Stella McCartney enarbola la bandera de la revolución ecologista
- La diseñadora abandera un movimiento feminista y ecologista
- Stella McCartney lanzará próximamente una colección para hombre
- Sacai combina la estética militar con sinuosos vestidos-pañuelo
- Givenchy se inspira en las formas y colores del ágata
Neofeminidad. Vamos a hartarnos de escuchar este concepto aplicado a la moda y es que los diseñadores se esmeran por atender la demanda de la calle y vestir a una mujer que no lleva una vida de revista del corazón, ni duerme en palacios, ni come en restaurantes de cinco tenedores.
Stella McCartney lleva años apostando por una moda urbana para llevar día a día, noche a noche, sin perder comodidad y, sobre todo, elegancia. Su aguja es ligera, libre, como el patrón que permite el movimiento sin encerrar ni encorsetar el cuerpo de la mujer.
No faltan los detalles deportivos, como las camisetas y las parkas oversized, y tampoco los guiños al armario masculino que vemos en pantalones de talle alto que se aferran a la cintura con elásticos, otro detalle deportivo.
Vemos una parte más joven y urbana, con estampados alegres y con mensaje (‘Gracias, chicas’ y 'No a las pieles' ) y otros de alas y pestañas, irresistibles. Motivos que interpretan de forma gráfica, y con humor, el espíritu de Stella McCartney.
Pero también saltan a la pasarela prendas en algodón tratado, muy ochenteras, que rejuvenecen con un acertado juego de texturas y colores, casi siempre tranquilos. Son texturas orgánicas, a veces muselinas, en tonos lavados que embarcan en su cruzada ecologista y su filosofía verde.
Creíamos que avanzaría algo de la que será su primera colección para hombre, que se presenta en noviembre en Londres, pero McCartney prefiere esperar a que llegue el momento. Ya tiene una larga lista de clientes, como su padre, Paul McCartney, o su marido, Alasdhair Wills.
Sacai es una de las firmas que goza de mejor prestigio en el mundo del lujo pero, a la vez, es la etiqueta de la nueva belleza y la nueva elegancia. Urbana, cosmopolita y tranquila la aguja de la diseñadora Chitose Abe logra colecciones que enamoran por su dinamismo y su sensualidad contenida.
Ahora que Marsella expone prendas de grandes creadores que se inspiraron en la estética militar, ella reinterpreta las gabardinas y las casacas de los ejércitos rusos y las mezcla con vestidos-pañuelo de flores, alegres y muy femeninos, y con variaciones de la clásica camisa de hombre que ella convierte en objetos de deseo.
La silueta en cómoda y amplia y destacan los estampados mexicanos, las camisetas con mensaje, las superposiciones inteligentes y los abrigos-vestido con bolsillos exteriores gigantes. Especialmente llamativos son los que mezclan pata de gallo y príncipe de Gales, y que se llevan con divertidos pañuelos-pajarita.
Parecía un error pero no. Parecía un desfile de Marc Jacobs para Louis Vuitton pero se trataba del desfile de Riccardo Tisci para Givenchy. La propuesta bebe de distintas fuentes y se enmarca en esta deliciosa etapa entre los sesenta y setenta.
Minivestidos tipo Courréges , abrigos con grandes bolsillos exteriores y pantalones con pata de elefante que recuerdan a Guy Laroche y vestidos, más setenteros, que nos hacen añorar a Emanuel Ungaro. Quizá son estos los más apetecibles.
Tisci mezcla con acierto lunares, rayas y motivos florales y animales en un puzzle dinámico. Además añade volantes que recorren la prenda en distintas direcciones añadiendo golpes de sensualidad que contrastan con los cuellos camiseros XXL y las rayas retro.
El ágata, que no es un mineral sino un conjunto de variedades cristalinas, inspira con colores y formas concéntricas los estampados, la mayoría de trazo setentero. También se usa como complemento, en colgantes XXL de enormes cadenas de carey.
Las asimetrías y el efecto patchwork recorre las colección que, en muchos casos, utiliza el negro como lienzo para pintar encima estampados de colores de minerales y cristales. Las cremalleras son un elemento recurrente que aporta un tono deportivo a algunos vestidos y a los abrigos que gracias a ellas se convierten en cazadoras.
Destacan las prendas con bordados joya, muy sofisticados, y por su contraste, los vestidos asimétricos muy ceñidos con largos flecos que imprimen movimiento. Toda la propuesta parece esquivar ese trazo sexi que tanto gusta a las fanáticas de la firma, desde Kim Kardashian a Madonna.
Tisci se muestra más recatado y, a pesar de ser una colección de verano, tanto los tejidos como los colores son otoñales; algo quizá meditado para que se venda lo antes posibles. En el desfile se celebró en el Jardín de las Plantas de París hacía un poco de frío pero la casa, muy previsora, dejó en los asientos mantas isotérmicas, de esas que parecen de papel de aluminio. La imagen era por lo menos graciosa.