La Cumbre del Clima de París, en 12 claves
- Representantes de 195 países se reúnen en la capital francesa
- Buscarán sustituir al Protocolo de Kioto en la lucha contra el cambio climático
- Para ello, todo pasa por reducir las emisiones de gases de efecto invernadero
La Cumbre del Clima de París (COP21) pretende sentar las bases definitivas para combatir el que, para muchos, es el principal reto que afronta la humanidad: el calentamiento global. Estas son algunas de las claves para comprender esta cita trascendental:
1. ¿Qué es la Cumbre de París y cuáles son sus objetivos?
Representantes de 195 países, entre los que se encuentra la Unión Europea, se reúnen en la capital francesa desde el 30 de noviembre hasta el 11 de diciembre, con el objetivo de alcanzar un acuerdo global para luchar contra el cambio climático. El objetivo prioritario es reducir las emisiones de gases de efecto invernadero, para contener el calentamiento del planeta.
El acuerdo, que pretende dar continuidad al Protocolo de Kioto, deberá gestionar la descarbonización de las economías (buscar alternativas energéticas a los combustibles fósiles), para que el incremento de la temperatura media del planeta no supere los 2ºC en 2100.
Además, asumiendo que el cambio climático es un proceso irreversible que ya está en proceso, la Cumbre de París deberá buscar la manera de gestionar a nivel mundial su impacto negativo, aun cuando no se superen esos 2ºC establecidos como límite asumible.
"La cumbre de París no es la última oportunidad que tenemos, pero es muy importante. Hay urgencia, y creo que hay muchas posibilidades de que se produzca un acuerdo", opina Xavier Labandeira, catedrático de Economía y experto del Panel Intergubernamental sobre el Cambio Climático de la ONU (IPCC), que es el organismo internacional que se dedica a estudiar desde diferentes disciplinas el riesgo del calentamiento global.
2. ¿Qué es el cambio climático?
El cambio climático es, a grandes rasgos, el aumento relativamente brusco de la temperatura media del planeta. Los gases de efecto invernadero, entre los que el más importante es el dióxido de carbono (CO2), se concentran en la atmósfera, impidiendo que las radiaciones infrarrojas que emite la Tierra salgan al espacio, lo que provoca un incremento de la temperatura.
Este tipo de gases siempre han estado presentes, pero la acción del hombre ha alterado el equilibrio natural existente (influencia antropogénica sobre el clima). El consumo de energía obtenida de combustibles fósiles, la agricultura, la industria y otras actividades como la deforestación han contribuido poderosamente a acentuar este efecto invernadero en la atmósfera.
3. Límite de 2ºC
Que la temperatura media del planeta aumente en 2ºC como máximo para finales de siglo es el objetivo común. Según han consensuado los científicos, un incremento mayor conllevaría impactos extremadamente negativos para los ecosistemas, la economía y la vida. Esto no significa que hasta 2ºC no se produzca un impacto grave, pero sería un mal asumible.
"La trayectoria actual es preocupante, porque está bastante alejada de los 2ºC marcados como objetivo. Los modelos climáticos nos indican que nos encontramos en una senda que nos lleva a incrementos de en torno a 3.5º hacia finales de siglo (con respecto a la época pre-industrial)", explica Labandeira.
4. ¿Por qué se ha convertido en un problema para todas las naciones?
El cambio climático es una de las mayores amenazas a las que se enfrenta la humanidad. Así de simple. Y así de grave. El incremento de la temperatura media acarrea efectos devastadores como inundaciones, sequías, tormentas, olas de calor, propagación de enfermedades, extinción generalizada de especies, escasez de agua o desnutrición. Estas consecuencias, entre las que destacaría el aumento en el nivel de los océanos, provocarían además decenas de millones de refugiados climáticos.
De esta manera, habría lugares del mundo donde la vida sería imposible o bien por la subida del nivel del mar o por las altas temperaturas en determinados momentos del año. La Organización Mundial de la Salud prevé que aumente la propagación de diversas enfermedades como malaria, dengue, fiebre amarilla y el cólera.
