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Guía para entender las primarias de Estados Unidos

  • Los aspirantes compiten entre febrero y julio para conseguir la nominación
  • Cada Estado elige a un número de delegados para la convención final
  • El objetivo es conseguir la mitad de los delegados, cuánto antes mejor
  • Especial: elecciones Estados Unidos 2016

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Comienza la carrera electoral de las primarias en Estados Unidos

Estados Unidos abre este lunes un proceso electoral que, en última instancia, culminará el 8 de noviembre con la elección del nuevo presidentedel país, aunque los aspirantes a suceder a Barack Obama en la Casa Blanca deben, en primer lugar, convertirse en los candidatos nominados por su partido. Para conseguirlo, competirán en las primarias que tanto demócratas como republicanos, los dos principales partidos, celebran entre febrero y julio. Estas son las claves de ese proceso de primarias.

Una elección interpuesta

En puridad, las primarias no eligen a los candidatos que concurrirán a las elecciones presidenciales, sino a los delegados que cada Estado envía a las respectivas convenciones, en las que si se decide quién será el candidato.

Lo habitual, en cualquier caso, es que algunos aspirantes se retiren a lo largo del proceso si no reciben suficientes apoyos y que, de la misma manera, uno de ellos consiga los delegados necesarios antes de la convención.

En concreto, los candidatos republicanos necesitan conseguir 1.237 delegados, la mitad de los 2.472 que se eligen. Los demócratas necesitan 2.383, ya que en sus primarias se designan 4.764. Con todo, estas cifras no son definitivas, porque las delegaciones estatales pueden variar: los partidos premian o penalizan, por ejemplo, la fijación de sus primarias en una determinada fecha.

La favorita a la candidatura demócrata, Hillary Clinton, en un debate con electores

La favorita a la candidatura demócrata, Hillary Clinton, en un debate con electores. REUTERS

Caucus versus primarias

No solo las fechas de cada estado varían, sino que hay diversas formas de elegir a los delegados. En algunos Estados, como Iowa o Nevada, se convocan los caucus, una suerte de asambleas en las que los afiliados (o cualquiera que se registre previamente) debaten y seleccionan a los delegados que acudirán a la convención, en función del candidato al que apoyen. Los caucus son una reminiscencia de los inicios de la democracia estadounidense, cuando eran los líderes de los partidos los que decidían quien se presentaba.

Para ampliar la base de la decisión, se desarrollaron las primarias propiamente dichas. Estas pueden ser abiertas, de forma que puede votar cualquier ciudadano, como ocurre en Georgia y Tennessee; o bien cerradas, como ocurre en Florida y Nueva York, en las que solo pueden participar quienes se registran como votantes de ese partido.

No se puede votar en las primarias de los dos partidos, salvo que sean primarias no partidistas, como ocurre en California: los candidatos compiten por ser nominados con independencia de su formación política.

Delegados y superdelegados

El sistema de asignación de los delegados es muy complejo, pero en esencia hay dos sistemas: uno proporcional, que reparte los delegados en función de los votos obtenidos por cada candidato, y uno en el que el ganador obtiene todos los delegados (winner-takes-all).

El aspirante republicano Donald Trump, durante un acto en Tulsa

El aspirante republicano Donald Trump, durante un acto en Tulsa. REUTERS

Los demócratas utilizan el sistema proporcional en sus primarias, con la exigencia de que un candidato debe alcanzar el 15% de los votos para lograr delegados. Los republicanos han cambiado sus normas para este año, de forma que las primarias que se celebren antes del 15 de marzo son proporcionales, mientras que las que se celebren después pueden optar por el winner-takes-all; el objetivo es acelerar la elección y no perjudicar al candidato final con debates internos.

Además de los delegados, ambos partidos contemplan la figura de los superdelegados o delegados no adscritos, que no están vinculados a un candidato, sino que representan a las direcciones de los partidos e introducen una cierta incertidumbre en las convenciones. Los demócratas incluyen este año a 718, en dos categorías: figuras prominentes del partido, como Bill Clinton, o bien delegados elegidos por la dirección del partido en cada Estado. En el Partido Republicano, serán 436 superdelegados, elegidos también entre la dirección del partido en cada Estado.

Iowa y el Supermartes marcan el calendario

Las fechas de las primarias son variables y no siempre coinciden para ambos partidos en el mismo Estado. En los últimos años, las direcciones nacionales han intentado imponer algunos límites: incentivan con más delegados a los Estados que las convoquen en primavera, para no alargarlas en exceso y nominar al candidato mediado el verano, y prohíben celebrarlas antes del 1 de marzo, salvo unos cuantos Estados que las celebran, por tradición, en febrero.

Elegir antes implica marcar tendencia (por eso los partidos prohíben convocar primarias antes del 1 de marzo, para evitar que se busque ganar protagonismo), de ahí la relevancia de los caucus de Iowa, que inauguran el proceso, y las primarias de New Hampshire, capaces de consolidar a un aspirante o sacar de la carrera a un favorito. En febrero también se celebran las primarias de Nevada y Carolina del Sur.

Así trabajan los voluntarios de los caucus en Estados Unidos

Otra fecha clave es el Supermartes, el día que concentra más elecciones primarias y en el que se pueden obtener más delegados que en cualquier otro momento de la carrera; este año será el 1 de marzo, con primarias en doce Estados para los demócratas y hasta 14 Estados para los republicanos. A partir de ahí, el ganador puede estar prácticamente decidido, aunque quedarán citas relevantes si está disputado, como Florida (15 de marzo), Nueva York (19 de abril) y California (7 de junio), que pone el broche junto a otros cuatro estados.

Las convenciones

Si existe un ganador claro, la convención será una oportunidad para que el partido impulse a su candidato de cara a la campaña electoral. Si, por el contrario, nadie ha alcanzado una ventaja definitiva, los delegados tendrán la última palabra, aunque en los últimos años apenas se ha dado esa situación: la última vez que el candidato no estaba decidido fue en 1976, cuando Gerald Ford derrotó por estrecho margen a Ronald Reagan en la convención republicana.

Este año, los republicanos celebran su convención del 18 al 21 de julio, la mayor ciudad de Ohio, que fue el Estado que certificó la segunda victoria de Barack Obama en 2012. El Partido Demócrata se reunirá una semana después, del 25 al 28 de julio.

Con la elección los candidatos de los dos principales partidos, empezará la verdadera campaña electoral en Estados Unidos, la que conduce al Despacho Oval de la Casa Blanca.