Punto y final a la campaña electoral más decisiva de las elecciones más abiertas de la democracia
- Con un 40% de indecisos, los partidos han echado el resto en la campaña
- Es la primera no bipartidista y los ataques han sido a varias bandas
- Los candidatos se han mojado poco sobre los pactos postelectorales
- Más debates electorales que nunca y bombardeo de vídeos electorales
- Así te hemos contado el cierre de campaña minuto a minuto
Punto y final a una de las campaña electorales más decisivas de la democracia con cuatro partidos por encima del 15% en intención de voto y con un 40% de indecisos. Todos los partidos políticos han echado el resto en sus mítines de campaña finales y en estos quince días para convencer en un momento de volatilidad absoluta en el voto.
PP, PSOE, Ciudadanos, Podemos, Unidad Popular-IU y UPyD han cerrado campaña en Madrid y Podemos lo ha hecho en Valencia. Ha sido la última oportunidad para convencer de que son la mejor opción y han aprovechado para insistir en sus ideas claves para ser vencedores en las urnas el próximo domingo.
Las encuestas coinciden en que PP y PSOE perderán la hegemonía mantenida en España desde 1978 con el sistema del bipartidismo y tendrán que compartir espacio e incluso ceder el puesto a las fuerzas emergentes. Se abrirá una nueva etapa en la que el pacto y el diálogo serán inevitablemente claves en las nuevas relaciones políticas, en las que estarán Ciudadanos y Podemos, según todos los sondeos.
Precisamente los pactos han sido uno de los ejes centrales de la campaña, marcada por los debates electorales, más numerosos que nunca por la irrupción de las fuerzas emergentes; y el deseo de humanización de los candidatos, que han visitado platós de televisión mañana, tarde y noche.
Estas han sido las claves de la campaña de las elecciones generales 20D:
Los posibles pactos, protagonistas absolutos
Los pactos han sobrevolado durante toda la campaña y solo en la recta final los partidos han mostrado preferencias. Cierto es que algunas posibles alianzas se intuían desde el principio, pero todos han repetido la misma idea: salimos a ganar, después del 20D ya se verá.
El presidente del Gobierno y candidato a la reelección, Mariano Rajoy, consciente de que todo apunta a que no habrá mayorías absolutas, se ha referido a los pactos para decir que no será suficiente un pacto puntual de investidura, sino que se necesitará un acuerdo de gobernabilidad para dar estabilidad al país.
Ha negado la posibilidad de formar una gran coalición a la alemana con el PSOE y ha dicho que "frente al PP, lo único que hay es una coalición de izquierdas que no conviene" y que si Albert Rivera dice 'no' a su investidura, estaría apoyando a Iglesias. De un manera indirecta, Rajoy ya ha elegido posible compañero de viaje parlamentario.
En su último mitin de campaña, en Madrid, Rajoy ha pedido el voto para "evitar una coalición que lleve a España a la ruina", según informa José A. Carpio.
Por su parte, si el candidato del PSOE, Pedro Sánchez, arrancaba la campaña amagando con ese acuerdo antiPP, la ha cerrado con la aspiración a liderar un Gobierno monocolor. Se ha centrado en repetir durante dos semanas que solo el voto al PSOE es el útil y que solo con el triunfo socialista saldrá Rajoy del Gobierno.
Ha pedido sacar "tarjeta roja, que no morada ni naranja" a Rajoy en su cierre de campaña en Fuenlabrada (Madrid), según informa Ana M. Martín.
El candidato de Ciudadanos, Albert Rivera, situado en algunas encuestas como posible llave de gobierno, ha afirmado, por activa y por pasiva, que no entrará en ningún Ejecutivo que no presida y que ni 'populares' ni socialistas contarán con su apoyo, aunque sí se abre a la abstención para que puedan gobernar esos dos partidos, si él no gana en las urnas. A lo que no está dipuesto es a permitir bajo ningún concepto un Gobierno que incluya a Podemos, de tal manera que apoyaría investir a Sánchez pero no si va con la formación morada de la mano.
Y en su último acto para pedir el voto, el líder de C's se ha centrado en los indecisos y en abogar por un "cambio sensato" para liderar el "centro político".
Pablo Iglesias se ve preparado para encabezar el Gobierno y así lo ha dicho en su última intervención como candidato de Podemos este viernes. Durante la campaña ha puesto de manifiesto que, a la hora de pactar, mirará más los programas que las siglas y se ha mostrado más abierto a aceptar el apoyo socialista que a dárselo, algo que le afean desde el PSOE.
En la campaña han ocupado muchos titulares dos supuestos pactos ocultos, bautizados como "operaciones" que sacaron a la luz Rivera e Iglesias, pero que, según han ido avanzando los días, han olvidado. Así, el candidato de Ciudadanos habló de la "operación salvar al soldado Sánchez" que, según dijo, habían puesto en marcha el PP y el PSOE para salvar al candidato socialista, manteniendo así a flote el bipartidismo. E Iglesias habló de la "operación Menina", orquestada entre PP y C's para investir presidenta a Soraya Sáenz de Santamaría.
