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'Led Zeppelin IV', un disco para la eternidad

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Portada y contraportada del disco 'Led Zeppelin IV'.
Portada y contraportada del disco 'Led Zeppelin IV'.

Led Zeppelin IV, o Zoso, o Runes, o Four Symbols o, sencillamente, Sin título… Son muchos los nombres informales que le dan sus seguidores, quizá porque no tiene ninguno. Para parte de la crítica, es el mejor disco de Led Zeppelin y también para el mercado: es uno de los más vendidos de todos los tiempos.

La revista Rolling Stone lo sitúa como uno de los 100 mejores álbumes de la historia del rock e incluye dos de sus ocho canciones ("Black Dog" y "Stairway to Heaven") entre los 500 mejores temas. Led Zeppelin IV instaló al grupo en los altares de la historia de la música moderna, lugar que frecuentaban casi desde el primer disco.

Led Zeppelin IV o Zoso, como muchos lo llaman, es un disco enigmático, pero también un álbum de grandes cifras. Forma parte del Grammy Hall of Fame desde 1999, ha vendido más de 30 millones de copias lo que lo sitúa, según la Recording Industry Association of America (RIAA), en la cuarta posición del ranking de los más vendidos.

“¡Saquemos un álbum sin título!”

La fría respuesta de público y crítica al Led Zeppelin III afectó mucho a los componentes del grupo. Incluso hubo críticos que se despacharon a gusto, llegándoles a acusar de ser solo una banda famosa que copiaba temas de históricos maestros del blues. Aunque acostumbrados a los ataques, aquello afectó mucho a Jimmy Page.

Así que, en contra de todas las recomendaciones de la discográfica, respondieron con una idea osada. En 1971 apareció en el mercado un disco de portada enigmática en la que no se encontraba el nombre de sus autores por ningún lado. Tan solo había cuatro misteriosos símbolos en el lomo que - entonces no se sabía - representaban a los miembros del grupo.

"Acabamos hartos de las reacciones sobre el tercer álbum, de la gente diciendo que solamente éramos un montaje. Así que dijimos: '¡Saquemos un álbum sin título!' De ese modo, a la gente le gustaría o nada”, comentó después Jimmy Page.

La idea de la portada fue de Robert Plant y Jimmy Page. “Robert había comprado la lámina que aparece en la portada en una chatarrería en Reading. Entonces se nos ocurrió la idea de que la imagen -el hombre con la leña- representase lo antiguo en un edificio derruido, con lo nuevo surgiendo por detrás", recordaría el guitarrista.

Cruce de estilos

“Hey, hey, mama, said the way you move, gonna make you sweat, gonna make you groove/" (Hey, hey, mama, con esa manera de moverte vas a sudar, vas a disfrutar …)”. Con esta lasciva declaración de intenciones arranca "Black Dog", la primera pista de Led Zeppelin IV. La canción se ha consagrado como uno de los temas más emblemáticos del rock, con la que la banda abría sus conciertos desde 1971.

Seguirían ese blues/rock acelerado de rock & roll, los sonidos celtas y la mandolina que se acercan desde lejos en "The Battle of Evermore" o la legendaria "Stairway to Heaven". Algunos han asegurado que es la mejor cara A de un disco hecha nunca.

Y eso sin olvidar, por supuesto, los homenajes a sus viejas influencias, como el blues psicodélico de "When the Leevé Breaks" (una versión irreconocible del tema de la histórica cantante de blues Memphis Minnie). Una potente mezcla de estilos que se convirtió en la banda sonora de una época que ha trascendido sus tiempos.

Zoso está repleto de curiosidades musicales. Como, por ejemplo, que la cantante Sandy Denny, del grupo de folk británico Fair Convention, replica a Plant en "The Battle of Evermore" y que Page nunca había tocado una mandolina hasta la vez que compuso los acordes de la canción.

O que la batería de John Bonham en "When the Leevé Breaks" se grabó con un efecto ideado por Page (situar los micrófonos en una planta superior a aquella en la que tocaba Bonzo) para darle eco, que el resto de los instrumentos están grabados a un ritmo más lento o que las pistas cambian de un lado a otro. O que el piano que se escucha en "Rock and Roll" lo tocó Ian Stewart, de los Rolling Stones.

"Stairway to Heaven"

Pero muchas de esas curiosidades hacen referencia al que se ha convertido en el himno por excelencia de Led Zeppelin: "Stairway to Heaven". Por ejemplo, el solo de guitarra está considerado el mejor de la historia y Page encargó la construcción de su emblemática guitarra Gibson de dos mástiles para poder recrear la canción en los conciertos.

Y eso por no hablar de la enigmática letra y de las leyendas sobre su supuesto ‘satanismo’. Plant ha negado las acusaciones. “¿A quién se le hubiese ocurrido eso? Tienes que tener mucho tiempo libre para siquiera considerar que alguien pueda hacer eso. Y especialmente con "Stairway to Heaven", estábamos tan orgullosos de ella, y sus intenciones son tan positivas…”, comentó el cantante.

Led Zeppelin nunca editó la canción como ‘single’ (lo que probablemente contribuyó a las ventas del disco), pero se convirtió en el tema más solicitado por las emisoras de radio y, seguramente, el más conocido por el público.

Las runas y otros misterios

Led Zeppelin IV deja también misterios y uno de los más duraderos es el de las runas: cuatro símbolos que representan a los miembros del grupo y que son la única referencia suya que aparece en la portada.

La mayoría ya eran conocidos: El de Plant (una pluma) representa al dios egipcio Ma’at, a la justicia y a la valentía. El de Bonham (tres círculos entrelazados) es el símbolo de la trinidad. El de John Paul Jones simboliza la mente, el cuerpo y el alma.

Pero… ¿Qué simboliza el de Jimmy Page? A ciencia cierta, aún no se sabe, porque el guitarrista no ha revelado su significado. “Puede que no te lo creas, pero Page y una vez me llamó en un aparte y me dijo “mira, te voy a contar esto una vez y nunca más lo volveré a mencionar, o por lo menos no en muchísimo tiempo”. Y ¿te puedes creer que lo he olvidado y ahora Page no me lo quiere decir? Eso es lo único que puedo aportar”, comentó una vez Robert Plant sobre el tema.

Por supuesto, muchos periodistas le han preguntado a Page el significado y el resultado siempre es un cabreo supino del guitarrista. Sea lo que sea, su forma recuerda a la de cuatro letras: Z-o-s-o, es el primero de los cuatro, de ahí que muchos de sus fans llamen así al disco.

Led Zeppelin IV es sin duda uno de los discos más influyentes de la música moderna y se ha convertido en un mito. Aún hoy, aquella primera edición en vinilo de 1971 es un objeto de culto que persiguen coleccionistas.