Los ecologistas reclaman un área protegida sin pesca en la Antártida Oriental
- Hobart acoge la reunión para conservar los recursos marinos de la Antártida
- Denuncian que la zona protegida se ha reducido un 50% y permiten pescar
Los ecologistas quieren que se prohíba todo tipo de pesca en un área marina protegida de casi un millón de kilómetros cuadrados que Australia y la Unión Europea (EU) buscan implementar en la Antártida Oriental.
Así lo ha explicado a Efe Ricardo Roura, representante de la Coalición de la Antártida y del Océano Austral (ASOC) antes de la reunión anual de la Comisión para la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (CCAMLR, en inglés) que se celebrará en la ciudad australiana de Hobart entre el 16 y el 27 de este mes de octubre.
Esta propuesta para proteger la Antártida Oriental comprenderá los ecosistemas de la zona en la que viven una gran variedad de pingüinos así como focas, animales invertebrados y de peces aletas codiciados por la industria pesquera.
Roura apunta que después de haberse discutido durante muchos años el plan de protección de la Antártida Oriental "se ha debilitado mucho porque no solo se ha reducido el área (de conservación propuesta) en más de un 50%, sino que además se permite el uso múltiple, es decir, se protege pero también se permite la pesca".
Un zona protegida indefinida
Por ello, ASOC, coalición integrada por organizaciones como Greenpeace y el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF), buscan que "se establezcan zonas en donde no haya absolutamente ningún tipo de pesca, ni comercial ni disimulada y que se establezca de forma indefinida", subrayó.
"Y que sea de forma indefinida porque el período de 35 años es inusual. Los parques marinos y naturales siempre han sido de forma indefinida", subraya.
La ASOC teme que los países que explotan el krill como Noruega y China, entre otros, intenten pescar este recurso con fines científicos, especialmente cerca de las zonas de alimentación de los animales antárticos.
Catástrofe en la cría de pingüinos
Esta semana se conoció la catástrofe ocurrida en la colonia de los pingüinos adelaida que habitan Terre Adélie, en Antártica Oriental, en donde solo dos polluelos sobrevivieron a la última temporada de reproducción y cría en esta colonia de 36.000 ejemplares.
Este incidente, el segundo en cuatro años, se vincula a que las capas de hielo se extendieron de forma inusual a finales del verano, lo que obligó a los pingüinos adultos a viajar distancias más grandes para buscar comida para sus crías, que murieron de hambre.
"El cambio climático es un factor de presión adicional importante en la estructura del ecosistema natural (...) pero lo que se sabe es que la pesca de krill puede tener un efecto en las poblaciones de aves marinas que se alimentan de ellos", acotó el geólogo argentino.
Las otras propuestas que se discuten en CCAMLR son la creación de un área marina protegida en el Mar de Weddell impulsada por Alemania, y otra en la península Antártica proveniente de Argentina y Chile.