Lenny Kravitz, todo un torbellino musical que revoluciona Madrid
- El músico neoyorquino presenta en la capital de su décimo trabajo Strut
- Enérgico y sensual, Kravitz coquetea con el público y se lo mete en el bolsillo
El músico neoyorquino Lenny Kravitz, ha enloquecido esta noche el escenario del Palacio de Deportes de Madrid (Bardclaycard Center) en su segundo paso por España de la gira de presentación de su décimo trabajo discográfico Strut.
El artista, que ya había estado previamente en Gijón comenzando el tour, ha pasado por la capital para deleitar a sus fans madrileños con un enérgico y sensual espectáculo de luces, música y mucho coqueteo por parte de Kravitz.
Un espectáculo de grandes músicos y una gran puesta apunto sin mayor tecnología que unos focos y luces, que han creado una noche intensa e inolvidable.
Sin importar el retraso
Cerca de 15.000 personas han visto un show que ha comenzado con 20 minutos de retraso y ha terminado una hora y media después, sin apenas dar muestras de irritación o enfado. El público se ha enamorado del cantante desde el minuto uno.
"Gracias por vuestra paciencia y por vuestro amor. Sin vosotros estos 25 años atrás no hubieran sido nada", ha confesado al gentío para metérselo en el bolsillo.
Kravitz ha calentado motores con una de las nuevas, "Frankenstein", pero su gran versión de "American Woman" ha hecho estallar a la masa como si fuera esa la canción de apertura.
El cierre ha sido para una enérgica "Are you gonna go my way" que ha acabado de enloquecer al personal.
"¡Qué bueno veros!"
"¡Qué pasa!, ¡Qué bueno veros!", "¡Madrid!" "Muchas gracias" ha gritado el músico estadounidense antes de regalar a los presentes su mítico tema "Ain't over till is over", que ha enamorado con los contoneos del propio Kravitz.
Pero la verdadera anécdota y guinda del pastel la ha puesto su éxito "Let love rule", que ha acabado con un verdadero baño de masas, en el que Kravitz se ha paseado por todo el recinto micrófono en mano, para llegar a todos y cada uno de sus admiradores, cosa que ha revolucionado a los presentes.
Conexión con el público
Con el público enloquecido, "Fly away" ha hecho estallar el recinto y todo el que quedaba sentado se ha puesto en pie para escuchar el redoble final de batería que, junto a la trompeta, han sido los instrumentos más destacados.
Lo cierto es que los músicos se han lucido durante todo el espectáculo, ya que las canciones se alargaban varios minutos mientras el artista principal interactuaba con la gente, pidiéndole que saltara, cantara y bailara.
El final de la velada ha sorprendido a todos con "Are you gonna go my way", la más cañera entre el repertorio. "¡Saltad!" pedía extasiado, y la gente no se hizo de rogar.
Sin duda un concierto que ha hecho pasar a los asistentes un rato muy agradable, intenso y enérgico de la mano de un artista que da mucho juego sobre el escenario, más que por cantar, por su conexión con lel público.