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Kazuo Ishiguro, un Nobel cinematográfico

  • Algunas de sus novelas han sido adaptadas y ha participado en varios guiones
  • Lo queda del día, con Antohny Hopkins y Emma Thompson, es un clásico de los 90

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Antohny Hopkins y Emma Thompson en 'Lo queda del día' (1993).
Antohny Hopkins y Emma Thompson en 'Lo queda del día' (1993).

En su escueto comunicado, la Academia Sueca recordaba la también escueta obra del nuevo Nobel de Literatura, Kazuo Ishiguro: ocho libros además de guiones de televisión y cine. Ishiguro es un Nobel bien conocido, como todos los que escriben en la dominante lengua inglesa, pero su alcance se amplifica con las películas adaptadas de sus obras.

Lo que queda del día, su novela ganadora del Man Booker (traducida también en España como Los restos del día), fue adaptada en 1993 por James Ivory, toda una garantía para los dramas de alta sociedad británicas: venía de dirigir Regreso a Howards Ends, Maurice y Una habitación con vistas. El guion lo firmaba nada menos que una de las mejores guionistas de la historia, Ruth Prawer Jhabvala, y otro premio Nobel, el dramaturgo Harold Pinter.

En declaraciones para la editorial Knopf Doubleday, Ishiguro explicaba el significado metafórico de la historia. “La mayoría de nosotros somos mayordomos. Lo que quiero decir es que no poseemos grandes empresas, ni presidimos países: la mayoría tenemos trabajos. Y normalmente no sabemos si nuestro empeño es realmente útil. No entendemos el contexto, pero tenemos la esperanza de que sea para bien".

Contenida historia de amor y metáfora política, Lo que queda del día es una esas raras películas perfectas. Todo funciona. La secuencia en la que el ama de llaves descubre que el reservado mayordomo lee en secreto novelas de amor es una de las cumbres de la carrera de Anthony Hopkins y Emma Thompson.

En 2003, Ishiguro, cuya primera vocación fue la de músico, firmó el guion de The Saddest Music in the World, musical dirigido por Guy Maddin con Isabella Rossellini y María de Medeiros. Ambientada otra vez en los años 30, era una competición de músicos para componer la música más triste del mundo.

Su amistad con James Ivory llevó a Ishiguro a escribir una película directamente para él en 2005: La condesa rusa, con Ralph Fiennes y Natasha Richardson. Ishiguro vuelve a 1936, esta vez a Shangai, para recrear el encuentro de dos personas atrapadas en una ciudad a la fuga ante la inminente invasión japonesa. Sofía (Natasha Richarson) es una noble rusa que trabaja como camarera y bailarina, y Jackson (Ralph Fiennes), un antiguo diplomático ciego desilusionado por la incapacidad del mundo para lograr la paz.

La película fue la triste despedida del tándem formado por Ivory y el productor Ismail Merchant (que falleció ese año). Triste sobre todo porque fue un fracaso rotundo de critica y taquilla. Ishiguro no ha vuelto a escribir un guion original desde entonces.

La incursión de Ishiguro en la ciencia ficción, Nunca me abandones, tuvo su rápida réplica cinematográfica en 2010. Dirgida por Mark Romanek, y protagonizada por Carey Mulligan, Andrew Garfield y Keira Knightley, es una desasosegante distopía con buenas dosis de suspense. La novela ha vuelto a ser adaptada en Japón, esta vez como miniserie, estrenada en 2016.

Quién sabe si el Nobel activará el interés por las novelas no adaptadas de Ishiguro. Lo que sí se sabe es que el productor Scott Rudin compró los derechos de su último libro, El gigante enterrado, que transcurre en una Inglaterra medieval con dragones, ogros y duendes. Que tiemble Juego de Tronos.

Tráiler de 'Nunca me abandones'