'Superheroínas', el libro que estudia la evolución de las mujeres más poderosas del cómic
- Su autora es la periodista Anabel Vélez
- “La mayoría de los uniformes de superheroínas son ridículos”, asegura
- Especial Salón del Cómic de Barcelona 2017
En los últimos tiempos algunas de las series de superhéroes más alabadas por la crítica están protagonizadas por mujeres. Algo que se debe a la mayor presencia de mujeres guionistas y dibujantes en la industria, y que ha atraído a muchísimas lectoras. Pero todavía queda un gran camino por recorrer. Y es que la historia de las superheroínas ha sido muchísimo más difícil que el de sus homólogos masculinos, como demuestra la periodista Anabel Vélez en el libro Superheroínas (Redbook ediciones), un completo repaso a la evolución de los personajes femeninos en el género.
“En los últimos años –asegura Anabel- ha aumentado el número de cabeceras protagonizadas por superheroínas, entre la Capitana Marvel, Spiderwoman, Batwoman, Batgirl, Wonderwoman, Thor y tantas otras. Muchas más mujeres con superpoderes liderando sus propias historias significa una presencia de la mujer más importante y más realista. Al fin y al cabo los cómics son un reflejo de la sociedad y está claro que en cuanto a derechos hemos avanzado”.
“Las historias ahora son más interesantes –continúa-, hay más mujeres dibujantes y guionistas y creo que todo esto se nota bastante. Tantas protagonistas hace unos años era impensable pero aún así, aún se sigue creyendo que las mujeres no leen cómics y muchas veces se tiende a masculinizar a las superheroínas para hacerlas más poderosas. Hasta que eso no pase, hay mucho por lo que luchar”.
“Me han preguntado muchas veces –añade Anabel- si realmente había tantas superheroínas para hacer un libro sobre ellas y eso es bastante significativo. Yo misma de niña y adolescente tenía problemas para encontrar un personaje femenino interesante. Ahora creo que es más fácil, porque hay más variedad de superheroínas, tienen mucha más presencia y sus historias son muy potentes”.
‘Ms Marvel, el símbolo de una generación’
De entre las heroínas actuales del cómic destaca Ms. Marvel. “Si tuviera que elegir un personaje –asegura Anabel-, me quedaría con Ms. Marvel. Ella tomó el relevo de Carol Danvers cuando esta se convirtió en la Capitana Marvel. Ms. Marvel es Kamala Khan, una joven de origen musulmán. El primer personaje de este tipo en Marvel. Es además una adolescente que vive sus superpoderes como algo increíble y maravilloso de lo que quiere disfrutar”.
“Creo –continúa Anabel- que recupera mucha de la frescura que se había perdido en el cómic de superhéroes y además lo hace desde un punto de vista totalmente diferente. Es un personaje que ejemplifica la variedad de caracteres que ha aportado este tipo de personajes al cómic en los últimos años. Las superheroínas no tienen por qué tener cuerpos de supermodelos y ser simples novias de, pueden ser mucho más y además contar historias divertidas y amenas. Ms. Marvel recoge todo esto”.
Un repaso histórico
Pero… ¿Qué nos cuenta exactamente en Superheroínas? “Es un repaso histórico al papel de la mujer en el cómic de superhéroes -comenta Anabel-. Aunque en realidad es también un repaso al papel de la mujer en la sociedad a lo largo de los años desde los 40 hasta la actualidad. El cómic al final refleja la sociedad y cómo ha evolucionado, aunque sus protagonistas vayan vestidos en mallas de colores. Las historias de los personajes pedían un acercamiento de este tipo, resaltando el papel que se le ha otorgado a la mujer y como el machismo imperante durante décadas ha marcado la evolución de sus historias”.
“Cada capítulo –continúa la escritora- está dedicado a una década, desde los años 40 hasta la actualidad. En cada uno de los capítulos analizo los personajes más importantes o relevantes de cada década y que tratamiento se les dio en las historias de las que eran protagonistas. He intentado mostrar así la evolución de los personajes a lo largo de los años. La sociedad y sus cambios han marcado su camino sin duda”.
La evolución de la mujer en el cómic americano
Preguntamos a Anabel ¿Cómo ha cambiado el papel de la mujer en el cómic americano por décadas? “Muchísimo. Al principio las precursoras de estas superheroínas eran mujeres que encontraban en la máscara una manera de salir de una situación en la que no podían ser ellas mismas. La sociedad les exigía un papel determinado de buenas hijas, amantes esposas y estupendas madres y no había cabida para llevar una vida llena de aventuras luchando contra el crimen, así que tenían que esconderse detrás de la máscara que comentaba antes para poder hacerlo”.
