Cientos de miles de personas salen a la calle en la Diada para reclamar la independencia en el primer día de campaña electoral
- La movilización ha llenado los cinco kilómetros de la Meridiana de Barcelona
- El Ayuntamiento la cifra en 1,4 millones; el Gobierno, en no más de 550.000
- Es el evento principal de una Diada criticada por ser un acto electoralista
- Mas al Estado: "Dejad esta miopía política y este orgullo imperial"
Cientos de miles de personas han salido a la calle este viernes para ocupar la avenida Meridiana de Barcelona y formar la llamada Via Lliure, organizada por 'Ara és l'Hora' -iniciativa en la que están la Asamblea Nacional Catalana (ANC) y Òmnium Cultural-, en un ambiente marcado por su carácter festivo, reivindicativo y también electoral. Por cuarto año consecutivo, la manifestación de la Diada tiene un cariz pro independencia que ha acarreado las críticas del Gobierno y los partidos no soberanistas por usarse de modo partidista en plena campaña electoral.
En el recuento de manifestantes de la bautizada como la 'Vía Libre a la República Catalana', los cálculos varían entre los 1,4 millones de personas que estima la Guardia Urbana de Barcelona y la horquilla de 520.000 a 550.000 asistentes según la Delegación del Gobierno, lo que supondría una menor afluencia que en la manifestación de 2014, cuando la organización la cifró en 1,8 millones de personas y el Gobierno en unas 500.000.
Miembros de las dos candidaturas independentistas han acudido a la manifestación, pero no así el presidente de la Generalitat, Artur Mas, número cuatro de la lista de Junts pel Sí, que después se reunió con los organizadores y pronunció un mensaje institucional en el Palau de la Generalitat, en el que ha pedido al Gobierno que "tome nota de las imágenes, que hablan por sí solas".
Mas: "Dejad la miopía política y el orgullo imperial"
El presidente catalán se ha dirigido directamente al Gobierno. "Dejad esta miopía política y este orgullo casi imperial que impide sentarse a la mesa, negociar y alcanzar acuerdos", ha espetado un Mas que ha acusado al Estado de amenazar a los independentistas con las leyes y tratarles como si fueran "casi delincuentes".
Y ha defendido que el proceso abierto no va "ni contra España ni contra el Estado español, vamos a favor. A favor del derecho a decidir, de la democracia, de la dignidad, de la posibilidad y el reto de vivir mejor".
"Somos gente normal, serena, pacífica, ilusionada", ha señalado, invitando a que el pueblo catalán sea "escuchado" y haya acuerdos, en función del mandato de las urnas, para "cambiar la ley entre todos". "No pasa nada, no se acaba el mundo", ha ironizado un Mas que ha mostrado su "orgullo, confianza e ilusión" tras la manifestación.
Presencia de los partidos soberanistas en la marcha
Entre los asistentes a la Via Lliure, sí que han acudido miembros de las listas soberanista de la CUP y Junts pel Sí, como su candidato Raül Romeva, Oriol Junqueras y Muriel Casals; el conseller de Presidencia, Francesc Homs, y el de Cultura, Ferran Mascarell; Josep Rull y Jordi Turull (CDC); el cineasta Ventura Pons; los cantantes Lluís Llach y Joan Daus o el escritor Albert Sánchez Piñol, entre muchos otros.
Oriol Junqueras ha asegurado desde la cabecera de la marcha que su candidatura Junts pel sí "hará todo los posible para que sea la última Diada antes de la independencia de Cataluña". El número uno de la lista, Raül Romeva, ha deseado que la multitudinaria manifestación de este viernes sea el preludio de una "victoria masiva" del independentismo en las elecciones autonómicas del próximo 27 de septiembre.
El candidato de la CUP a las elecciones del 27S, Antonio Baños, ha asegurado por su parte que la Meridiana es el "punto de salida" a la "lucha por la libertad del pueblo catalán".
Un gran puntero hasta el Parlament
Se trata de la cuarta movilización consecutiva que las entidades soberanistas impulsan en pro de la independencia y pretenden que sea el "puente" entre el proceso de participación del 9N, celebrado en noviembre de 2014, y las elecciones del 27S.
La manifestación, teñida de blanco por las camisetas que visten los participantes tiene lugar en medio de un clima no solo de intensidad política sino también electoral, al coincidir con el primer día de la campaña de las elecciones catalanas del 27S.
La movilización, organizada por la ANC -cuya expresidenta, Carme Forcadell, es la número 2 de Junts pel Sí- ha ocupado los algo más de cinco kilómetros de la Meridiana, desde el acceso a la ciudad hasta el Parque de la Ciutadella, donde está el Parlament.
Los asistentes han llenado la avenida de pancartas reivindicativas y banderas esteladas. También han exhibido carteles y proclamas a favor de la independencia. Muchas personas vestían camisetas oficiales distribuidas por las entidades soberanistas que han organizado la marcha.
El objetivo era llenar la avenida Meridiana, dividida en 135 tramos -tantos como escaños en el Parlament- que han servido simbólicamente para trasladar a la cámara los diez ejes de una hipotética República catalana: regeneración democrática, bienestar y justicia social, diversidad, solidaridad, igualdad, sostenibilidad, equilibrio territorial, educación y cultura, innovación y una Cataluña abierta al mundo.
Cerca de 500.000 personas se habían inscrito previamente para ir ocupando de forma ordenada los diferentes tramos en los que se ha dividido esta avenida, en la que se ha procurado dejar vacío un carril central de seis metros de ancho, por el que a las 17:14 horas -un homenaje al año 1714 que se conmemora en la Diada- ha empezado a avanzar un puntero gigante portado por varios deportistas, que ha ido "levantando" a su paso un mosaico de colores variados, en dirección al escenario situado en uno de los ángulos de la Ciutadella, donde han tenido lugar los discursos políticos y diferentes actuaciones.
Una Diada polarizada
Esta manifestación es el acontecimiento principal de una Diada catalana que en los últimos años ha dejado ser unitaria desde el punto de vista político y en esta ocasión se ha visto especialmente polarizada por los partidos favorables y contrarios al proceso soberanista.
Los actos institucionales de la Diada que normalmente se celebran por la mañana se han adelantado al miércoles y al jueves por la noche, para dejarlos fuera de la campaña electoral que ha empezado este mismo 11 de septiembre.
Ya por la mañana, la ofrenda floral al monumento de Rafael Casanova, en el centro de Barcelona, reflejó las diferencias entre las diferentes fuerzas políticas. Contó con la presencia de Artur Mas, miembros de la Generalitat, el Parlament, y candidaturas como Junts pel Sí, Unió, Catalunya sí que es pot y el PSC, pero se negaron a participar el PP, Ciudadanos y la CUP.
El principal foco de polémica política de la jornada, no obstante, es la propia manifestación en la Meridiana, a la que asisten miembros de las candidaturas soberanistas, y a la que varios candidatos y políticos destacados, como la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, no han querido asistir representando a sus entidades políticas.
De hecho, la Junta Electoral Central ha considerado que este evento no es ajeno al proceso electoral, en respuesta a recursos presentados por el PSC y el PP, y ha pedido a la televisión pública catalana, TV3, que en caso de transmitir la Vía Libre ha de compensar en tiempo de presencia a los partidos que no la apoyan.