Enlaces accesibilidad

El Prado descifra las 'poesías' de Tiziano

  • El museo restaura su Venus y Adonis y la Dánae del duque de Wellington
  • Descubre que esa Dánae fue la original encargada por Felipe II a Tiziano
  • Expone por primera vez juntas dos de las versiones de Dánae del veneciano

Por
'Dánae' (después de la restauración). Tiziano. The Wellington Collection, Apsley House.
'Dánae' (después de la restauración). Tiziano. The Wellington Collection, Apsley House.

Este miércoles el Museo del Prado cumple 195 años y qué mejor forma que celebrarlo regalando a sus visitantes un descubrimiento artístico de relevancia mundial contenido en una pequeña exposición que abre sus puertas en la efeméride: Dánae y Venus y Adonis. Las primeras poesías de Tiziano para Felipe II, que expone juntas por primera vez dos versiones de Dánae del maestro veneciano, la del Prado y la hasta ahora inédita de la Colección Wellington de Londres, y su tradicional pareja, la Venus y Adonis, también de la pinacoteca madrileña.

Una muestra que reúne tan solo tres cuadros, pero que son la primera parte del "conjunto de pintura mitológica más influyente de la historia del arte" y, con el añadido de que, tras un meticuloso proceso de restauración, se ha podido constatar que fue la Dánae de Wellington -realizada hacia 1553 y que Fernando VII regaló al duque inglés tras la Guerra de la Independencia- y no la perteneciente al Prado -datada hacia 1565- la que Tiziano pintó para las 'poesías' por encargó de Felipe II, en contra de lo que se creía hasta ahora.

Así lo explica a RTVE.es el jefe del Departamento de Pintura Italiana y Francesa del Prado y comisario de la muestra, Miguel Falomir, que señala que este descubrimiento "obligará a cambiar muchas páginas de los libros de historia". De momento, hasta el 1 de marzo de 2015 puede ser disfrutado en Madrid, antes que la Dánae de Wellington, que es "la primera vez que se muestra en público", vuelva a Reino Unido ya restaurada.

(Dánae, antes de la restauración)

Tiziano, maestro de maestros

Pero, hagamos un poco de historia. Entre 1553 y 1562, Tiziano Vecellio, uno de los más grandes maestros de la pintura, pintó por encargo de Felipe II un conjunto de seis obras mitológicas, inspirado principalmente en las Metamorfosis de Ovidio y destinado al deleite de los sentidos, que se vino a denominar "poesías", integrado por Dánae (Londres, Apsley House), Venus y Adonis (Madrid, Museo del Prado), Perseo y Andrómeda (Londres, Wallace Collection), Diana y Adonis y Diana y Calisto (Edimburgo, National Gallery/Londres, National Gallery) y El rapto de Europa (Boston, Isabella Stewart Garden Museum).

Estas 'poesías' son "fundamentales en el devenir de la pintura occidental", explica Falomir, pues influyeron en el modo en el que los grandes maestros posteriores, como Rubens o Veronés, representaron estos temas mitológicos.

Pero no solo esto y la restauración de año y medio a la que se ha sometido la pareja de la Dánae 'británica' y Venus y Adonis dan relevancia a la exposición, sino el que se haya acabado con el convencimiento que existía hasta ahora de que la Dánae del Prado era la pareja original de Tiziano. Y es que el mal estado de conservación en que se hallaba el cuadro de la colección de Wellington lo hacía parecer "una copia moderna de un pintor, pero no se distinguía a Tiziano", revela a RTVE.es Elisa Mora, su restauradora. De hecho, el primero en sugerir que podía tratarse de una obra original del veneciano fue el historiador inglés Paul Joannides, aunque su hipótesis no fue oída hasta que Falomir lo vio y lo corroboró.

(Dánae, después de la restauración)

Tras ocho meses de eliminación de barnices y la cuidadosa cobertura de abrasiones y pérdidas, la Dánae que Fernando VII regaló al duque de Wellington después de que este lo interceptase en el 'equipaje' de José I Bonaparte, luce en todo su esplendor. Y ahora se hacen patentes evidencias que desmentían que la Dánae del Prado fuese la de Felipe II, como el hecho de que era una obra "mucho más tardía" y con un estilo más evolucionado, apunta el comisario, o que Velázquez había adquirido una Dánae de Tiziano en su primer viaje a Italia.

La Dánae preferida de Velázquez

En este sentido, la figura de Velázquez es fundamental para explicar esta confusión histórica. En opinión de Falomir, pudo ser el hecho de que el maestro sevillano vendiera ese cuadro al rey Felipe IV o por el hecho de que se "identificara más como pintor con ese tipo de pincelada desecha", lo que llevó a sustituir la Dánae original por esta segunda en las 'bóvedas de Tiziano' del hoy desparecido Alcázar de Madrid y que la primera acabase en el Casón del Buen Retiro hasta la Guerra de la Independencia.

Y es que la Dánae de Londres es una obra cuya calidad demuestra que Tiziano debió recibir una buena suma por ella -se cree que su comitente fue el mercader flamenco Francesco Vrins-, además de representar a la hija de Acrisio de un modo "mucho más erótico, totalmente desnuda, con la boca abierta en pleno éxtasis sexual e incluso abriéndose el sexo con la mano para facilitar el intercambio amoroso" con el dios Zeus. También se ha descubierto, gracias a una copia flamenca, que este cuadro perdió un tercio superior en el siglo XVIII que incluía la cabeza de Jupiter y un águila que sostenía los rayos, pero que desapareció hacia el año 1780 en una restauración a la que la sometió Calleja por razones de conservación.

Pero ni la de Londres ni la de Madrid son la primera Dánae de Tiziano, que pintó por primera vez a la madre de Perseo para el cardenal Farnese en Roma en 1544-45 para ilustrar los amores del clérigo con una cortesana, que serviría de modelo para las posteriores versiones, siempre diferentes en algo, y en la que la figura que la acompaña es un cupido y no la vieja celadora.

Dánae y Venus y Adonis. Las primeras poesías de Tiziano para Felipe II nos permite, por último, disfrutar en un espacio de unos pocos metros cuadrados -los de la sala 40 del edificio Villanueva- de la impresionante evolución artística de un genio de la pintura que dejó su huella en otros grandes como el propio Velázquez o Goya.

El secreto oculto tras Venus y Adonis

La restauradora del Prado Elisa Mora ha empleado nueve meses en recuperar Venus y Adonis, que, si bien estaba "mejor conservado" que Dánae, también tenía barnices oxidados. Pero, su principal elemento desestabilizador era que tenía añadida una franja de tela en el lateral izquierdo de 11 centímetros que "alteraba totalmente" la composición concebida por Tiziano. En esta ocasión, esa tela sobrante se ha podido ocultar sin tocar la pintura con un marco, con lo que "el eje central del óleo vuelve a recaer sobre el pie que pisa fuerte de Adonis", reequilibrando la composición. En el caso de la Dánae de Londres, Mora ha dedicado ocho meses a subsanar las malas prácticas de las restauraciones anteriores, en las que se tendía a repintar en tonos oscuros los fondos y a limpiar las figuras en las zonas de luces, proceso que "desequilibraba" las obras. Así, tras eliminar barnices y repintados se ha podido mostrar la técnica de Tiziano, cuyos fondos solían tener poca pintura "porque le gustaba transparentar la preparación". "Se intuía que Tiziano estaba ahí, y realmente lo estaba pese a todos los daños, abrasiones y pérdidas de color", explica.