Directores diferentes y auténticos
- Iñárritu parte con las mayores opciones en la carrera por el Oscar de dirección
- Competirá con el veterano George Miller, Adam McKay, Lenny Abrahamson y Tom McCarthy
Un año más, cinco directores esperan la noche del 28 de febrero para saber si su nombre es el elegido para conseguir el Oscar al mejor director. También hay que decir que, un año más, entre esos nombres no hay ninguno de mujer.
Iñárritu, el amante de la realidad y la magia
Alejandro González Iñárritu parte con 12 nominaciones. Tiene 52 años y tres Oscar en su carrera y entre los datos que podemos destacar de él figuran el hecho de que es el segundo director mexicano en conseguir una estatuilla al mejor director. Fue el año pasado por Birdman que también consiguió el Oscar como mejor película y mejor guion original. Este año puede que se repita la historia con El Renacido, con un Leonardo DiCaprio que está en estado de gloria y que ha conseguido hasta el momento numerosos reconocimientos tanto de la crítica como de la taquilla.
La película está inspirada en hechos reales y se basa en la novela homónima de 2002 de Michael Punke. Hugh Glass es el personaje al que da vida DiCaprio, un trampero al que atacó un oso en 1823. Una escena que ha rodado Iñárritu, acercando la cámara tanto, que el espectador casi puede sentir los golpes del animal y la intensidad del dolor del propio actor. Un hombre, Glass, al que acompaña un hijo adolescente, en ese mundo del comercio clandestino de pieles.
El rodaje fue duro, en una tierra fría y hostil entre nieve y montañas que Iñárritu tardó más de cinco años en encontrar. Una tierra donde la capacidad de resistencia era solo para hombres hechos a sí mismos. Un rodaje del que el propio DiCaprio ha dicho quedar agotado ya que trabajaron a más de 40 grados bajo cero, durante 9 meses. Iñárritu, amante de la realidad y la magia, quería que aprendieran a fumar en pipa, a soportar las duras condiciones climatológicas e incluso a meterse en las entrañas de los animales muertos.
González Iñárritu nos lleva de nuevo a sentir todo tipo de emociones y sensaciones, el frío, el dolor y la necesidad de encontrar un refugio donde poder descansar, todo ello en busca de una venganza, la que se va acumulando a lo largo del metraje. El propio director ha afirmado sentir esa necesidad de encontrar algún fin a la venganza cuando ya lo has perdido todo.
La lucha del hombre por sobrevivir. Con escenas muy vivas y potentes, donde la cámara de Iñárritu se aproxima a los personajes tanto, que nos salpica su sangre y sentimos su respiración. Una potente película de aventureros que, a pesar de su duración, 156 minutos, no se hace larga, porque cada plano tiene su justa medida.
Iñárritu vuelve a sorprendernos con una película diferente, aunque seguimos viendo el sello personal de películas como Amores perros, 21 gramos, Babel, Biutiful o Birdman. Lo que nos queda es saber si DiCaprio consigue su merecido Oscar y si los académicos de Hollywood se dejan sorprender, aunque me arriesgo a pensar que sí.
George Miller, el veterano
George Miller ha pasado la frontera de los 70, ha cumplido 71 años, este australiano es el más veterano de los cinco. Antes que director intentó salvar a los humanos a través de la medicina. Ahora salva a muchos a través del cine. Se dio a conocer con la trilogía Mad Max, con un joven Mel Gibson. Ya sabe lo que es estar nominado, fue en 1993 al mejor guion por El aceite de la vida, en 1996 por Babe y en 2007 consiguió ganar el Oscar por la película de animación Happy feet.
Mad Max: furia en la carretera es una secuela adaptada a la primera, una potente película de acción, pero con mensaje feminista y pacifista. A pesar de estar muy bien situado en Hollywood, le ha costado mucho hacerla. Empezó a pensar en ella en 1997 y ni las inclemencias climatológicas que padeció en el desierto impidieron que lo consiguiera. Y ese esfuerzo sabe que le ha merecido la pena, al ser la segunda película más nominada a los Oscar. Parte con 10 candidaturas, entre ellas a la mejor película. Un trabajo que es mérito directamente de este hombre mayor en edad pero muy joven de espíritu.
Es posiblemente una de las mejores películas de acción desde hace mucho tiempo a juicio de los críticos, los mismos que también afirman que no se llevará el premio gordo. Con todo ello Mad Max: furia en la carretera ha conseguido una larga lista de premios y reconocimientos, entre ellos, y barriendo para casa, el FIPRESCI en San Sebastián, el Sant Jordi a la Mejor Película Internacional, el Fotogramas de Plata a la Mejor Película Extranjera y tal vez alguno de los diez a los que está nominado. La pregunta puede ser: ¿Dejará en la cuneta a los jóvenes con los que compite? La respuesta, el próximo día 28 de febrero.
Thomas McCarthy, a por las mieles del Oscar
Thomas McCarthy, junto con Adam McKay y Lenny Abrahamson, forman el trío de los que han saboreado menos las mieles de los Oscar. Son también tres directores muy diferentes y eso, como a los demás, les hace únicos.
