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Premios Princesa de Asturias 2015

Emilio Lledó: "El cielo ideal de las Humanidades está en la realidad lleno de nubarrones violentos"

  • A sus 88 años, Lledó recibe el galardón por toda su trayectoria
  • Recalca la importancia de las Humanidades y de la Comunicación en el desarrollo social y personal
  • Alerta, sin embargo, de la violencia y la ignorancia como sus grandes enemigas
  • Consulta el discurso íntegro de Emilio Lledó

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Emilio Lledó, Premio Príncipe de Asturias 2015 de Comunicación y Humanidades, alerta del peligro de la violencia y la ignorancia

El filósofo y humanista español Emilio Lledó ha recibido el Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2015 por toda su trayectoria como filósofo y pensador. En suu discurso, repleto de metáforas y conceptos abstractos, ha recalcado la importancia de las Humanidades para la identidad social y los peligros que acechan actualmente a esta especialidad.

Para comenzar, haciendo honor a su galardón, Lledó ha hablado de la vida, de esa "experiencia incesante". "Vamos aprendiendo a mirar, a asombrarnos de la naturaleza que nos rodea: los árboles, las nubes, la luz, el mar, la tierra, los frutos de la tierra. Fueron los primeros filósofos los que nos iniciaron en ese asombro y empezaron a especular sobre los principios fundamentales de la vida: el agua, el aire, la tierra".

Así es como este filósofo español de 87 años ha logrado imponerse a otros 27 candidatos para lograr este Premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades.

En su discurso en la ceremonia de entrega de los Premios, en Oviedo, ha incidido en el "gozo de los sentidos" como clave de la Filosofía, o lo que ha llamado como "luz interior" una luz determinada por "una nueva forma de mirar" la realidad. De ahí surgen los "conceptos", los "nuevos objetos ideados, mirados; algo concebido por la mente y que habrían de forjar un nuevo universo de palabras elementales".

Lledó ha hecho referencia así a esta "constelación de significados", al "corazón del lenguaje" y a esa "luz interior que nos ha hecho comunicación y humanidad, que nos ha transformado en palabra. Esos elementos se llamaron 'Verdad', 'Bien', 'Belleza'.

El deterioro de las Humanidades

El pensador ha reflexionado sobre el concepto 'Humanidades', al que define como "un término que se nos ha hecho familiar, y que, por esa misma familiaridad, podríamos resbalar, sin darnos cuenta, por el fecundo territorio de sus significados",  fruto de "un largo proceso cultural" y que es "un ideal en la memoria colectiva y, sobre todo, resultado no sólo de la 'teoría', de la mirada, sino que es fuerza, dinamismo, riqueza para la sociedad"

De ahí la importancia del aprendizaje y comunicación de las Humanidades. "Las necesitamos para hacernos quienes somos, para saber qué somos y, sobre todo, para no cegarnos en lo que queremos, en lo que debemos ser", ha insistido.

El género humano no ha logrado superar la ignorancia y su inevitable compañía, la violencia, la crueldad

Sin embargo, ha advertido, "el cielo ideal de las Humanidades está en la realidad lleno de nubarrones violentos. Basta abrir los periódicos o escuchar las noticias". Ha hecho referencia así al deterioro de esta ciencia ya que, "a pesar de los indudables progresos reales, el género humano no ha logrado superar la ignorancia y su inevitable compañía, la violencia, la crueldad. El “género humano”, esa trivializada expresión, convertida en “desgénero humano”, en una degeneración.

De ahí ha reflexionado sobre otro concepto, el 'Bien' o 'Bondad',  que "se levantó desde ese espacio de mutua ayuda y protección con que la naturaleza asimila, alienta y sostiene sus propios productos" y que suponía "una perspectiva humana; una mirada, pero desde dentro de uno mismo". Por lo tanto, ha explicado, "no es extraño que la belleza fuera unida a la bondad. Todo ello implicaba el despertar, ante nuestros ojos, ante nuestros oídos de ese horizonte de las Humanidades".

La importancia de la educación

"La educación, la paideía, inicia, ya en la infancia, ese proceso de construir el 'quien' que mide en nosotros", ha dicho Lledó, en referencia al modo en que la educación contribuye a la construcción de la propia persona.

"Estoy convencido de que los maestros, los profesores, son conscientes de ese privilegio de la comunicación, de esa forma suprema de 'Humanidades'. Ese anhelo de superación, de cultura, de cultivo es, tal vez, la empresa más necesaria en una colectividad, en una 'polis' y en su memoria. En ella, en esa educación de la libertad, alienta el futuro, el de la verdad, el de la lucha por la igualdad, por la justicia, por la inteligencia", ha expuesto.