Mary Beard: "En Twitter hay una misoginia terrible"
- La historiadora recoge este viernes el Princesa de Asturias de Ciencias Sociales
- Ha escrito una veintena de libros sobre Roma, el último SPQR. Una historia de la Antigua Roma
- RTVE.es entrevista a la británica, influyente intelectual y figura mediática en Reino Unido
- Sigue en directo la ceremonia de los Princesa de Asturias este viernes en La 1 y RTVE.es
Mary Beard es capaz de explicar la historia de la división administrativa del Imperio Romano con una simple pizza, un tomate cherry y un puñado de aceitunas sobre la mesa de una trattoria romana. Esta capacidad para hacer la historia de la Antigüedad interesante y asequible a todo el mundo es una de las razones por las que esta historiadora, ganadora del Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, es toda una figura mediática en Reino Unido. Sí, han leído bien, una historiadora que es una estrella mediática.
Beard (Munch Wenlock, Shropshire, Reino Unido, 1955), catedrática de Clásicas en la Universidad de Cambridge, ha publicado una veintena de libros sobre Roma y Grecia, es editora jefe de Clásicos en el suplemento literario del Times, donde además escribe un blog casi a diario, y presenta populares documentales sobre la Antigua Roma en la BBC -ahora se emiten también en España-. Divulgadora nata, es una de las intelectuales británicas más influyentes, prominente feminista y una auténtica figura en Twitter, donde se ha convertido en baluarte contra los troles.
Cercana, afable y dicharachera, la historiadora británica recogerá este viernes el Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales (en directo desde el Teatro Campoamor a partir de las 18.30 horas en La 1 y RTVE.es), después de completar una frenética semana de actividades desde que ponga sus pies en Oviedo este lunes por la tarde. Antes de eso, la historiadora ha concedido varias entrevistas de promoción en España de su último libro SPQR. Una historia de la Antigua Roma (Crítica, 2016), una de ellas con RTVE.es.
-PREGUNTA: En su trayectoria ha recibido numerosos premios y reconocimientos: la Orden del Imperio Británico, el National Book Critics Circle Award, la Bodley Medal de la Universidad de Oxford... ¿Qué significa el Princesa de Asturias, un galardón muy prestigioso en España?
-RESPUESTA: (Sonríe) La verdad es que no me lo creía cuando me llamaron. El premio es en parte para mí, no voy a ser demasiado modesta, pero creo que está muy bien que alguien que trabaje en Historia de Roma reciba este premio. Y me parece además muy bien que sea una mujer.
“"Está muy bien que se dé el Premio a alguien que se dedique a la Historia y además sea una mujer"“
-P: Será una de los cuatro premiados que pronunciarán discurso en la ceremonia del Teatro Campoamor. ¿Ha empezado ya a escribirlo? ¿Sobre qué versará?
-R: Creo que no puedes empezar a escribir estas cosas demasiado pronto porque solo son de tres a cinco minutos de tiempo. Pero cuando te despiertas en medio de la noche, te encuentras a ti misma reflexionando sobre lo que vas a decir. Estoy segura de que voy a decir algo sobre la Roma antigua, hay que decir algo sobre eso (ríe), y probablemente sobre las mujeres también.
-P: En su fallo, el jurado destacaba "su capacidad para integrar el legado del mundo clásico en nuestra experiencia del presente". ¿Cree que eso es lo que define su trabajo como historiadora?
-R: Creo que no es la única cosa, pero sí es una de ellas. No soy la única que enfatice esto, pero estudiar el Mundo Antiguo, además de eso, al mismo tiempo va sobre el estudio de las maneras en las que el pasado tenga sentido hoy en día, así que es una especie de tema muy largo.
-P: ¿Puede explicarme cómo es posible que una historiadora sea una figura mediática?
-R: (Risas) No tengo muy claro que sea una estrella. Creo que me resisto a eso. Tuve la suerte o la desgracia, no sé muy bien cuál, de que me pidieran hacer algunos programas televisivos. No a todo el mundo le gustó, ni todo el mundo pensó que fueran maravillosos, de hecho algunas personas pensaron que eran terribles, pero sí que hubo algo que es lo que marcó la diferencia, que es lo prominente para mí, que una señora de mediana edad, casi mayor, con pelo gris, nos contara cosas sobre la Antigüedad. En cierto modo, lo que estaba haciendo estaba un poco pasado de moda, pero dije 'estoy feliz de hacer esto y de hablar y de mostrarle la gente las cosas; lo que no voy a tolerar es a actores vestidos con togas haciendo que son romanos y tampoco quiero un montón de gráficos hechos por ordenador, así que esta cosa de ¡imaginaos el Coliseo lleno de gente!, ¡no, vamos al Coliseo! Y eso para mí era muy importante. Si lo haces todo por ellos, con gráficos de ordenador y con actores disfrazados, no aprenden nada en realidad. Yo me he pasado toda mi vida siendo profesora, y en cierto modo es lo que sigo haciendo. Creo que soy una profesora muy entretenida que involucro mucho a mis alumnos, pero me gustaría sentir que cuando la gente vea mi serie, que la disfruten e, incluso, aunque no hayan aprendido muchísimo, hayan aprendido algo que les haga querer salir y aprender más cosas. Si eso te convierte en una estrella, pues a lo mejor sí lo soy.