Thomas McCarthy tiene 49 años y una carrera que se mezcla con la de actor, guionista y director. Fue en 2003 con The Statión Agent con la que debutó y consiguió numerosos premios: el BAFTA, los Independent Spirit Awards y reconocimientos en distintos festivales, entre los que se encuentran el de San Sebastián o Sundance. Después llegaría The Visitor, que le daría nuevamente el reconocimiento en los Independent Spirit Awards. Y como guionista se inició en la exitosa película Up.
Sportlight es su quinta película como director y llega a la carrera de los Oscar con seis nominaciones, entre ellas, la de mejor película, montaje, guion original -es una historia basada en hechos reales- y para dos de sus actores de reparto, Mark Ruffalo y Rachel McAdams. McCarthy pone, como el título de su película indica, el foco en una interesante investigación periodística, llevada a cabo por un grupo de periodistas que trabajan en el Boston Globe, y a quienes su nuevo editor, que interpreta un magnífico Liev Scheiber, les encarga que se ocupen de una noticia, que tiene a un cura como presunto abusador de menores. Al frente de este equipo un jefe de redacción, Michael Keaton.
La película nos lleva por ese proceso de investigación hasta descubrir uno de los mayores escándalos de pederastia que se cometieron durante más de diez años por curas de Massachusetts en 2002. La película está tratada con inteligencia, rigor y una moral que traspasa a los propios protagonistas. Una historia bien contada, mejor rodada y que sabe cómo llegar hasta el espectador, al hacernos sentir la fantástica aventura que viven estos profesionales que dan valor a su trabajo, al que se dedican con intensidad. Un oficio, el de periodistas, al que se entregan con vocación, la misma que les lleva a seguir creyendo en que el riesgo y el rigor en busca de la verdad es más que un valor en una profesión tan maravillosa como la que ellos realizan.
McKay, la crisis contada con humor
Adam McKay llega a la noche de los Oscar con cinco nominaciones para su película La gran apuesta. Este director de 47 años tiene sus orígenes en la comedia, donde trabajó durante tres años en el mítico programa Saturday Night, y aunque parecía que su carrera se orientaría hacia la interpretación, sus guiones fueron los que causaron más entusiasmo entre el público. Es en este tiempo cuando comenzó su relación profesional con el actor Will Ferrell con quien rodó: El reportero, Pasado de vueltas, Hermanos por pelotas o Los otros dos. La gran apuesta es su primera película sin su amigo Ferrell como protagonista.
McKay se estrena en los Oscar con este trabajo y no ha tenido un mal comienzo, con nominación para la película, a Christian Bale como mejor actor de reparto, al mejor guion adaptado para el propio McKay junto con Charles Randolph -ambos han adaptado la novela de Micahel Lewis The big short- y al montaje para Hank Corwin.
Algunas películas ya han tocado el tema de la crisis económica que aún seguimos padeciendo, un ejemplo que podemos recordar es Margin Call. La gran apuesta nos la cuenta con claridad, rapidez, con algunas dosis de humor y algo de drama. Y para ello, cuenta con un buen número de actores muy reconocidos como Ryan Gosling, Steve Carell, John Magaro o Brat Pitt y en la parte femenina nos encontramos con Marisa Tomei y Melissa Leo. Todos ellos contribuyen a una película con mucho ritmo con un estilo muy actual y moderno, como si de un videoclip se tratara.
Un tema, como el de la crisis, que se inicia en 2005, que no nos hace ninguna gracia, por lo que después hemos podido descubrir, el director nos lo cuenta en boca de sus protagonistas con algunas dosis de humor. Aunque para ello, no hacía falta que aparecieran con ese aspecto de personajes de los años 70, con exceso de maquillaje y pelos imposibles. Con todo ello, la película ha conseguido llegar a los Oscar, a pesar del tema que trata o tal vez por ello. La apuesta se hace en contra de los bancos y estos hombres lo sabían, lo vieron y, tras descubrir cómo se comportaban los mercados, apostaron en contra de ellos. El resultado: se hicieron con muchos millones, al finalizar la película descubrimos de qué lado caen. Tendremos que esperar a la noche del día 28 para saber si el Oscar se pone del lado de este director… Las apuestas quedan abiertas.
Abrahamson, cine de autor
Lenny Abrahamson nació en Dublín hace 49 años. Antes de La habitación ha dirigido otras películas, tal vez menos conocidas por el gran público, aunque sea Frank una de las que más nos suene. Se puede decir que de todos los nominados este sea el que hace un cine con la etiqueta de autor. Tiene cuatro nominaciones: mejor película; mejor Actriz para Brie Larsson, que ya ha conseguido el Globo de Oro y tiene muchas papeletas para llevarse este Oscar; mejor guion adaptado para Emma Donoghue, escritora irlandesa que ha adaptado su obra para darle a Abrahamson la posibilidad de llevar una tierna y dura historia a la gran pantalla.
La habitación es un mundo entre cuatro paredes donde permanece desde hace siete años una joven madre secuestrada desde los 19 años, con su hijo. Y no hay que olvidarse del magnífico trabajo que realiza este niño el actor Jacob Tremblay.
Es la película más diferente de todas y es muy posible que, si se vota con el corazón sea la vencedora, pero si no consigue la dorada estatuilla, será una de esas películas que marcaran un camino distinto a los directores, que como Lenny Abrahamson, han encontrado un lugar en la difícil industria de Hollywood.