Buena Vista Social Club dice adiós con una explosión de frescura y delicioso son cubano
- La gira de despedida de la orquesta hace escala en Madrid
- Elíades Ochoa y Omara Portuondo lideran un grupo de míticos músicos cubanos
- La banda ha actuado este martes en el Teatro Circo Price
"Estoy acabando, de nuevo empezando mi vida otra vez", esta profética frase de Elíades Ochoa podría resumir a la perfección el espíritu que esta noche se ha respirado en el Teatro Circo Price de Madrid que ha colgado el cartel de "entradas agotadas".
Dentro del ciclo de conciertos de los Veranos de la Villa, la Orquesta Buena Vista Social Club, que se encuentra realizando su gira de despedida, ha protagonizado un auténtico terremoto que han hecho bailar a mayores y jóvenes.
Una explosión de frescura liderada por un puñado de músicos cubanos de edad media abultada al ritmo de las mejores canciones de la música de la isla.
Tiembla el Price a ritmo de son
El espectáculo ha empezado con un ligero retraso pero, para cuando los artistas han saltado al escenario, Rosa ya estaba sentada en su butaca. A sus 78 años, la vida de esta mujer de origen cubano está completamente vinculada a la trayectoria de la orquesta.
Jesús "Aguaje" Ramos, el trombonista de la banda, nació a solo una cuadra de la que era su casa y Filiberto Sánchez, responsable de los timbales, forma parte de su familia, asegura Rosa a RTVE.es. Ella y dos de sus bisnietos han sido en parte los responsables de que la tarima que cubre la pista del Price para montar el patio de butacas vibrase bajo los pies de los presentes que no han podido aguantar mucho sentados.
Primero han sido las gradas, arriba en el gallinero, y poco a poco el ritmo que salía del laúd Barbarito Torres ha ido levantando a los presentes hasta llegar a la primera fila como una ola al son de "Tumbao", "Marieta" o "Black Chicken".
Una historia tras cada canción
Sin embargo, el primer gran momento de la noche ha llegado con la entrada en escena de Elíades Ochoa. Conocido como "el Johnny Cash cubano" y uno de los miembros más veteranos de Buena Vista, Ochoa ha puesto en pie al respetable con "El carretero", el coreado "Estoy como nunca", que ha ido acompañado de un espectacular solo del contrabajo de Pedro Pablo Gutiérrez, o "Macusa".
Detrás de cada canción hay una historia. "Nos vamos a ir a la Luna y vamos a venir a hacer música solo cuando estemos de vacaciones", ha dicho Ochoa sin tono de despedida en su voz para presentar "La luna" y lanzar, ya de paso, un mensaje contra el calentamiento global y la NASA en este caluroso verano madrileño.
Estos y otros temas forman parte de Lost and found, el último disco de la banda en el que rinden homenaje y recuperan grabaciones en los estudios Egrem de La Habana de las voces de Ibrahim Ferrer, Cachaíto López, Compay Segundo o Rubén González, todos miembros tristemente desaparecidos de la formación.
Y llegó la gran Omara
Ya sin Elíades en el escenario, el trombón se ha vuelto majadero para caldear el ambiente antes de recibir a la gran Omara Portuondo, otra de las "originales", que a sus fenomenalmente llevados 85 años ha deleitado al público con sus dulces "Lágrimas negras", un más relajado e iluminado para la ocasión "20 años", "No me llores" y un interminable y emocionante "Quizás, quizás".
Mención aparte en este bloque merece la sensualidad de esta diva que, en secreto y en familia, ha presentado al público madrileño a su marido Papi Oviedo, encargado del tres, con el que se ha marcado un picantón baile aplaudido y coreado desde el escenario y la grada.
"Madrid tiene mucho de La Habana", ha dicho la orquesta, y en este concierto se ha dejado sentir. El recinto circular del Price era un auténtico hervidero de bailarines de salsa, bachata y cumbia que deslucirían a más de un profesional.
Una antología de la música cubana
Entre todos esos bailarines no podía faltar doña Rosa, recorriendo arriba y abajo el pasillo de la mano de sus pequeños y moviendo su veteranas caderas con los acordes de "Chan Chan" y "El cuarto de Tula", que ha prolongado durante más de siete minutos estirados hasta el extremo el primer cierre del concierto.
Cumplidos 75 años del cierre del mítico club social Buena Vista de La Habana, que la Orquesta honra con su nombre, 25 después de la creación de la formación; de la mano del músico cubano Juan de Marcos González y el guitarrista estadounidense Ry Cooder; y 12 después de la grabación del documental homónimo dirigido por Wim Wenders; la banda que se ha dedicado a difundir la música cubana por el mundo se despide, parece que definitivamente, de los escenarios con un rotundo "Adiós tour" que pasará por Palma de Mallorca este jueves y tiene fechas cerradas hasta 2016.
Por eso, cuando se han apagado las luces, el público silbaba, gritaba y pedía más y Buena Vista no ha defraudado. Los miembros han vuelto a saltar al escenario, Omara y Elíades incluídos, para tocar un emocionante "Dos gardenias" y despedirse de Madrid, posiblemente para siempre, con "Candela".