Mujeres al mando en Hollywood
- Brie Larson (La habitación) parte como favorita para el Oscar a mejor actriz
- La lucha de secundarias la lidera la oscarizada Kate Winslet, por Steve Jobs
Actrices veteranas oscarizadas, como Cate Blanchett, y jóvenes pero con una carrera imparable en los premios de la Academia de Hollywood, como Jennifer Lawrence -cuatro nominaciones y un Oscar con solo 25 años- o Saoirse Ronan -segunda nominación con 21 años-, comparten protagonismo entre las candidatas a mejor actriz de los Oscar 2016 con dos novatas en lo que a nominaciones se refiere: Brie Larson y Charlotte Rampling que se estrena entre las candidatas a los 70 años. Son las rivales en un año con poderosos papeles femeninos.
Nominadas a mejor actriz
No puedo esconder mi debilidad por Cate Blanchett (nominada por Carol), esta actriz que, al margen de sus inmersiones no renuncia a su papel de madre y quiere arrancar tiempo para su familia porque valora la vida real. Me parece que todos los elogios se quedan cortos para esta australiana de piel transparente llamada a ser la sustituta de Meryl Streep en el podio de las mejores actrices del mundo.
La puedes ver en cualquier papel y siempre con capacidad de mando. La periodista de La verdad o la desequilibrada Blue Jasmine de Woody Allen conviven en el mismo cuerpo y la misma mente. Todo lo que hace te lo crees. Lleva una carrera espacial en el cine donde apareció como una reina, Elizabeth. He tenido la fortuna de verla al natural en los Oscar y en Roma en la presentación de El aviador junto a Scorsese y tiene el carisma de las actrices de antes.
Quizá por eso su Carol recuerda tanto a Marlene Dietrich. Como una diosa engatusa desde su primera escena y parece que los abrigos de visón y los pijamas de seda los crearon para ella. No es casualidad que ya tenga dos Oscar en su haber y, aunque su trabajo en la película de Tod Haynes es espectacular, no lo tiene fácil para ganarlo otra vez a pesar de que razones sobran. Dejando de lado las miradas, los silencios y cómo se aparta el mechón de pelo, sólo por el discurso final que hace en presencia de su marido en Carol lo merecería una vez más.
Brie Larson (La habitación) es la novedad en estos Oscar y la favorita para llevarse la estatuilla. De momento le da impulso el Globo de Oro que recogió con vestido dorado y los otros premios que ha ido apuntándose uno tras otro, el último el Bafta.
Una actriz de todavía corto recorrido a la que descubrimos brillando como un diamante en Short term 12, en la que encarnaba con convicción y credibilidad a una trabajadora que ayudaba a adolescentes problemáticos mientras intentaba arreglar su propia vida. Ha participado en películas más gamberras como Y de repente tú, de Judd Apatow pero es en el drama donde ella se mueve a satisfacción.
En La habitación da vida a una madre que permanece durante años secuestrada con su hijo en una pequeña habitación y, como en La vida es bella, intenta proteger al pequeño. Todo apunta que es su momento y esta actriz con nombre de queso puede ir preparando el discurso. Si hace buenos los pronósticos y le toca salir entonará bien, por algo es también cantante.
Saoirse Ronan (Brooklyn) nos fascina desde la primera vez que la vimos. Lleva el cine en la sangre, por algo es hija de actor. Esta es su segunda nominación al Oscar, la primera por Expiación de Joe Wrigth, donde le hacía sombra a Keira Knigthley.
Es un amor de chica. Su mirada angelical le ha servido para dar entidad a papeles como el The lovely bones de Peter Jackson, aquella niña asesinada que guía a su familia desde el cielo. Ha sido huésped de extraterrestres y ha lidiado con los miuras de El gran hotel Budapest.
