Tillie Walden: "El patinaje era mi forma de escapar del mundo real"
- En Piruetas, la dibujante narra su adolescencia, el bullying que sufrió y su salida del armario
- Un cómic nominado a mejor obra extranjera en el Salón del Cómic de Barcelona
Con solo 22 años, Tillie Walden (1996) se ha convertido en una de las voces más brillantes del actual cómic norteamericano gracias a Piruetas (La Cúpula), una obra autobiográfica en la que desnuda los sentimientos contradictorios que vivió durante los 12 años que hizo patinaje artístico y que estuvieron marcados por la autorepresión de su homosexualidad, el bullyng que sufrió en el colegio y la escasa atención de su familia.
Un cómic con el que la joven autora es candidata al Premio a la Mejor Obra Extranjera Publicada en España en el Salón del cómic de Barcelona y con la que ya ha logrado dos Premios Ignatz. La novela gráfica también figuró en la lista de los 50 cómics esenciales de 2017 que elabora anualmente la Asociación de Críticos y Divulgadores del cómic (ACDCómic).
Aunque pueda parecerlo, no es una historia de superación gracias al deporte, sino que Tillie lo define como: “Una historia Coming-of-age, de maduración, porque se centra en el crecimiento psicológico y moral de la protagonista, de mi paso a la vida adulta".
“Me gusta –añade- que cada lector lo descubra de diferentes maneras. Hay gente que llega al cómic por el tema del deporte y otros por los sentimientos. Espero que a la gente le sorprenda y, más allá de eso, que cada uno lo defina como quiera”.
El patinaje contra el bullying
En el cómic Tillie describe cómo a los 12 años el patinaje era su única forma de desconectar del bullying y de una familia que no la prestaba atención. “Me sentía como si no tuviera futuro. Era muy infeliz. Me sentía muy sola. El mundo del deporte, en general, y del patinaje artístico en particular era el único sitio en donde me sentía segura. No era capaz de descubrir el mundo real que había más allá del deporte”.
“El patinaje era una forma de escapar del mundo real pero también una prisión -añade Tillie-. Por un lado está el aspecto físico, porque aprendes a controlar tu propio cuerpo, moverte muy rápido, saltar en el aire… de esa forma pierdes el miedo a los cambios que experimenta el cuerpo de un adolescente”.
“Pero por el otro lado –añade Tillie- estaba el tema de la competición, la necesidad de ganar. Eso era un peso añadido”.
En el cómic Tillie confiesa cómo sufrió acoso escolar (bullying) y no se atrevió a denunciarlo. “El bullying trata de tener poder sobre alguien y yo me sentía más pequeña cuando lo sufrí. El patinaje es un deporte individual en el que todo el poder viene de ti mismo, de tu interior. Y cuando patinas te mueves tan rápido que sientes que puedes huir de todos tus problemas, de cualquier persona. Era mi forma de escapar”.
“Por otra parte –añade- competir y ganar atraía la atención de mi familia y eso hacía que quisiera seguir compitiendo para seguir teniendo su cariño”.
Tillie recomienda a los niños que se sientan acosados que lo denuncien. “Lo primero es darse cuenta de que hay adultos a nuestro alrededor. Cuando eres adolescente piensas que no van a poder ayudarte, que no pueden hacer nada. Pero lo primero que hay que hacer es intentar conseguir su ayuda, ya sea en los padres o los profesores”.
“También –añade- hay que evitar la victimización. Nunca sentir que ese acoso es culpa tuya. Cuando caminas por tu instituto hay que caminar con seguridad y tener muy claro que nadie se merece eso. Por eso hay que intentar trabajar la autoconfianza para que podamos usarla como un escudo”.
“El bullying entre niños y adolescentes puede ser físico, violento, aunque el que yo sufrí fue más sutil. Tenía que enfrentarme a muchas cosas y muy diferentes que no eran fáciles de afrontar” -concluye Tillie-.
