Rosa Montero: "El enamoramiento es una respuesta del ser humano contra la muerte"
- La escritora presenta su novela El peso del corazón
- Se trata de un thriller futurista ambientado en el Madrid de 2109
- El relato recupera los personajes de Lágrimas en la lluvia (2011)
“Sea permitido o no, habrá clones humanos y será un problema determinar qué derechos tienen estos seres. Para mí Bruna Husky es más humana que muchos humanos. ¿Es humano Pinocho? Era de madera, pero era un emblema de la humanidad", afirma la escritora Rosa Montero a RTVE.es. Hablamos de Bruna Husky, la protagonista de El peso del corazón, su última novela.
Publicada por Seix-Barral y en las librerías desde el 17 de febrero, se trata de un "thriller existencial" y futurista que se desarrolla en el Madrid de 2109.
Bruna Husky vió la luz en las páginas de Lágrimas en la lluvia, publicada en 2011. Es una androide orgánica con fecha de caducidad creada para combatir y una detective que se enfrentará a la apisonadora implacable de un sistema político opresor. Pero en realidad, tras Bruna se esconde un ser humano en la forma que lucha trágicamente para serlo en el fondo.
"Ella representa la gran tragedia que es venir a este mundo con tantos deseos de vivir, con un yo tan inmenso que lo ocupa todo, y a quien en dos parpadeos se le va la vida. Es como un tigre, encerrada en la jaula demasiado pequeña de su existencia”, explica la autora justificando la ilustración del felino en la portada como el alter ego de la protagonista.
No es ciencia ficción, es Rosa Montero
¿Quién diría que el peso del corazón es el título de una novela de ciencia ficción? Lo cierto es que el tiempo futuro de esta historia, en la que los humanos se teletransportan y la ciencia negocia con la espiritualidad en un punto impensable, no determina la identidad del relato; los libros de Rosa Montero son la expresión de Rosa Montero: "Hablan del sentido de la vida, del paso del tiempo, de la memoria como una construcción imaginaria, del poder y el fanatismo, de la necesidad de los otros”.
Bruna es Rosa y viceversa, "es el encuentro más cercano a mí, en lo profundo, claro, porque yo no soy una replicante de combate”. La autora rescata esa palabra mítica, "replicante", que su texto adapta en la contracción "rep". Unida al título de 2011, Lágrimas en la lluvia, los sonidos evocan inevitablemente a los universos fílmico de Blade Runner de Ridley Scott y literario de Sueñan los androides con ovejas eléctricas de Phillip K. Dick.
Aunque la escritora reconoce que “la ciencia ficción es una herramienta metafórica poderosísima para reflejar la vida y la condición humana", admite la firma que la caracteriza: “No sigo las normas del género, detesto las etiquetas. Lo que quiero es volver a hablar de mis obsesiones y encontrar una vía nueva, porque en el fondo siempre hablas de los mismo. Nuevas formas de volver a acercarte a esas obsesiones y volver a expresarlas de una manera más exacta, más profunda”.
"Un juguete enorme"
“Estoy contando un cuento para adultos de lo que es la condición humana, que es la misma que ha sido desde hace siglos”. La autora dispone del suficiente oficio para encajar Madrid y su parque del Retiro en un mundo que el cine y la literatura han digerido tradicionalmente como "anglo".
La terminología futurística está plagada de “un montón de palabros” que a Montero no le apetecen, pero eso sí, “hay cosas que tienes que crear, y además, hay algo maravilloso y es que la ciencia ficción te obliga a ser tremendamente coherente. Tienes que construir un mundo paralelo que debe funcionar (...) es como jugar con un juguete enorme”.
“Lágrimas en la lluvia y El peso del corazón son mis novelas más realistas. No son ni una utopía ni una distopía, son libros realistas que intentan representar el mundo tal y como es hoy también. He intentado hacer una visión razonable del futuro, pero no para contar como es el mundo del futuro, sino para representar el mundo de hoy".
¿Sueñan los androides con corazones eléctricos?
Rosa Montero parece menuda pero no lo es. Una salamandra de tinta vigila desde su brazo derecho y una bandada de pájaros le sube desde el izquierdo hacia el cuello. “Me hice estos tatuajes en un momento en el que necesitaba un comienzo nuevo”, comenta la escritora.
Y su personaje, Bruna Husky no quiere morir; quiere que la quieran. "La muerte es lo que nos define. La muerte está siempre dentro de ti, esperándote enroscada en tu estómago", continúa Montero parafraseándose a si misma, "pero el enamoramiento es una respuesta del ser humano contra la muerte. Cuando estás enamorado apasionadamente, la muerte no existe. Es uno de los pocos momentos en los que sales de ti mismo".
“Hal el ordenador de 2001 Odisea, ya pedía que no lo desconectaran” comenta la autora con una sonrisa. "No hay nada que te tranquilice definitivamente, la vida es pura zozobra. Puedes parender a vivir mejor, a vivir el presente con más plenitud”.
Y desmonta la idea de compartir inteligencias y consciencias con seres diferentes al ser humano en un futuro: “Ya lo hemos vivido, hemos compartido la tierra durante 100.000 años con los neandertales. Tenemos una memoria genética de ello”.