Puigdemont no aclara si estará presente en su investidura: "Hay otros caminos y no descartamos ninguno"
- Tras reunirse con el presidente del Parlament, no confirma si volverá a España
- Insiste en que el mandato de las urnas es que él sea presidente de nuevo
- El Gobierno impide que se vea con Torrent en la oficina de la Generalitat en Bruselas
El expresidente catalán Carles Puigdemont, y candidato a la investidura como presidente de la Generalitat, no ha aclarado si volverá a Cataluña, pero a la vez no descarta que todos los diputados electos pueden estar presentes de alguna manera en el debate de investidura. A una semana de que termine el plazo para celebrar el debate de investidura, el 31 de enero, y ante la posibilidad real de que el Tribunal Constitucional declare inválida su investidura a distancia, Puigdemont mantiene el objetivo de estar en su investidura tras reunirse en Bruselas con el presidente del Parlament, Roger Torrent.
"La investidura ideal sería la presencial, es la que querríamos todos, y tendría que haber condiciones para que se produjera. Pero hay otros caminos y no descartamos ninguno. Que nadie descarte que el pleno del Parlament se dé en condiciones óptimas, que podamos estar todos presentes", ha dicho el cabeza de lista de Junts per Catalunya en declaraciones a los medios tras reunirse con Torrent, sin aclarar a qué se refería al afirmar esto, ya que sería detenido inmediatamente si regresa a territorio español.
Puigdemont ha pedido que el debate de investidura, para el que todavía no hay fecha, se celebre en "la más estricta normalidad democrática", de modo que todos los diputados electos, incluidos los cuatro que están con él huidos en Bruselas y los dos que continúan en prisión (Oriol Junqueras y Jordi Sànchez) estén en "condiciones de participar".
"En eso estamos", ha dicho tras reunirse con Torrent, con el objetivo de "respetar el mandato del 21 de diciembre, con una mayoría que me propone como candidato, y que hay que respetar". "Nuestra exigencia al Estado español es que retire todos los elementos que impiden la normal celebración del pleno" tal y como desearían los partidos independentistas..
El "mandato" del 21-D es que él sea presidente
Puigdemont asegura que van a intentar que la investidura sea "lo que los ciudadanos quieren", si bien no ha querido entrar en especulaciones de si en caso de no celebrarse su investidura se convocarían nuevas elecciones autonómicas.
Sí ha insistido en que el "mandato" de las urnas surgido de las elecciones catalanas del 21-D, tildando la situación creada de "chantaje" y "esperpento".
Por lo tanto, según sus propias palabras, el objetivo es que el Parlament pueda debatir, que el debate "exprese la voluntad de los ciudadanos" y que se "restituya lo que el Gobierno español ha querido cargarse".
Por su parte, Torrent no ha dudado en referirse a Puigdemont como "presidente" y se ha referido a él en este sentido como "máxima autoridad de Cataluña". Y también ha defendido que se necesita un Govern "posible y eficaz" que pueda trabajar "desde el minuto uno" y que "deben recuperarse las instituciones de las manos del 155".
El Gobierno impide la reunión en la delegación de la Generalitat
El viaje a Bruselas del presidente del Parlament catalán para reunirse con Puigdemont y ver a los otros cuatro exconsejeros huidos derivó antes de esto en un nuevo pulso entre el Gobierno y los representantes independentistas, centrado esta vez en el uso de la delegación de la Generalitat en la capital belga.
El Gobierno prohibió la entrada de Puigdemont y los cuatro exconsellers huidos a la delegación de la Generalitat ante la Unión Europea, donde Torrent les había citado. También dio instrucciones a la delegada de la Generalitat en Bruselas para desconvocar la rueda de prensa posterior, ya que se había realizado "sin autorización ni información" a la Consejería de Asuntos Exteriores.
Según han confirmado fuentes del Ejecutivo, esa cita no iba a producirse en ese edificio, ya que con la aplicación el artículo 155 de la Constitución controla la Generalitat y el Gobierno ordenó el cierre de la oficina "hasta nueva orden para evitar posibles aglomeraciones".
Tras conocer las instrucciones del Gobierno, Puigdemont y Torrent acordaron reunirse en la sede de la Alianza Libre Europea (ALE), partido europeo que incluye, entre otros, a ERC.
Estudian acciones judiciales contra el Gobierno
Al finalizar su encuentro, celebrado a puerta cerrada, el presidente del Parlament y Puigdemont han calificado respectivamente de "intolerable", "indignante", "injustificable" y "vergonzoso" que el Gobierno no haya permitido reunirse "a la primera y la segunda autoridad política del país" y Torrent ha pedido a los servicios jurídicos de la Generalitat que analicen si cabe emprender acciones legales contra el Ejecutivo tanto desde el marco jurídico español como belga.
Ha considerado una "violación de los derechos fundamentales" de los diputados electos que no puedan participar en la investidura, y como presidente del Parlament catalán, se ha comprometido a velar por que se cumplan los derechos de los diputados que se encuentran en prisión o huidos en Bélgica.
A vueltas con la forma de la investidura
Roger Torrent ha viajado a Bruselas para reunirse con Puigdemont y analizar con él y los cuatro exconsellers el actual escenario político catalán y los términos en los que se podría celebrar una eventual investidura abocada a día de hoy a ser a distancia o telemática; en definitiva, sin el necesario requisito de la presencia del candidato a presidente de Cataluña en la Cámara autonómica.
Puigdemont pidió el martes desde Dinamarca poder volver a España "sin riesgo" para afrontar la investidura tras retirar su petición de voto delegado para la sesión de investidura.
En sus declaraciones en Copenhague, el propio expresident no descartó una investidura presencial, pese a que el Gobierno insiste en que será detenido en el mismo momento en que llegue a España, y de hecho el Ministerio del Interior ha realizado un despliegue policial que interceptaría un eventual y furtivo regreso de Puigdemont.
Mientras, Junts per Catalunya, ERC y la CUP -las tres fuerzas que apoyarían a Puigdemont para volver a ser presidente- analizan la forma en la que se puede desarrollar una investidura que podría ser telemática o delegada, a través de un diputado que leería el discurso del candidato. Esta última opción parece cobrar más fuerza, según fuentes parlamentarias citadas por TVE.
Los exconsejeros fugados en Bélgica (Lluís Puig, Toni Comín, Meritxell Serret y Clara Ponsatí) valoran todavía si renuncian o no al acta de diputado para asegurar la mayoría independentista en el debate de investidura. El diputado de JxCat y exconseller de Cultura Lluís Puig ha asegurado este miércoles en declaraciones a TV3 estar dispuesto a "lo que haga falta" para no poner en peligro la suma necesaria de 68 escaños.
Con la sustitución de como mínimo tres diputados en Bélgica, contando con que la CUP sumara sus cuatro votos a los 66 de JxCat y ERC, los independentistas se asegurarían para la investidura al menos 68 votos -sin contar el de Puigdemont, pero sí el de los diputados que permanecen presos, que ya pudieron delegar su voto en la sesión constitutiva- sin que hiciera falta recurrir al voto delegado de nadie.