Muere el neurólogo y escritor Oliver Sacks a los 82 años
- Padecía un cáncer terminal y ya había anunciado que iba a morir
- El escritor publicó su experiencia con la enfermedad hasta el final
- Es considerado gran divulgador de síndromes como el Asperger o Tourette
- Vuelve a ver la entrevista de 2005 a Oliver Sacks en Redes
El reputado neurólogo y escritor estadounidense, Olvier Sacks, ha fallecido a los 82 años a causa de un cáncer terminal, según ha informado The New Yorkt Times, que citaba a la asistente personal del escritor, Kate Edagr
Ha fallecido en su casa de Nueva York. En febrero ya había anunciado que su cáncer, tras haber superado un melanoma en el ojo, se había extendido al hígado y no habría posibilidad de cura.
“Debo decidir cómo vivir los meses que me quedan. Tengo que vivirlos de la manera más rica, intensa y productiva que queda“
“Debo decidir cómo vivir los meses que me quedan. Tengo que vivirlos de la manera más rica, intensa y productiva que queda”, exponía el autor en un emotivo artículo. Sacks relató su experiencia con la enfermedad hasta el final de sus días, haciendo un continuo balance sobre su vida.
Sacks es autor de famosos títulos como El hombre que confundió a su mujer con un sombrero, o Despertares, que en 1990 dio lugar a una película con el mismo nombre que protagonizaron Robin Williams y Robert de Niro y que relataba la experiencia del escritor con los efectos de la L-dopa en los pacientes catatónicos que sobrevivieron a la epidemia de encefalitis letárgica de 1917 a 1928.
Para sus obras, el neurólogo empleaba sus casos clínicos, pacientes y las enfermedades en las que trabajaba para reflexionar sobre la consciencia y la condición humana, dejando como legado valiosos documentos que han servido de gran ayuda a la comunidad científica.
Entre ellos, destacan sus explicaciones a los lectores de síndromes como el de Tourette o Asperger, lo que le otorgó gran fama como divulgador científico.
The New York Times recuerda una cita del popular autor, quien recibía más de 10.000 cartas al año, e "invariablemente contesto a los menores de diez años, los mayores de 90 años o la gente que esta en prisión".
En su despedida de los lectores, el autor y popular científico escribió: "Hace un mes me encontraba bien de salud, incluso francamente bien. A mis 81 años, seguía nadando un kilómetro y medio cada día. Pero mi suerte tenía un límite: poco después me enteré de que tengo metástasis múltiples en el hígado".
"Hace nueve años me descubrieron en el ojo un tumor poco frecuente, un melanoma ocular. Aunque la radiación y el tratamiento de láser a los que me sometí para eliminarlo acabaron por dejarme ciego de ese ojo, es muy raro que ese tipo de tumor se reproduzca. Pues bien, yo pertenezco al desafortunado 2 %", añadía.
También describía sus sensaciones ante la enfermedad al afirmar que "en los últimos días he podido ver mi vida igual que si la observara desde una gran altura, como una especie de paisaje, y con una percepción cada vez más profunda de la relación entre todas sus partes. Ahora bien, ello no significa que la dé por terminada".
“Me siento centrado y clarividente. No tengo tiempo para nada que sea superfluo“
"Me siento centrado y clarividente. No tengo tiempo para nada que sea superfluo. Debo dar prioridad a mi trabajo, a mis amigos y a mí mismo. Voy a dejar de ver el informativo de televisión todas las noches. Voy a dejar de prestar atención a la política y los debates sobre el calentamiento global", aunque a continuación aclaraba que "no es indiferencia sino distanciamiento."
Al describir su vida como un "privilegio" y "una aventura" concluía que "no puedo fingir que no tengo miedo. Pero el sentimiento que predomina en mí es la gratitud. He amado y he sido amado; he recibido mucho y he dado algo a cambio; he leído, y viajado, y pensado, y escrito”.