"Oculte mi homosexualidad por miedo"
Tras tantos años ocultando sus sentimientos, plasmarlos en esta novela gráfica “Ha sido terapéutico y catártico –asegura-. Me ha ayudado a confiar más en mi misma. Esas experiencias y miedos, que oculte tanto tiempo, llegaron a ser asfixiantes. No controlaba mi vida. Y al contarlo en este cómic siento que me he liberado de todo ese peso que me dominaba, que me impedía avanzar”.
En el cómic Tillie confiesa que sabía que era homosexual desde que era una niña, pero que no se atrevía a expresarlo públicamente. “Cuando empecé a dibujar me di cuenta de que se me daba bien y decidí que el siguiente paso era aceptar esa otra parte de mí misma, la de ser gay, y expresarlo públicamente. Ser buena dibujando me dio confianza y fuerzas para salir del armario”
Tillie añade que: “La gente del patinaje sobre hielo no lo supo hasta que salió el libro porque eran muy conservadores, algunos eran incluso homófobos. Y lo oculté porque temía por mí seguridad”.
"El cómic me ha permitido cambiar mi vida"
Cuando tienes algún problema, escribirlo (o dibujarllo) puede ser el primer paso para afrontarlo, como le sucedió a Tillie. “El dibujo y los cómics me han permitido cambiar mi vida. En el patinaje sólo hay un camino por el que tienes que avanzar obligatoriamente. Pero el mundo del cómic me permite cambiar de opinión. Puedo pasar de una cosa a otra en un momento y sin ningún problema. Si lo comparas con el patinaje, pienso que el cómic tiene un potencial ilimitado”.
“En el cómic puedo hacer lo que quiera sin que me juzguen, mientras que el patinaje va precisamente sobre eso, te están juzgando constantemente a través de la competición. En el cómic me siento más libre y con menos presión”.
Tillie pone como ejemplo la reciente película I, Tonya, sobre la vida de la patinadora Tonya Harding. “Me encanta. Es la primera película que he visto que refleja realmente el mundo del patinaje artístico. Que puede ser muy cruel. Me sentí muy reflejada con muchas de las dificultades a las que se enfrentó Tonya. Pero mientras ella pudo superarlas, yo decidí dejar el patinaje”.
“Desde que lo dejé solo he vuelto a patinar una vez -añade-. Fue en una sesión fotográfica para promocionar este cómic. Pero me sentí muy extraña. Sólo di un par de vueltas porque para mí fue como reencontrarme con algo que formaba parte de mi pasado. No he vuelto a patinar y no creo que lo haga en un futuro cercano. Aunque sigo teniendo los patines en casa”.
Tillie asegura que, a pesar de haber madurado, en parte gracias a este libro, “Una parte de mi sigue siendo muy solitaria. Intento transformarla en algo útil para contar historias. Al final se trata de intentar aceptarse a uno mismo, usando esas inseguridades para intentar superarlas y para contar historias”.
Tillile solo usa dos colores en Piruetas, el violeta y el dorado. “El amarillo es por las medallas y el patinaje -confiesa- pero también por la iluminación dorada de las pistas de hielo. Y sobre todo por el traje que tuve que llevar mucho tiempo y que era amarillo y dorado. Otras niñas podían permitirse cambiar de traje pero era el único que yo tenía. Y acabé asociando esos colores al patinaje”.
Sus proyectos
Tillie también realiza un cómic por internet llamado On a sunbeam. “Todo lo que hago tiene que ver con los sentimientos. Pero On a sunbeam es mucho más positivo que Piruetas. Piruetas trata de mi visión personal del mundo pero On a sunbeam tiene más que ver con las experiencias de un grupo de mujeres que descubren el mundo”.
“Es una serie de ciencia ficción -añade-, que transcurre en un mundo fantástico. Un mundo muy exuberante, con mucha vegetación… y con personajes muy pintorescos”.
En cuanto a sus proyectos Tillie asegura que: “Estoy trabajando en un libro del que no puedo hablar. Pero mi intención y la de mis editores, es sacar un libro nuevo cada otoño”.
Si son la mitad de buenos que Piruetas podemos pronosticar que estamos ante una de las dibujantes de cómic más interesantes de los próximos años.