A sus 21 años exhibe toda su potencia interpretativa. Esta actriz americana de origen irlandés da vida precisamente en Brooklyn a una joven irlandesa que se monta una vida en los Estados Unidos. Posiblemente el Oscar no se vaya con ella esta vez, pero, tarde o temprano, si sigue regalándonos interpretaciones de calado, caerá en sus manos.
Jennifer Lawrence (Joy) lo barre todo, no solo en Joy. 25 años ¡quién los pillara! Y tan bien situada. Es la más solvente de las jóvenes actrices y una de las que más cobran.
¿Cómo no va a triunfar con Los Juegos del Hambre con el hambre de cine que tiene? Fue en Venecia cuando la vi por primera vez donde la distinguieron como actriz revelación cuando, avalada por Guillermo Arriga, el exsocio de Iñárritu, presentaba lejos de la tierra quemada en la que daba vida a la atormentada hija de Charlize Theron. Luego llegó el Oscar y arrasó.
Esta rubia camaleónica le debe mucho a David O’Rusell que le ha ayudado a ver El lado bueno de las cosas, aunque también la ha metido en alguna gran estafa americana. De su mano ha ganado un montón de premios y la ha vuelto a poner en el candelero. Ella puede con todo, hasta con un personaje que le viene grande, como el de Joy, pero ¿qué más da? La Lawrence tiene talento para dar y vender y es como el champagne burbujeante. Glamourosa hasta cuando tropieza, volverá a ser seguramente, aunque no gane, una de las más elegantes y admiradas en la alfombra roja de los Oscar. Su famoso traspiés será siempre recordado como una de las anécdotas de los Oscar. ¿Cómo no se lo va a creer si está entre las personas más influyentes del mundo?
La más veterana llega de Europa y se ha colado por méritos propios en la gran fiesta del cine americano. Charlotte Rampling (45 años) será eternamente recordada por Portero de noche, la película de Liliana Cavani donde vivía una morbosa relación con Dirk Bogarde.
La Rampling es un mito, actriz de culto que François Ozon ha sabido hacer brillar en películas como Swiming pool en una asociación realmente fructífera. Pero en su vida también cuentan Lauren Cantet y Visconti y Chereau i Oshima o Richard Lester, con quien debutó esta bellísima y distinguida actriz británica que, a sus 70 años, es un ejemplo de mujer madura que no ha sucumbido al paso del tiempo.
En la última gala del cine europeo arrasó llevándose el premio de Honor a una carrera admirable y el premio a la mejor actriz por esta cinta que la ha hecho oscarizable, 45 años, de Andrew Haigh, historia de un matrimonio de largo recorrido presos de sus dudas e inquietudes. Este personaje de mujer que se encuentra ante un aniversario que puede ser una bomba de relojería porque el amor se le muere como un pájaro en las manos, le ha hecho tocar el cielo y llegar a la cumbre. Muchos deseaban verla nominada. Aunque no gane, no hay quien la quite de foco.
Nominadas a mejor actriz secundaria
Pongamos a la cabeza de las actrices de reparto a Rooney Mara (Carol). Tiene otra hermana en el arte cinematográfico, pero eso no representa ningún problema para esta muchacha que sabe sacarse partido. Es impresionante comprobar cómo la actriz que anidó en Lisbert Salander en Milenium, con su chupa de cuero piercing y tatuajes, es la misma persona que ahora da vida a la dulce Therese, esa dependienta con inquietudes artísticas y un look Audrey Hepburn que se ve arrastrada por la seducción de una atractiva mujer mayor y más experimentada.
Su extrema delgadez y aparente fragilidad ayudan a componer el personaje a una actriz a la que intuimos muy potente. Aunque los Globos de Oro la dejaran en la calle, pasando de largo, creo que puede tenerlo más fácil para ganar el Oscar que su compañera en Carol.
