Amnistía Internacional denuncia con su campaña "Valiente" el acoso a activistas en todo el mundo
- "Hoy más que nunca, defender los derechos humanos puede ser letal", asegura AI
- La campaña destaca el esfuerzo y el valor de activistas de todo el mundo
- Dessale Berekhet, refugiado eritreo: "Si muero por mi causa, será un privilegio"
Defender los derechos humanos es cada vez más difícil en el mundo. Los activistas, hombres y mujeres, se arriesgan a ser blanco de procesos judiciales, campañas de desprestigio, acoso, amenazas y, en los casos más extremos, desapariciones forzadas y asesinatos. En 2016, 281 activistas perdieron la vida, 125 más que el año anterior.
Amnistía Internacional (AI) considera que estos niveles de persecución, intimidación y violencia son inéditos, y por ello ha lanzado una campaña internacional con el lema "Valiente" para destacar el trabajo de estas personas y pedir su protección.
“Hoy en día más que nunca, defender los Derechos Humanos puede ser incluso letal“
"Hoy en día más que nunca, defender los Derechos Humanos puede ser incluso letal", ha explicado la responsable de la campaña en España, Maribel Tellado, durante la presentación pública en Madrid. En la presentación han contado su experiencia el periodista eritreo Dessale Berekhet, exiliado en Noruega, y Pascual Bernabé Velázquez, líder indígena guatelmalteco que defiende el derecho a la tierra.
"Si muero por mi causa, será un privilegio"
"Eritrea es una gran prisión", ha explicado Berekhet, quien tuvo que huir de Eritrea tras fundar una web informativa para denunciar la falta de libertad del régimen.
"Hay mucho riesgo. Cuando estaba en Uganda, me enviaban mensajes diciéndome que me iban a matar, que no tenía futuro en mi país", ha explicado. No obstante, asegura estar dispuesto a asumir las consecuencias. "No se trata de matarme a mí, sino a mi espíritu, y eso no lo puedo permitir. Si muero por mi causa, será un privilegio", ha añadido.
“No se trata de matarme a mí, sino a mi espíritu, y eso no lo puedo permitir“
América Latina es especialmente peligrosa para los activistas que defienden los derechos de los indígenas a la tierra y el medio ambiente. El caso más conocido es el de la hondureña Berta Cáceres, asesinada en marzo de 2016.
Pascual Bernabé Velázquez representa al "gobierno plurinacional" de los indígenas mayas de la región de Huehuetenango, en Guatemala, que se oponen a las empresas hidroeléctricas. Los líderes indígenas han sido encarcelados y posteriormente puestos en libertad, y algunos asesinados.
"Defendemos el territorio, el agua, las montañas, los animales - ha asegurado durante el acto de AI - El Gobierno, con sus propias leyes, que son para los empresarios, está presionando a las personas".
"Tememos por la vida de nuestros líderes que luchan contra las transnacionales porque también están sus familias. Algunos tienen hasta diez hijos. ¿Qué va a pasar con los niños?".
Mujeres y activistas LGTBI, los más vulnerables
Maribel Tellado ha nombrado otros ejemplos de defensores de derechos humanos perseguidos y ha destacado que mujeres y activistas por los derechos LGTBI son los más vulnerables a los ataques.
"Sufren doble discriminación o ataques específicos", ha destacado la responsable de la campaña. Es el caso, por ejemplo, de la faminista egipcia Azza Solimán, acusada de "mancillar la imagen de Egipto" por su trabajo contra la violencia machista y la violación. O de Sakris Kupila, activista transexual de Finlandia, que tuvo que abandonar sus estudios por las presiones.
Tellado ha recordado también que, en España, la ley de Seguridad Ciudadana (conocida como Ley Mordaza) "reduce el espacio que tiene la sociedad para protestar".
Guatemala: lucha contra las hidroeléctricas con conexión española
El sector hidroeléctrico de Guatemala ha atraido a empresas multinacionales, entre ellas españolas, que en ocasiones se han encontrado con la oposición indígena. Es el caso del proyecto de la empresa Hidro Santa Cruz, en Barillas, al que se oponen las comunidades mayas a las que representa Pascual Bernabé Velázquez.
Los mayas aseguran que no se ha respetado el proceso de consulta a sus comunidades, que el proyecto afecta al cauce del río Canbalam y que las promesas de desarrollo económico se quedan en nada. "Llegan a ofrecer, pero no cumplen", ha explicado Bernabé Velázquez a RTVE.es
Tras ocho años de protestas y con las obras paradas desde 2009, el consorcio español Ecoener-Hidralia, concesionario del proyecto, anunció en diciembre pasado que se retiraba.
Otro proyecto en marcha tiene también participación española. Se trata del complejo hidroeléctrico Renace, en la región de Alta Verapaz, una de las más pobres del país. El complejo, propiedad de la empresa guatemalteca Corporación Multi Inversiones (CMI), consta de tres centrales sobre el río Cahabón y una cuarta en construcción. La constructora es Grupo Cobra, filial de ACS, la empresa de Florentino Pérez, por lo que los activistas han llevado sus manifestaciones ante la embajada española en Ciudad de Guatemala.
Pascual Bernabé Velázquez ha pedido que la ONU verifique los daños mediambientales que el desarrollo hidroeléctrico está provocando en su país.