Todos rivales, pero unos más que otros
Es habitual en todas las campañas que los mensajes políticos e ideológicos superen a las propuestas concretas por parte de los partidos y que el énfasis, en ocasiones, sea mayor en destacar defectos del contrario que virtudes propias.
Hasta ahora la pelea había sido a dos pero, con la entrada de Ciudadanos y Podemos, se ha hecho múltiple. En las últimas dos semanas, los principales partidos han elegido diana a la que apuntar. Dianas que han sido fijas, variables o múltiples.
Así, el presidente del Gobierno y candidato del PP, Mariano Rajoy, ha fijado su ataque en el posible "tripartito" de PSOE, Ciudadanos y Podemos. El propio Pedro Sánchez se lo puso en bandeja el primer día de campaña al ofrecer a C's y Podemos pactar un "programa común" si Rajoy era el vencedor. Rajoy ha repetido en cada mitin y en cada acto un mismo mantra: no hay que volver atrás- votando al PSOE- y no hay que "experimentar"- dando la confianza a las fuerzas emergentes. Aunque, en la recta final, ha situado como principal rival "un frente de izquierdas" y ha hecho guiños a C's.
El PSOE ha sido el partido que más ha variado de estrategia durante la campaña electoral. Sánchez arrancó la carrera electoral con esa propuesta de acuerdo, que no llegó a concretar. Luego fijó el dardo en Podemos, partido con el que fue muy crítico en la primera semana, sobre todo con su líder, Pablo Iglesias, del que dijo que su único objetivo era "arañar votos del PSOE". Y, tras el cara a cara con Mariano Rajoy, el socialista centró sus ataques en el PP y la corrupción. Ciudadanos también ha recibido dardos socialistas, aunque con menos virulencia.
Podemos ha situado como principal rival al PP y como objetivo número uno sacarle de La Moncloa, pero también ha ido contra PSOE, al que llegó a ver, tras el debate a cuatro, "descolgado" de la carrera electoral, pidiendo directamente el voto a los "socialistas de corazón" y apropiándose de históricos símbolos como el fundador del PSOE, Pablo Iglesias. También, aunque menos, ha atacado a Ciudadanos, a los que compara con las "nuevas Juventudes del PP". Según ha ido avanzando la campaña, la formación morada ha afinado la puntería contra los 'populares' y los casos de corrupción. De hecho, en su mitin principal de campaña no fue casual que no citara ni a Sánchez ni a Rivera.
Ciudadanos ha ido directo a atacar el "bipartismo decadente" de PP y PSOE y ha dado algo de lado en campaña a la formación con la que comparte el título de emergente. Ha llegado a decir que la carrera hacia La Moncloa era un pulso entre PP y C's, ninguneando también a los socialistas y ha tratado de pescar voto por igual en caladero 'popular' y socialista.
Desde Unidad Popular-IU han llamado en campaña al "verdadero voto de izquierdas de corazón" y han criticado a Podemos porque, al igual que PP, PSOE y C's, ha virado al centro para ganar las elecciones, en su opinión.
UPyD se ha presentado en campaña como el único partido que, con hechos, ha atacado la corrupción.
Debates electorales: a dos, a cuatro y a nueve
Nunca en una precampaña y campaña electoral ha habido tantos debates entre los candidatos. Debates que, en gran medida, han ido marcando la agenda de temas en los mítines y actos electorales posteriores y que han servido de termómetro para medir el empuje o caída y la frescura o estancamiento de los candidatos.
Mariano Rajoy y Pedro Sánchez se han enfrentado en el cara a cara tradicional entre el presidente del Gobierno y el líder de la oposición, que organizó la Academia de Televisión. Un duelo político muy bronco que abrió en campaña una guerra entre PP y PSOE a cuenta de la corrupción.
Ha sido el único debate en el que ha participado el candidato 'popular' que delegó en su número dos, Soraya Sáenz de Santamaría, para enfrentarse a Pedro Sánchez, Albert Rivera y Pablo Iglesias en el debate a cuatro de Atresmedia. Un duelo televisivo tras el que todos cargaron contra el socialista, al que el PP dio por "acabado"; Podemos, por "descolgado"; y Rivera, por "enterrado" en su operación "salvar al soldado Sánchez".
El debate más plural fue en el que participaron nueve partidos políticos, el debate a nueve de TVE, en el que participaron PP, PSOE, Unidad Popular-IU, UPyD, Democràcia i Llibertat, Unió, PNV, Podemos y Ciudadanos y en el que se habló, principalmente, de economía y políticas sociales. Los partidos de la oposición criticaron la gestión del PP de la crisis y las propuestas de Ciudadanos generaron mucha polémica.
En este debate sí participaron los candidatos de IU, Alberto Garzón, y UPyD, Andrés Herzog, que han denunciado durante toda la campaña el ninguneo por parte de los medios de comunicación, a los que han acusado de primar "la política del espectáculo".
