Robert Mugabe dimite como presidente de Zimbabue tras 37 años en el poder
- El presidente más anciano del mundo renuncia al poder a través de una carta
- El Parlamento debatía una moción de censura contra él
- El mandatario ostentaba el cargo desde 1987
El presidente de Zimbabue, Robert Mugabe ha dimitido este martes una semana después de que el ejército tomara el control del país, poniendo fin a cuatro décadas de liderazgo por parte de un hombre que una vez fue héroe de la independencia y más tarde fue considerado un dictador.
Mugabe, que ha gobernado durante 37 años el país, se había resistido hasta ahora a las presiones, pese a la multitudinaria protesta en su contra el sábado y a las negociaciones mantenidas con el Ejército y con los emisarios enviados por Sudáfrica.
Según medios locales, su renuncia se ha dado mientras el Parlamento debatía una moción de censura contra él.
Una carta de dimisión
El presidente de la cámara baja, Jacob Mudenda, ha interrumpido la sesión conjunta de la Asamblea Nacional y el Senado para leer la carta de dimisión, con efectos inmediatos, de Mugabe como presidente y ha anunciado que el miércoles se nombrará un nuevo mandatario.
En la misiva que Mudenda ha recibido del Ministro de Justicia en plena sesión parlamentaria y que ha leído en voz alta, Mugabe redacta "Yo, Robert Mugabe entrego formalmente mi dimisión como presidente de la República de Zimbabue con efecto inmediato", inmediatamente en la cámara baja han sonado largos aplausos.
Mugabe continúa explicando que su decisión "ha sido voluntaria y es por el bienestar de los zimbabueses y por la necesidad de una transferencia pacífica de poderes”.
Moción de censura y detonante
De no haber dimitido, las cámaras se disponían a aprobar una moción de censura impulsada por el partido del propio Mugabe, la Unión Nacional Africana de Zimbabue-Frente Patriótico (ZANU-PF), que cuenta con mayoría en ambas salas, y que era apoyada por la principal formación de la oposición, el Movimiento por el Cambio Democrático (MDC-T).
Mugabe parecía resistirse a abandonar el cargo que ostentaba desde 1987, aunque gobernaba como primer ministro desde 1980.
El detonante del alzamiento militar fue la destitución del vicepresidente Emmerson Mnangagwa el pasado día 6, forzada por la facción del partido gobernante afín a las ambiciones de la primera dama, Grace Mugabe, de convertirse en la sucesora de su marido en el poder.
Desde entonces, la ZANU-PF, cofundada por Mugabe, destituyó al veterano líder, de 93 años, como número uno de la formación y lo sustituyó por Mnangagwa, además de expulsar a Grace Mugabe y a sus aliados.
Pese al rechazo popular y de su propio partido, Mugabe no dimitió ni cuando la ZANU-PF le dio un ultimátum que expiró ayer lunes a las 12.00 del mediodía hora local.
Por ello, la formación inició los trámites para poner en marcha la moción de censura parlamentaria, que finalmente no se consumará tras la renuncia definitiva del mandatario.
Mnangagwa posible nuevo presidente
El exvicepresidente de Zimbabue, Emmerson Mnangagwa prestará juramento como presidente durante las próximas 48 horas, según ha confirmado el secretario legal de ZANU-PF Patrick Chinamasa.
Por su parte, el líder de ZANU-PF, Lovemore Matuke, también ha asegurado que Mnangagwa tomaría juramento y que continuaría con el resto del mandato de Mugabe hasta las próximas elecciones generales, que se celebraran en septiembre de 2018.
Reacciones en las calles
Los ciudadanos de Zimbaue han recibido el fin de una era con gritos de alegría y bocinas de coche que han inundado la capital, mientras la gente se abrazaba espontáneamente en la calle.
Banderas de Zimbabue y carteles de "descanse en paz, descanse en paz" acompañaban bailes y cánticos, mientras el sol se ponía sobre la capital zimbabuense. Otras imágenes muestran a niños aupados a tanques bailando al son de la música que resuena en las calles de la capital, Harare.
Las reacciones internacionales no se han hecho esperar. El secretario general de la ONU, António Guterres, ha pedido a Zimbabue calma y moderación tras la dimisión de Mugabe.
A través de su portavoz Farhan Haq, Guterres ha insistido que Naciones Unidas toma nota de la decisión y "anima a todos los zimbabuenses a mantener la calma y la moderación".
Haq no ha querido hablar sobre el cambio en Zimbabue y sus posibles consecuencias, pero ha recordado que la ONU siempre espera que "todos los líderes escuchen a su pueblo". "Ese es un pilar de toda forma de gobierno y debe seguirse en todos los continentes", ha añadido.