'Frágil Equilibrio', una bofetada de realidad y crudeza
- La película presenta tres crudas historias afectadas por la sociedad de consumo
- El debut de Guillermo García está nominado al Goya a Mejor Documental
- Con Pepe Mujica como Cicerón, plantea preguntas sobre la vida y el sistema
Un mundo injusto y desigual, una sociedad de consumo llevada al extremo y millones de seres humanos que han visto sus vidas gravemente afectadas por el mercado y sus consecuencias. Un caldo de cultivo ideal para que un director joven y novel, Guillermo García López, decidiera reflejarlo con crudeza y lanzar preguntas a la cara del espectador en una película documental.
Frágil Equilibrio es su ópera prima y con ella ha conseguido dos nominaciones a los Premios Goya 2017, por mejor Documental y Mejor Canción Original. Pero no solo eso. Ya ha conseguido el Premio a Mejor documental español en la Seminci, fue seleccionada en la sección oficial del Festival Internacional de Documentales de Ámsterdam (IFDA), además de proyectarse en varias salas españolas.
Un trabajo colectivo para reflejar un drama colectivo, universal, pero con cercanía y humanidad, dando nombre y voz a sus protagonistas, de manera que el espectador puede sentirse identificado, de un modo y otro, "porque compartimos problemas comunes", como explica el director en una entrevista con RTVE.es.
Un grupo de subsaharianos que trata de saltar la valla entre Marruecos y Melilla, ciudadanos desahuciados en España y la adicción al trabajo de unos ejecutivos japoneses. Todo ello, con el hilo conductor de la sabia, profunda y calmada voz del expresidente uruguayo José Mujica, cuyas palabras se ven claramente traducidas en la realidad en el Monte Gurugú, en Madrid y en Tokio.
"Mujica era el Cicerón ideal para este viaje, porque su discurso tiene un potencial cinematográfico muy fuerte, con muchas metáforas, imágenes, tiene mucha poética, pero a la vez habla de temas tangibles, muy concretos, muy humanos, muy accesibles para el espectador", comenta Guillermo García.
"Esto no es Disney, aunque tenga mensaje positivo"
"No queríamos hacer algo melodramático ni tampoco irreal. Aunque tenga mensaje positivo, es crudo, esto no es Disney". Claramente, no lo es. Frágil Equilibrio nos enfrenta con realidades que ya conocemos "por televisión, por los medios, pero esta vez las conocemos desde dentro", y lo hace de una manera bella, pero cruda, y realista, aunque esperanzadora.
"La idea surgió del discurso de Pepe Mujica en la ONU. Eso nos llevó a unos temas que queríamos tratar con él, y al concepto de narrar historias en tres contextos definidos: la inmigración africana en el sur de Europa, la crisis económica y de la vivienda en España, y por otro lado la adicción al trabajo, por ejemplo, en Japón", explica Guillermo García.
Una película en la que no hay ficción, más allá de las decisiones técnicas de las cámaras y el rodaje. Tal y como explica el director, "los protagonistas y sus historias son reales. Algunos de ellos, por ejemplo uno de los japoneses, lo conocimos media hora antes de rodar. Nosotros nos limitamos a ponerles a hablar de la manera más natural posible y ahí surgió la magia".
Ni ficción, ni tendencia política. Frágil Equilibrio "se desprende de colores y banderas para extraer la esencia más humanista", aclara García González. "Si bien todo es política y todos sabemos los ideales de Mujica, incluso él trasciende su propia ideología, por eso pensamos en él", añade. Se trata, según el autor, de "una cuestión filosófica. Es algo universal, son problemas colectivos".
"¿Seremos capaces de gobernarnos a nosotros mismos?"
García López explica que su "objetivo no es aleccionar ni adoctrinar a nadie. Somos meros cineastas que queremos plasmar realidades y llevar al espectador por un viaje de enriquecimiento" que le haga plantearse preguntas. "Mirar en nuestro interior, con honestidad, y también en el espejo del futuro", apunta el director, ya que, como dice Mujica en la película, "no podemos cambiar el mundo, pero sí podemos cambiar nuestro mundo interior, nuestra conducta, por lo menos".
Y si Frágil Equilibrio plantea preguntas a sus espectadores, quizá la más importante de ellas sea si vamos a ser capaces de encontrar una "gobernanza", concepto clave para Guillermo García, que "dirija el barco que nos estamos empeñando en destrozar".
