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Las dos Coreas comienzan las reuniones de familias separadas por la guerra

  • Este lunes 89 surcoreanos se han reencontrado con sus familiares después de casi siete décadas
  • Norte y Sur han acordado 20 rondas de encuentros de familias separadas en los últimos 18 años

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Familias coreanas del Norte y del Sur se reencuentran tras décadas de separación

Corea del Norte y Corea del Sur han celebrado este lunes las reuniones de familias separadas por la guerra civil (1950-1953), las primeras de este tipo que tienen lugar en casi tres años y en plena etapa de acercamiento entre ambos países.

El Ministerio de Unificación del Sur ha informado de que un grupo de 89 surcoreanos han cruzado este lunes la frontera con destino a un hotel del monte Kumgang, en la costa suroriental norcoreana, donde se reencontrarán con familiares a los que no han visto desde hace casi siete décadas.

Seúl y Pionyang han organizado esta semana una nueva ronda de encuentros entre familias que quedaron divididas a ambos lados de la frontera tras el conflicto civil, mientras quedan cada vez menos coreanos con vida que hayan experimentado en sus carnes el drama de la separación de la península.

Reencuentro después de 65 años

Los participantes, que tienen en su mayoría entre 70 y 80 años podrán ver a sus allegados en seis sesiones a lo largo de tres días, que sumarán en total once horas de encuentros. Hasta el próximo domingo se llevarán a cabo esta nueva ronda de reuniones familiares del primer grupo en las que participarán en torno a dos centenares de familias de ambos países.

Uno de los participantes, Hwang U-sok, ha afirmado que no pudo conciliar el sueño en la víspera debido a los nervios antes de reencontrarse con su hija, que vive en el Norte, según han recogido los medios locales. El anciano señaló que es "su única oportunidad" para volver a ver a su hija, de la que se vio obligado a separarse cuando ésta tenía tres años.

Por su parte, Han Shin-ja, una mujer de 99 años, no pudo hacer mucho más que llorar cuando vio a sus dos hijas, Kim Gyong-sil y Gyong-yong, ambas septuagenarias, durante las dos horas de reunión. Las tres mujeres solían vivir en la ciudad de Heungnam -hoy Corea del Norte- cuando estalló el conflicto, y se separaron en enero de 1951.

Otra participante, Lee Keum-seom, una surcoreana de 92 años, rompió a llorar cuando llamó a su hijo Sangchol, de 71 años, en su primer encuentro en décadas, en el que la nonagenaria estrechó sus manos mientras se interesaba por el número de hijos de su reencontrado vástago.

Ambiente de reconciliación entre Norte y Sur

La celebración de estas reuniones, las primeras de este tipo desde octubre de 2015, fue acordada por el presidente surcoreano, Moon Jae-in, y el líder norcoreano, Kim Jong-un, durante su histórica cumbre de finales de abril. Las dos Coreas han organizado 20 rondas de encuentros cara a cara entre familiares separados en los últimos 18 años, y coincidiendo con fases de distensión entre estos dos países que continúan técnicamente en guerra.

El número de surcoreanos registrados para solicitar plaza en estas reuniones era de 132.124 en mayo -el 86% de los cuales tiene 70 años o más-, aunque se cree que únicamente siguen vivos unos 57.000.

Unos 20.000 coreanos de Norte y Sur han participado en todas las reuniones organizadas desde el año 2000, aunque algunos de estos eventos tuvieron lugar por videoconferencia. Estas rondas de reencuentros se vieron interrumpidas desde 2016 a raíz de la intensificación de las pruebas nucleares y de misiles del Norte, lo que dio lugar a una etapa de tensión que se prolongó hasta el proceso de deshielo emprendido a comienzos del presente año.

En la cumbre celebrada el 27 de abril en la frontera intercoreana, Moon y Kim también se comprometieron a trabajar para lograr la total desnuclearización de la península y para gestar un texto que reemplace el alto el fuego multilateral -incluye a Estados Unidos- que puso fin a la Guerra de Corea (1950-53).

Los líderes de Norte y Sur podrán continuar con este proceso de acercamiento en otra cumbre prevista para septiembre en Pionyang, y que se espera que sirva también para desatascar el diálogo sobre desnuclearización emprendido a su vez entre el hermético régimen y Estados Unidos.