5. Si el problema es tan grave... ¿Por qué es tan difícil llegar a un acuerdo?
No hay duda de que los gobiernos son cada vez más conscientes de que el calentamiento global es un reto que les atañe profundamente. Pero se trata de un problema complejo de gestionar para cualquier país.
"Estamos hablando de unas soluciones que implican, por ejemplo, subir los precios de determinados bienes como la gasolina, y eso no les gusta a los ciudadanos, y por ello limita la acción política en las sociedades democráticas", apunta Xavier Labandeira.
"No olvidemos que se trata de un problema en el que los beneficios se disfrutarán en el medio y largo plazos, mientras que los costes asociados a la mitigación empiezan a pagarse en la actualidad. Esto, de nuevo, limita la acción política porque ésta se centra generalmente en el corto plazo", continúa.
"Además, determinados países creen que solo son los ricos los que se tienen que implicar y poner soluciones, por su responsabilidad histórica y capacidad económica, mientras que éstos señalan que un problema global solo puede abordarse con una cobertura muy amplia de emisores. Sin olvidarnos de que hay países que tienen mucho interés en seguir explotando combustibles fósiles".
6. ¿Cuáles son los países más contaminantes?
Actualmente, el país más contaminante con diferencia es China, que emite él solo la cuarta parte de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero (25,3%). Le sigue Estados Unidos, con un 14,4% de las emisiones totales. La Unión Europea (10,2%) ocupa la tercera posición.
Aunque por debajo, preocupa especialmente el cuarto país emisor: India, con casi un 7% de las emisiones totales. Su crecimiento económico y demográfico (sin olvidar su pobreza) hacen de él un candidato muy firme a ocupar los primeros puestos. Rusia (5,4%), Japón (3,1%), Brasil (2,3%), Indonesia (1,8%), México (1,7%) e Irán (1,65%) son los siguientes.
7. Protocolo de Kioto
La Cumbre de París es el tercer gran intento para alcanzar un acuerdo global en la lucha contra el cambio climático, tras Kioto (1997) y Copenhague (2009).
El Protocolo de Kioto (que es el que se ha prorrogado hasta la actualidad después del fracaso de Copenhague) fijó medidas concretas de reducción de gases, pero solo lo hizo para los países industrializados.
China, que en 1997 no pertenecía al grupo de los países desarrollados, quedó fuera de este tratado y en apenas 18 años se ha convertido, como hemos visto, en el país más contaminante. Estados Unidos tampoco ratificó el Protocolo. Hasta 2015, solo la Unión Europea y Nueva Zelanda se han mantenido dentro de Kioto.
Es cierto que los países firmantes han conseguido una reducción de las emisiones de un 22,6% frente al 5% que se comprometieron. Pero al no incluir ni a China ni a Estados Unidos, y tampoco a las economías emergentes, las emisiones globales de gases se han incrementado.
El gran reto de la Cumbre de París es sustituir al Protocolo de Kioto y llegar a un acuerdo que incluya a todas las naciones (cubriendo prácticamente el 100% de los gases emitidos, frente al 11% actual), independientemente de su nivel de riqueza.
8. Cumbre de Copenhague
La Cumbre de Copenhague, celebrada en 2009, fue un fracaso estrepitoso. Su misión también era sustituir al Protocolo de Kioto, ampliándolo y mejorándolo, por lo que en ella se depositaron grandes esperanzas. Pero no se llegó a ningún acuerdo y, en lugar de conciliar posturas, sirvió para distanciarlas aún más. Se convirtió en un cruce de acusaciones entre países ricos y pobres sobre la responsabilidad de combatir el cambio climático.
"Copenhague fue un duro revés, es cierto, pero no podemos olvidar que sentó las bases de esta Cumbre de París. Con un poco de suerte, el proceso que se inició en la capital de Dinamarca se podrá culminar en París", afirma Xavier Labandeira al respecto.