"El peor problema del mundo es la falta de gobernanza. Tenemos el conocimiento y los medios para hacer un mundo más habitable y menos egoísta, pero no tenemos dirección". Con esa franqueza explica el expresidente Mujica, de 81 años, una de sus mayores preocupaciones respecto a este mundo dominado "por el beneficio inmediato, sin pensar en el futuro", que nos lleva a extremos tan opuestos como el estrés de unos y la falta de pan de otros.
Un contraste que queda reflejado en los testimonios, por un lado, de los subsaharianos que se enfrentan al reto de entrar en Europa saltando la valla de Melilla, y, por otro, de los salaryman (ejecutivos) japoneses, cuya vida se reduce casi en su totalidad al trabajo.
"La libertad tiene diversos planos y hay una que es muy importante y muy olvidada, que es la libertad individual, que es disponer de tiempo para vivir, hacer cosas que a cada cual lo motivan", analiza el expresidente uruguayo. Algo de lo que no gozamos, según él, por la espiral en la que nos sume la sociedad de mercado, que nos lleva a "alquilarnos por un ingreso", nos "apresa el tiempo" y "construye frustración e infelicidad". Y, sin embargo, aunque el Primer Mundo no garantice "la felicidad, para muchos es la diferencia entre comer y no comer", concluye Mujica.
La vida, la muerte y tener voz
"Uno de los denominadores comunes entre las tres historias es que sus protagonistas no se sienten vivos, sienten que les han quitado algo para poder sentirse vivos: la libertad, el poder amar, el tiempo para disfrutar", subraya el director. Tanto es así que, ya sea en el monte Gurugú, en Madrid o en Japón, dichos protagonistas piensan en quitarse la vida, o en el caso de los subsaharianos, prefieren incluso "morir antes que volver atrás". Diferentes formas de entender la muerte y enfrentarse a ella.
Explica Guillermo García que, precisamente, estos dramas le han enseñado "el valor de la vida y la necesidad de luchar. En el Gurugú vimos una realidad brutal, impactante, pero fueron ellos quienes quisieron que sacáramos las cámaras y hablar directamente al objetivo, al espectador. Que les diéramos voz. También en Japón, donde vivimos un choque cultural muy fuerte, pero los protagonistas se abrieron por completo. Y en España, donde nos cuesta pensar que haya y siga habiendo desahucios todos los días en el barrio de al lado".
Las palabras del director la cinta y las de Mujica se entremezclan cuando el autor explica que "el sistema se ha encargado de todo, menos de la vida. Un sistema que hemos creado nosotros, pero que arrasa despiadadamente con todo, incluso con el propio ser humano. Nos coloca ante la amenaza permanente de la muerte".
Sin embargo, el mensaje "es optimista. La gente nos da las gracias porque sale del cine con ganas de vivir", cuenta el realizador. Además, "a lo largo del proyecto hemos visto que la gente responde, que se solidariza y que quiere conocer las historias y a los protagonistas. Y eso me parece muy alentador y muy optimista, porque lo que queríamos era eso, darle voz a quien no la tiene, precisamente para hacerles sentirse vivos".
Por y para el colectivo
Frágil Equilibrio es, además, la prueba fehaciente de lo que su creador quiere demostrar. La evidencia patente de que el ser humano necesita del colectivo. No en vano, el proyecto "es muy humilde en su producción, pero ambicioso de planteamiento. Queríamos retratar el mundo, estar en muchos lugares". Y todo ello mediante la autofinanciación, lo que supuso un gran esfuerzo para Guillermo García y Pedro González, productores de la película, y sus asociados, Pablo Godoy-Estel, David Casas, Marina García y David Guerrero.
México, Catar, EE.UU., Chile o Hong Kong son solo algunas de las localizaciones donde se ha rodado el documental. "Para eso tuvimos que crear un proyecto colaborativo con compañeros de todas partes del mundo. Nosotros coordinamos todo el trabajo desde Madrid, ellos nos enviaban otras propuestas, y entre todos fuimos armando los distintos rodajes", explica Guillermo García. "Después, el montaje se fue modificando a medida que avanzaban las historias.
Un esfuerzo y un trabajo colectivo que, sin duda, han dado frutos. Dos nominaciones a los Goya, una a Mejor Película Documental y otra para Mejor Canción Original para "Muerte", interpretada por Uxía y compuesta por Zentia Montes, creadora de toda la banda sonora.
La distribución y la difusión del documental, en la que colabora Oxfam Intermón, y la acogida del público, según el director "hace que se cierre el círculo. Y, de nuevo, cierra con un mensaje de esperanza: "Es un soplido muy fuerte de aire para las velas de este barco que es la humanidad y que tenemos que reconducir entre todos".