo, la deslumbrante Margin Call, por la que recibió una nominación al Oscar a mejor guion.
Para Redford, todas esas razones convertían Cuando todo está perdido en un proyecto "muy atractivo, porque dentro del cine actual no hay muchas oportunidades de hacer una película como esta, que es una experiencia cinematográfica pura", explica en la entrevista el actor, cuyo personaje en la película no tiene ni nombre; aunque eso tampoco importa.
"El personaje tenía que ser yo mismo, de alguna forma. No tiene nombre, y no creo que lo necesite. Me gusta el hecho de que haya poca información y que tuviera que aportarla yo. Cuanta más información hay, mayor es el filtro que se interpone entre el espectador y lo que está pasando con los personajes. Eliminando eso, los diálogos, los efectos especiales, la voz en off... , creo que se crea una experiencia cinematográfica más pura. Y eso es algo muy poco común y me resultaba atractivo", explica Robert Redford, cuya solida presencia llena la pantalla sin que echemos en falta ni palabras ni a otros personajes.
Con este planteamiento cercano al filo del cine experimental, la soledad del personaje hace que la cámara se recree en él mientras hace cosas sencillas, a la vez que le vemos reflexionar, algo que no es habitual en las películas actuales.
La música también es clave en una película carente de diálogos, que el director encargó al cantante de Edward Sharpe and The Magnetic Zero, Alex Ebert, que se ha estrenado en la composición para el cine con una banda sonora equilibrada sin traspasar el límite que separa la realidad del melodrama.
El primer director de Sundance que le contrata
Por irónico que parezca, hasta ahora ninguno de los realizadores a los que Redford ha apoyado en su festival de cine independiente se había atrevido a ofrecerle un papel hasta que lo hizo Chandor. Además, al intéprete le daba confianza que J.C. Chandor, que practica el deporte de vela desde pequeño, "sabía de lo que hablaba y estaba poniendo algo suyo personal en la pantalla" al embarcar a un marinero en un viaje en solitario por el Océano Índico.
Así, Redford solo tiene buenas palabras para el cineasta de 40 años: "Es maravilloso. Es como imaginaba que fuese, como confiaba que fuese". Aunque tanto el actor como los productores de la cinta se preguntaban si una misma persona podía escribir dos películas "tan distintas", una de gente hablando en una habitación (Margin Call) y otra sobre una persona sola sin diálogos.
"Nuestra primera película giraba totalmente en torno a los diálogos y esta era todo lo contrario. Reconozco que pensé '¿cómo porras voy a conseguir que alguien financie esto?'. Era una idea muy osada", cuenta el productor Neal Dodson.
Ajustándose a un presupuesto muy reducido, con 30 días de rodaje y con solo tres veleros idénticos a su disposición, el equipo tuvo que agudizar el ingenio, igual que el protagonista, para solucionar el rodaje de las escenas más complicadas, especialmente las de los violentos movimientos del velero durante la tormenta.
La dureza del rodaje y la lucha por seguir adelante
A sus 77 años, el actor se encargó sin doble de hacer prácticamente todas las escenas, de gran dureza física, algo que disfrutó aunque admite que fue "muy difícil". "Está en plena forma, le encanta el agua y nada de maravilla. Pero pasarse el día empapado cansa a cualquiera; sin embargo, su fe en la película le motivaba", revela la productora Anna Gerb.
Cuando todo está perdido es, sobre todo, un homenaje a la capacidad de superación del ser humano, a su lucha por la supervivencia: "Como ser humano, no todo está perdido. Tienes que seguir adelante. Seguir moviéndote mientras puedes", afirma Redford, cuyo personaje solo rompe su silencio para pronunciar una o dos palabras muy efectistas en un momento de tremenda angustia.
"Mi personaje sigue adelante porque es todo lo que puede hacer. Puede rendirse, pero no lo hace. Sigue adelante porque es lo único que le queda por hacer, seguir adelante". Palabras de Redford aplicables a la película, y a la vida misma.