9. Vinculación legal de los acuerdos
Este es, a priori, uno de los asuntos más espinosos de la agenda de París, e implicará arduas negociaciones por parte de las naciones más poderosas. La Unión Europea apuesta por que los acuerdos que se alcancen en la capital francesa sean vinculantes, esto es, que se cumplan obligatoriamente por ley, en un proceso revisable cada cinco años. Pero no bajo amenaza de sanciones, lo que podría resultar disuasorio a la hora de ratificar el acuerdo, como ocurrió con Kioto.
Frente a esta postura estará Estados Unidos. El Gobierno de Barack Obama ya ha manifestado sus reticencias a aceptar acuerdos que incluyan obligaciones legales.
"Creo que el principal escollo puede ser el carácter vinculante del acuerdo, ya que los compromisos anunciados hasta el momento han sido voluntarios - opina Xavier Labandeira-, por lo que es importante que los acuerdos introduzcan algún incentivo para cumplirlos". "Primero, hay que conseguir un acuerdo en el nivel de reducciones. Después hay que establecer cómo se lleva a la práctica. Y ahí entrará en escena la negociación, que es un arte y va a ser fundamental en París".
10. Mitigación y adaptación
De ambos conceptos se hablará largamente en la COP21. "Mitigación" se refiere, básicamente, a qué medidas se deben tomar para reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Mientras que "adaptación" es el proceso de reciclar unas economías fuertemente carbonizadas (dependientes de combustibles fósiles).
Ambas requerirán fuertes compromisos por parte de los Gobiernos, además de un desembolso económico muy importante. La financiación de estas medidas será a buen seguro otro de los puntos más polémicos de París, puesto que los países más pobres o en vías de desarrollo dependerán de las ayudas de los más ricos.
Para ello se ha adoptado un mecanismo financiero: el Fondo Verde para el Clima, cuyo objetivo es respaldar económicamente los objetivos de adaptación y mitigación. Se espera que este instrumento se convierta en la principal herramienta de financiación multilateral para apoyar las acciones climáticas en los países en desarrollo.
11. Tecnología
La tecnología jugará un papel fundamental en la reducción de gases de efecto invernadero, y será otro de los puntos importantes de la cumbre climática de París. Las energías renovables abastecieron el 9,3% de la demanda energética mundial en 2014 y su precio se ha abaratado notablemente en la última década (un 80% en el caso de los paneles solares).
"Todo depende del coste de las energías alternativas. Que baje para que puedan adquirirlas los países emergentes es la clave, y para eso la tecnología es fundamental. Los países desarrollados tienen una gran responsabilidad en este sentido porque son ellos los que tienen capacidad para hacer que se reduzcan los costes de las energías alternativas", valora Labandeira, y añade: "Hay que reducir los costes de las energías renovables invirtiendo más en investigación y promoviendo su difusión en la práctica".
12. Predisposición favorable
Desde la Cumbre de Copenhague de 2009 han cambiado mucho las cosas. La necesidad de combatir el cambio climático ha sido asumida por casi todas las naciones y nunca antes ha existido un momento político tan favorable.
China y Estados Unidos firmaron hace un año un compromiso para luchar juntos contra el calentamiento global; mientras que los países del G7, los más industrializados, emitieron una declaración conjunta comprometiéndose a descarbonizarse antes de 2100.
"Estados Unidos y China quieren que se llegue a un acuerdo. Han hecho movimientos importantes en los últimos meses. Creo que este es el indicador más claro de que puede salir un acuerdo de París", concluye Xavier Labandeira con optimismo.
Las organizaciones ecologistas de todo el mundo han trabajado intensamente en la concienciación de este problema, llegando a millones de ciudadanos. Hasta el papa Francisco ha dedicado una Encíclica al cambio climático considerando que combatirlo es "una cuestión moral" y del "bien común"; y los líderes islámicos le han secundado con una declaración apelando al compromiso climático de los 1.600 millones de musulmanes.