'El Nao de Brown', un aclamado cómic sobre la lucha contra la locura
- Narra la historia de una joven que sufre un trastorno obsesivo-compulsivo
- Una aclamada novela gráfica ganadora del Premio del Jurado en Angoulême
La fina línea que separa la cordura de la locura ha sido uno de los grandes temas de la literatura, el cine y todas las artes, pero nunca había dado tan buenos resultados como en El Nao de Brown (Norma), una de las novelas gráficas más aclamadas de los últimos añosy ganadora del Premio del Jurado en el Festival de Angoulême 2013 y del premio al Mejor Libro en los British Comics Awards.
Imaginaos estar dentro de la cabeza de una persona que sufra un trastorno obsesivo compulsivo (TOC), ese es el planteamiento de esta historia apasionante protagonizado por una joven que sólo quiere llevar una vida normal y que lucha constantemente por separar la realidad de la fantasía. Y no nos referimos a trastornos como no poder pisar las baldosas de un determinado color, lavarse las manos compulsivamente, buscar las matriculas capicúas o cosas por el estilo.
Nao, la protagonista de la historia, es una joven londinense de origen japonés, que sufre violentas obsesiones macabras de homicidio que la obligan a realizar extraños rituales mentales para su autocontrol, “deberes” para expresar lo que siente y comprenderse a sí misma, además de meditar en un centro budista.
Una obra maestra que nos hace reflexionar sobre nosotros mismos y nuestras obsesiones, miedos y sueños. Y sobre la fina línea que separa la cordura de la locura. Una obra maestra del británico Glyn Dillon (hermano del popular dibujante de Predicador, Steve Dillon) que teje un guión con numerosos elementos, incluyendo un metacómic (cómic dentro del cómic) cuyos resultados son asombrosos.
Al borde de la locura
Nuestra protagonista está siempre al borde de la locura, luchando por tener una vida normal y anodina, trabajando en una tienda de juguetes de diseño mientras intenta lanzar su carrera como ilustradora y además, encontrar el amor. Pero su vida cambia radiclamente cuando aparece un hombre que se parece a un personaje de una serie de animación del que ella es fan, Ichi.
Nao piensa que ese hombre tiene que ser el amor de su vida y hará todo lo posible porque así sea, creando una serie de situaciones que cambiarán su vida.
Una historia que se entremezcla con las ensoñaciones de la joven y sus impulsos violentos, a través de esas fantasías que acontece en su cabeza y que se reflejan en el cómic como un cuento ilustrado dentro del cómic que, visualmente, es totalmente diferente a la historia principal. Es un homenaje a Miyazaki y Moebius, una mezcla de estilos japonés y francés. Resumiendo, dos cómics dentro de uno que forman una misma historia: la de las vivencias exteriores e interiores de la joven Nao. Dos partes de una misma alma que intentan encontrar el equilibrio.
Una obra de arte
Si a ese excelente guion le añadimos el arte de Glyn Dillon el resultado sólo puede calilficarse de espectacular. Encontraréis pocos cómics mejor dibujados que este.
Dillon mezcla sus dibujos casi hiperrealistas con otros surrealistas pero siempre con un nivel gráfico espectacular, destacando su manejo de la línea y de las acuarelas, que dan al conjunto un aire realmente mágico.
Destacar su capacidad para crear imágenes inquietantes, como esa portada de la joven Nao con una lavadora por cabeza.
Uno de los mejores cómics de los últimos años, que tiene varios niveles de lectura y que podemos releer, una y otra vez, porque siempre encontraremos detalles nuevos. Un libro que es pura poesía visual pero que esconde un auténtico infierno mental.