-P: Los romanos fueron los primeros en crear un mundo globalizado hace más de dos mil años. ¿Estriba ahí una de las claves de su importancia para el presente?
-R: Claramente hay algo que vemos hoy en día en el Imperio Romano que significa algo en términos de internacionalidad. Y no puedes evitar sorprenderte por la manera en que, a través del Mediterráneo hasta la Europa Noroccidental, usaban la misma moneda, algunas de las mismas estructuras legales... en cierto modo era un gran Estado internacional. Me resisto a la idea de pensar que los romanos en cierto modo eran parecidos a nosotros, porque creo que eran diferentes, muchísimo más brutales y no hay que olvidar que mataron a millones y millones de personas. Pero, en particular, en lo que se refiere a fronteras, migraciones y a dónde termina nuestro mundo, nos alimentan el pensamiento. Eso es lo que hacen, no nos proporcionan respuestas, pero nos invitan a pensar. Hay cosas, maneras, sitios en los que reconocemos nuestros propios temas en los suyos.
“"Los romanos no nos proporcionan respuestas, pero nos invitan a pensar“
-P: Por eso usted sostiene que no es que tengamos muchas cosas que aprender directamente de ellos o de los griegos, pero que sí hay mucho que aprender "interactuando" con su historia, con su poesía y prosa, sus polémicas y controversias.
-R: Eso es exactamente lo que veo como la clave. Es terriblemente fácil, y un poco vago por parte de la gente y todo el mundo querría, y yo en parte también, poder decir 'mira, vamos a aprender de los romanos en este caso'. Pero es más difícil que todo eso. Tienes que aprender hablando con los romanos, pensando en la manera en que ellos nos dan unas perspectivas diferentes sobre nuestros propios temas.
-P: En su libro defiende la tesis de que el éxito del Imperio Romano fue el convertir en ciudadanos romanos a los habitantes de los pueblos conquistados, lo que se traducía en incorporar nuevos soldados a sus filas y aumentar exponencialmente su potencial militar.
-R: Si buscas una razón por la que Roma tuvo tanto éxito en su expansión, no es tanto que fueran más militaristas que sus enemigos, todos en ese mundo eran militaristas, y no es que tuviesen particularmente mejores armas, ni que tuvieran más disciplina, como se ha dicho. Esas cosas pudieron haber tenido un efecto marginal. Pero, la razón subyacente y real es que en el siglo III a.C., muy pronto en el proceso de expansión, tenían más soldados que cualquier otra nación, de manera que podían ser derrotados en una batalla, pero siempre tenían más tropas. Y el motivo por el que tenían más tropas es porque, a medida que conquistaban, llevaban a la gente que conquistaban la ciudadanía o alianzas, de manera que se convertía en algo que se autoalimentaba. ¿Y por qué hicieron eso? Es un completo misterio. Nadie más hizo eso en la Antigüedad. El patrón estándar de la guerra antigua era que fuera endémica: ibas y aplastabas algún territorio y, si ganabas, cogías algo de bienes, derribabas sus paredes y te ibas. Lo que no hacías, en el patrón estándar de la guerra antigua, era crear una relación permanente. Es un misterio total porqué lo hicieron los romanos. No hay evidencias de que ellos vieran las consecuencias de hacerlo así, pero podrían haberlo hecho.
-P: ¿Por qué se ha trasladado ese erróneo concepto de que los romanos eran los beligerantes y los griegos los intelectuales?
-R: (Risas) Eran igual de belicosos. ¡Mira a Alejandro Magno! Creo que lo que pasa en Roma que es diferente es que a medida que ellos echan la vista atrás sí que enfatizan su saber hacer militar, y también enfatizan mucho la extensión de su ciudadanía. En muchas de las escrituras que han sobrevivido se ve que el mayor honor era ganar una batalla. Pero no creo que esto fuera seriamente diferente en la Esparta antigua. Y cada romano quería ser como Alejandro Magno. En parte es también porque la presencia de Roma en Europa occidental, y la manera en que los Estados nación se fueron formando en los siglos XVIII y XIX, tenían en un pedestal a los héroes nacionales como Boudica en Inglaterra o Arminio en Alemania, han dado a las provincias del Imperio Romano ese sentido de que había una lucha entre el Ejército invencible romano y los valientes nativos.
-P: Usted pone fin en SPQR a su historia sobre el Imperio Romano en el año 212 d.C., con el decreto del emperador Caracalla de extensión de la ciudadanía a todos los habitantes libres del imperio, dondequiera que habitasen. ¿Por qué ese momento?
-R: Cualquiera que escriba la historia de Roma tiene el problema de no saber dónde parar. Es muy fácil saber cuándo empezar, pero saber cuándo finalizar la historia es muy difícil. Yo en parte escogí el 212 d.C. porque la ciudadanía era un tema conector muy grande en mi historia, y si coges la historia de la ciudadanía desde el mito de Rómulo en adelante, es con Caracalla cuando cada ciudadano libre del Imperio Romano se convierte en ciudadano y es ahí donde esa historia llega en cierto modo a un fin. La historia de Roma continúa y mucha gente finaliza la historia cuando Constantino se convierte al Cristianismo (337 d.C.), pero no hay un final satisfactorio. Cada punto final de la historia del Imperio Romano es difícil, siempre hay un final artificial.