“En los años 40 –continúa Anabel- nació la gran superheroína, Wonder Woman. En aquella época las mujeres tenían mucha más libertad de la que tuvieron en los años 50 cuando llegó el Comics Code y la censura se impuso. A partir de entonces los personajes femeninos perdieron muchos de sus poderes y su presencia y pasaron a ser meras comparsas, la novia de o una molestia para el superhéroe... Es el caso de Batwoman por ejemplo. Se perdió mucha de la libertad que tenían”.
“Los 60 –añade Anabel- fueron los años del nacimiento de los supergrupos, aunque las mujeres tenían un papel importante en los mismos al final era una mujer y muchos hombres en un mismo grupo y se pasaban más tiempo preocupadas por sus peinados e ir de comprar, en que sus novios les hiciesen caso o siendo secuestradas por el malo de turno para ser rescatadas. Lo que le pasaba a Sue Storm en los 4 Fantásticos por ejemplo, que al final acababa haciendo de madre del resto de sus compañeros”.
“Los setenta trajeron la revolución sexual y la liberación de la mujer –afirma la autora- y muchas de estas protagonistas se hicieron más fuertes e independientes aunque el hecho de adquirir poderes no significó que su estatus mejorara. Muchas de estas superheroínas acabaron consumidas por sus propios poderes, parecía que una mujer no podía adquirir demasiados ya que si lo hacía, perdía los papeles”.
“Fue en los años ochenta por ejemplo cuando la modosita Jean Grey se convirtió en Fénix Oscura. También empezó a aparecer un nuevo tipo de superheroína entre el bien y el mal, personajes más oscuros e historias mucho menos infantiles y más adultas como las de Elektra marcaron esa década”.
La silicona y las supermodelos
“Los noventa –continúa Anabel- fueron los años de la silicona y las supermodelos, las superheroínas cada vez tenían menos ropa y más pectorales, las historias empezaron a ser cada vez menos interesantes y más denigrantes. No fueron precisamente buenos años, floreció el Bad Girl Art y los cuerpos deformados de dibujantes como Rob Liefeld”.
“El nuevo milenio trajo la diversidad, empezaron a crecer el número de mujeres protagonistas y cada vez eran más diversas, de diferentes edades, religiones, razas y sobre todo con un tratamiento más realista de las misma. Creo que ahora mismo estamos viviendo un momento muy interesante en el cómic, uno en el que las historias están muy trabajadas en cuanto a relato y en cuanto a dibujo, en el que los personajes tienen más dignidad y son tratados con mucho más respeto, aunque aún hay momentos en los que abres las páginas de un cómic y te dan ganas de tirarlo a la basura directamente por la forma en la que tratan a la mujer. Ríete tú de Magneto, al lado del machismo en el cómic”.
“Mujeres en la nevera”
Durante décadas, muchas heroínas han sido meras comparsas, elementos románticos o se limitaban a ser versiones femeninas de personajes de éxito. “En un principio la verdad es que sí –asegura Anabel-, pero ahora las cosas han cambiado y son las protagonistas de sus propias historias. Aunque durante décadas lo fueron, sin duda. Sue Storm estaba más pendiente de que Reed Richards le hiciera caso que de luchar contra los malos. Es un buen ejemplo de ello. Muchas superheroínas han vivido a la sombra de sus versiones masculinas, como Supergirl con su superprimo Superman o Hulka con su también primo Hulk. Muchas de ellas nacieron simplemente para emular el éxito de sus versiones masculinas. Eso les ha pesado y ha lastrado sus historias. Por suerte, muchas de ellas han sobrevivido y han tenido las historias que se han merecido pero han necesitado décadas para ello. Otras se quedaron en el camino”.
“La guionista de cómics Gail Simone –comenta Anabel- acuñó la expresión “Mujeres en la nevera” para referirse a un hecho bastante triste, la cantidad de mujeres que morían, eran torturadas, violadas o asesinadas en los cómics en la década de los 90. Algo que hacía que el supehéroe de turno se pusiera en marcha gracias a un sentimiento de venganza porque habían matado a su novia, mujer, hermana, etc...”
“Y confeccionó una lista interminable de ejemplos. El primero y que da nombre al término es la novia de Green Lantern, Alexandra DeWitt. El entonces Green Lantern llegó un día a su casa, se encontró con una nota que decía: “Te he dejado una sorpresa en la nevera, besos” y cuando la abrió la encontró muerta y descuartizada dentro de la misma. Como este ejemplo hay cientos”.
Wonder Woman, ¿la gran superheroína?
Con 75 años recién cumplidos y una superproducción a punto de llegar a los cines, Wonder Woman sigue siendo la superheroína más popular.