Los candidatos, en prime time televisivo
No solo hemos visto a los candidatos hablar de política en televisión. Mariano Rajoy ha jugado al futbolín y Pedro Sánchez, al ping pong, además de hacer ambos pinitos en la cocina, en el programa de TVE 'En la tuya o en la mía'.
Albert Rivera ha corrido un rally y Pablo Iglesias ha cantado, guitarra en mano, en varios programas de televisión. Todos se han sometido a preguntas de los ciudadanos y han contado anécdotas de su carrera, aspectos de su vida privada, sus canciones y series favoritas o cómo fue su infancia, con el fin de ser más cercanos y empatizar con los espectadores/votantes.
Todos los partidos también han jugado sus bazas con vídeos electorales irónicos, humorísticos y emotivos. Así, hemos visto a hípsters y moteros que votan PP, a Darth Vader "salir del lado oscuro" para irse con Podemos, a Albert Rivera, escribir una carta a su hija Daniela, y Alberto Garzón, cerrar los ojos en el Retiro para recordar a Dolores Ibarruri y Salvador Allende.
Las redes sociales han sido claves y la actividad de la maquinaria de los partidos ha sido brutal para conseguir el máximo de comentarios para el líder, el partido y sus propuestas. En mitad de la campaña, Mariano Rajoy y Podemos eran los partidos más mencionados en facebook.
La agresión a Rajoy enturbia la campaña
La campaña, que solo debe llevar a la contienda política, se ha visto empañada en los últimos días por la agresión que el presidente del Gobierno y candidato del PP sufrió en un paseo electoral en Pontevedra.
En una imagen de unidad, todos los candidatos trasladaron al propio Rajoy su condena por el puñetazo en la cara que un joven de 17 años le propinó y todos lamentaron los hechos públicamente.
Fue el propio Rajoy el que, al día siguiente de los hechos, pidió que nadie sacara "consecuencias políticas" del suceso.
La propuesta de violencia de género de C's y otras polémicas
Ciudadanos se ha visto en boca de todos por su polémica propuesta para eliminar el agravante penal por violencia machista. El propio Albert Rivera ha tenido que salir al paso para negar que quiera rebajar penas a los maltratadores y ha explicado que lo que persigue es "acabar con la asimetría penal por cuestión de sexo", de tal forma que se eleve el agravante a toda la violencia doméstica. No ayudó a enfriar la polémica que su candidato por Cantabria dijera que el aborto era un tipo de violencia aunque luego rectificara.
Pedro Sánchez también fue muy criticado por partidos como Ciudadanos, Podemos, Unidad Popular-IU y, claro está, el PP, por el tono elegido para el cara a cara con Mariano Rajoy, al que llamó "indecente", y que se defendió tildando al socialista de "ruin, mezquino y miserable". Aunque algunos estuvieran de acuerdo con el fondo de la denuncia- los SMS de Rajoy a Bárcenas y la corrupción del partido- no vieron con buenos ojos "bajar al fango político".
Muy duro fue también el secretario de Acción Política del PSOE, Patxi López, con Pablo Iglesias, de quien dijo en un mitin que "hacía loas a ETA" en las herriko tabernas. El candidato de Podemos no entró en la polémica y ni siquiera contestó al socialista vasco. Sí contestó a Pedro Sánchez cuando este le dijo que "no tenía pinta de candidato", para decirle: "Esto no va de quien se pone corbata o la chaqueta más cara, va de otra cosa".
Aunque los partidos no han querido meter en campaña la muerte de los dos policías españoles en el atentado de Kabul, lo cierto es que ha habido pullas a Iglesias por su negativa a firmar el pacto antiyihadista. Los principales candidatos, menos Alberto Garzón, pararon la campaña para acudir al funeral.
La figura de Suárez en campaña
Quién le iba a decir al expresidente Adolfo Suárez que los candidatos de las elecciones generales de 2016 iban a pelear por arrogarse su herencia y por encarnar los valores de unidad y diálogo de los que el primer presidente de la democracia actual se hizo valedor.
Rajoy y Rivera han querido vincular su política con la que convirtió al expresidente en una de las figuras claves de la Transición Española, algo que ha criticado Sánchez, que ha dicho que Rajoy ha gobernado “solo y frente a todos, todo lo contrario a lo que hizo Suárez” y que ve a Rivera “muy alejado” del centro político en el que se situó el líder de UDC.
Rajoy visitó la tumba del expresidente en Ávila en el primer día esta campaña electoral y en compañía del hijo de este, Adolfo Suárez Illana, que pidió el voto para el PP.
Rivera, que también ha elegido como parada de su caravana electoral la ciudad natal del expresidente, le ha citado en algunos mítines, en los que se proyecta un vídeo que ensalza su figura.
No esconde su intención de tomar el testigo de Suárez para entrar en los libros de historia como el artífice de la que denomina “segunda Transición” y es ahí donde tiene otro rival, Pablo Iglesias, que también pelea por ser el arquitecto de esa segunda Transición que menciona también en casi todos los mítines.