Jenifer Jason Leigh (Los odiosos ocho) es una bestia parda de la interpretación. Antes de Tarantino otros grandes directores como Robert Altman confiaron en ella y explotaron su talento. ¿La recordaís pintándose las uñas en Short Cuts a la vez que manejaba un teléfono erótico? Siempre nos ha llamado la atención su potencial cinematográfico y un deseo que intuimos de ir más allá. Yo, la peor de todas, podría gritar en la película de Tarantino donde da vida a una asesina perseguida por los cazarecompensas y donde tiene uno de los momentos más hilarantes de Los odioso ocho cuando canta a la guitarra lo que se avecina.
A esta hija del baby boom nacida en el 62 la hemos tenido muy cerca cuando rodó El maquinista en Barcelona con Filmax, pero no parece muy amiga de la prensa, o será que es muy discreta. Está por ver si los golpes que recibe en la película de Tarantino y que tanto nos duelen como espectadores, le son compensados con la estatuilla. Nuestra admiración es infinita para esta mujer que reaparece después de estar demasiado tiempo ausente de las pantallas. Es evidente que le deben el Oscar a la que indudablemente es una de las mejores actrices de su generación. Lástima que no sea por otro papel.
La canadiense Rachel McAdams está fantástica de esforzada periodista en Spotligth, conmovedora a la altura de sus extraordinarios compañeros. Ella, quizá la menos conocida del grupo, demuestra que el menos es más con una actuación que no precisa circo.
Como su personaje, una periodista entregada a la causa de las que ponen en riesgo la familia porque no miran el reloj, ella también juega a eso, realizar un trabajo eficaz y que beneficie al conjunto. Su dulzura y candidez ya nos llamó la atención en películas como El diario de Noah y Woody Allen se la llevó a de turismo por París pero esta mujer menudita, que, paso a paso, con trabajo de hormiguita, está labrándose un futuro en el cine, reclama más atención. No lo tiene a tiro, pero el Oscar se encontraría a gusto en sus manos. Y poner en valor el periodismo nunca está de más.
Tenemos a otra actriz europea que no tiene porqué pedir perdón por estar en los Oscar, una actriz que vino del frío, la sueca Alicia Vikander se ha ganado la nominación con un esforzado trabajo en La chica danesa en ese rol de la pintora que siguió al lado de su marido después de que él descubriera que tenía alma de mujer.
Conjuga perfectamente con Eddie Redmayne y llena la ropa de época a pesar de su 1,66 metros. Con encanto y vulnerabilidad, ayuda al director a lanzar el discurso del amor. Ex machina la ha puesto en foco y se ha empezado a hablar de ella también porque los cazadores de celebrities la localizaron como novia del súper atractivo Michael Fassbender. Hace honor al calificativo de actriz de moda y todo apunta que la suya no va a ser una moda pasajera.
Y para acabar puro talento británico: Kate Winslet (Steve Jobs), la eterna chica Titanic, y, mira por donde, ahora vuelve a coincidir con Leonardo Di Caprio en unos Oscar que pueden ser para el definitivos. La película de Peter Jackson la hizo mundialmente famosa, pero ya antes fue Peter Jackson quien la bautizó en Criaturas celestiales. Esta guerrera cuarentona ha trabajado con Polansky pero fue en El lector, que le valió el Oscar, donde explotó como actriz dando prueba de su enorme capacidad de actuación.
La admirada actriz inglesa, que convivió con Sam Mendes, vuelve a cumplir a la perfección con el rol que se calza en Steve Jobs dando vida a la asistente del fundador de Apple, y lo hace tan ajustado que una no se imagina que la chica hubiera tenido otro aspecto físico o forma de actuar. Es la que le salva cada dos minutos y le cuida y le regaña como una madre a la mínima que se desvía. Un papel a medida que exige energía física porque no para y evoluciona. La ropa ochentera le ayuda a componer un personaje que va cambiando a medida que pasa el tiempo.
Y es que Kate Winslet es una máquina siempre perfecta, impecable, la mejor. Está de Oscar como siempre y algo a tener en cuenta: además tiene el Globo, tantas veces premonitorio.
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