“¿Cuántos batmanes y supermanes hemos visto en el cine hasta ver la primera Wonder Woman en la gran pantalla? –se pregunta Anabel- Diana, que es su nombre verdadero, nació como la creación del psicólogo William Marston. Pretendía crear a un personaje femenino fuerte e independiente que pudiera valerse por sí misma y que fuera un ejemplo para las niñas y adolescentes que leían el cómic. Incluso tenía unas historias en su cómic sobre mujeres eminentes: historiadoras, científicas, etc... para mostrar ejemplos reales de mujeres así”.
“La pena –continúa Anabel- fue que cuando Marston murió y el Comics Code entró en acción Wonder Woman perdió muchos de sus poderes y acabó reducida a historias romanticonas o a hacer de secretaria y llevar el café a sus compañeros en la JSA”.
“Wonder Woman –añade la autora- ha sufrido grandes cambios a lo largo de su historia y no siempre para bien. Se ha cambiado su origen en innumerables e innecesarias ocasiones, algo que a sus compañeros no les ha pasado. Incluso perdió sus poderes o más bien se los quitaron. Ha sufrido muchos altibajos en su historia, incluso la han matado y vuelto a revivir. Pero ahí está, es la superheroína por excelencia, ha conseguido sobrevivir y además muy dignamente, los últimos años le han valido los arcos más interesantes sobre todo con el trabajo de Greg Rucka a los guiones. Me gusta mucho el dibujo que está haciendo la ilustradora Bilquis Evely en los últimos números. Wonder Woman es la mujer más poderosa del universo, es una diosa, pocos superhéroes le hacen sombra por no decir ninguno. Empezó así y ahora ha vuelto a recuperar ese papel, el de mujer fuerte e independiente, que sabe valerse por sí misma y que puede luchar y patear el culo de los malos como el que más”.
Otras grandes superheroínas
Preguntamos a a Anabel qué otras grandes superheroínas del cómic destacaría: “No puedo dejar de mencionar a Ororo Monroe, Tormenta de X-Men. La primera superheroína de color que además fue líder de un supergrupo. A diferencia de Jean Grey, no tuvo historias romanticonas que lastraban al personaje. Aunque no fue la primera líder de un supergrupo, ya estuvo antes Elasti-Girl, un personaje femenino que lideraba a la Doom Patrol, algo bastante inusual para 1963”.
“Oracle, el personaje en el que se convertía Batgirl tras el disparo del Joker me parece muy interesante también, no solo como mujer, ya que pasó a ir en silla de ruedas, algo muy raro en un cómic y más de superhéroes. A excepción de Charles Xavier en los X-Men y él tenía la ventaja que tener superpoderes mentales. Bárbara Gordon como Bruce Wayne, era una simple mortal que se vestía la capa de murciélago. Su evolución después del disparo a reconvertirse en una experta hacker es muy interesante”.
“Creo que muchos personajes femeninos, Batgirl es uno de ellos, han roto esquemas y barreras. Batgirl le plantó cara a Batman tras el triste devenir de Batwoman, una mujer a la que el murciélago puteó todo lo que quiso y más. A la que se pasaba el día diciendo que una mujer adulta no valía para luchar contra el mal. Pero a su lado tenía un adolescente que si podía hacerlo. Era ridículo. Batgirl nunca necesitó que Batman le diera el visto bueno. Como ella, muchas otras. Por poner solo unos cuantos ejemplos”.
“Los uniformes de las superheroínas son ridículos”
En cuanto a los uniformes de las superheroínas, Anabel asegura que: “La mayoría de los trajes de superheroínas son ridículos. Los de superhéroes también pero los de ellas, más aún. Ahora la cosa está mejorando pero hay tantos y tantos ejemplos de trajes con aberturas estratégicas en zonas del cuerpo voluptuosas que es demencial. Mirad sino el escote de Power Girl. Llamar traje a lo que llevaban las superheroínas en los 90 era un eufemismo, eran tiras de tela que no tapaban nada”.
“Y esto es así desde el principio –continúa- . Si ves a los tres superhéroes clásicos: Superman, Batman y Wonder Woman. Ellos van con trajes que les tapan de la cabeza a los pies prácticamente y ella en bañador. Con eso lo digo todo. Pero es lo que pasa cuando son hombres los que crean a los personajes femeninos. Los crean para el disfrute propio sin considerar lo práctico de los mismos. Según que tacones no son viables para luchar por muy superheroína que seas”.
En cuanto a sus proyectos inmediatos, Anabel nos comenta que: “La idea es hacer otro libro de supervillanas que también hay unas cuantas. Pero eso ya será de cara al año que viene. Algún otro proyecto de cómic tengo también en la recámara. Pero ahora estoy con una historia del rock en femenino que me va a tener bastante ocupada hasta finales de año. Así que los superpoderes tendrán que esperar”.