-P: La Historia nunca acaba de escribirse, ni siquiera la ocurrida hace 2.000 años.
-R: Nunca se termina por dos motivos. En parte porque incluso con la Historia romana vamos descubriendo cosas nuevas, ya que, por ejemplo, hay nuevas técnicas para analizar esqueletos que nos van contando cosas sobre las vidas de los romanos. Siempre estamos haciendo nuevas preguntas y si ves a la Historia como una especie de conversación, una parábola con el pasado, la medida que tenemos nosotros de la historia también cambia. Es algo que pasa relativamente rápido. Durante los años de mi vida, la historia que yo aprendí como estudiante universitaria es muy diferente de la que yo les enseño a mis alumnos. No es que yo sea mejor historiadora que mis profesores, sino que me interesan cosas diferentes, y me interesan cosas diferentes porque en nuestra cultura interesan cosas diferentes. Y mi interés en la ciudadanía viene en parte porque son cuestiones que nos interesan a todos.
-P: ¿Cómo sería la vida de Mary Beard en la Antigua Roma?
-R: Seamos realistas. Creo que probablemente hubiera sido una esclava, seamos sinceros respecto a esto. Y lo que máximo a lo que podría esperar sería a ser una esposa sufridora de un comerciante de poca monta (risas). En cierto modo, en un nivel es importante no tener esta visión del Imperio Romano en el que todas somos emperatrices y elegantes y ricas; aunque, por otro lado, hubiese sido muy divertido. Imagínate ser Cleopatra.
“"Mary Beard hubiera sido una esclava si viviera en la Antigua Roma“
-P: ¿Hay alguna figura política del Imperio Romano que admire en cierto modo?
-R: Creo que no admiro a muchos. Les encuentro a todos interesantes a su manera, pero es muy difícil encontrar una figura que puedas positivamente admirar. Oh, dios, Creo que el problema a la hora de contestar a esa pregunta es que si miras el Imperio Romano las únicas figuras que podamos abstraer son emperadores, y lo único que tenemos sobre ellos son historias tremendamente poco fiables y hostiles. Decir que admiro a Calígula resultaría un poco extraño y cuando bajas un rango no sabes mucho respecto a ello, así que no sabes muy bien qué sería admirar a alguien. Para mí la figura más interesante supongo que es Cicerón, pero sinceramente el motivo principal es que dejó muchísimo escrito. Y me parece que es muy difícil no interesarse por un tipo cuyas cartas sobreviven y tenemos tomos y tomos. El hecho de si lo admiro o no ya es otra historia diferente.
-P: Usted, que se ha convertido en una auténtica figura en Twitter contra los troles y abusadores, ¿se imagina un Imperio Romano con Twitter?
-R: Roma tenía un Twitter diferente, que era lo que estaba escrito en las paredes, que era muy abusivo también. Creo que en general Twitter me he beneficiado más que lo que me ha perjudicado. Y creo que hay una misoginia terrible en Twitter, pero creo que eso no es culpa de Twitter, sino que es la misoginia del mundo la que se expone en Twitter, y porque la gente escribe en Twitter olvidando de alguna manera que los demás pueden leerlo y verlo. Lo expone, no es que lo cause.
Los discursos de los Premios Princesa de Asturias
La historiadora Mary Beard, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales, será una de los cuatro premiados que pronunciarán discurso en la XXXVI ceremonia de entrega de los premios este viernes en el Teatro Campoamor de Oviedo (sigue en directo la entrega a partir de las 18.30 horas en La 1 y RTVE.es). También pronunciarán discurso la actriz y directora de escena Núria Espert, Premio Princesa de Asturias de las Artes; el escritor Richard Ford, Premio Princesa de Asturias de las Letras; y Patricia Espinosa, secretaria ejecutiva de la Convención Marco de Naciones Unidas sobre el Cambio Climático, en representación del Premio Princesa de Asturias de Cooperación Internacional concedido conjuntamente con el Acuerdo de París. Como es tradicional, el acto se cerrará con el discurso del rey, Felipe VI. Con anterioridad a la ceremonia, el viernes a las 12.30 horas los reyes recibirán en audiencia a los galardonados con los Premios Princesa de Asturias 2016. Los galardonados por la Fundación Princesa de Asturias han comenzado ya a llegar de forma escalonada a Oviedo, donde participarán en distintos actos y comparecerán de forma individual en ruedas de prensa esta semana (puedes seguirlas en directo en RTVE.es): Mary Beard, Richard Ford y Hugh Herr, Princesa de Asturias de Investigación Científica, este martes; James Nachtwey (Comunicación y Humanidades) y Javier Gómez Noya (Deportes), el miércoles; y el presidente de Aldeas Infantiles (Concordia); Núria Espert y Patricia Espinosa, el jueves.