Supersticiones para atraer el Gordo de la Lotería
- María José es una mujer con suerte, y lo achaca a que "trabaja las energías buenas"
- Busca tu número favorito para la Lotería de Navidad y sabrás dónde comprarlo
La Lotería de Navidad es una tradición que muchos participantes acompañan con rituales supersticiosos, desde entrar en la administración de Lotería con el pie izquierdo a pasar el décimo por el lomo de un gato negro o poner una vela al santo de su devoción. Es común soñar con números o ver señales en el entorno cotidiano.
Otras manías son pedirle al lotero que les de el décimo con la mano derecha o acercarse al despacho por la izquierda en los días impares del mes o por la derecha en los días pares. Un número que algunos consideran de mala suerte como el 13, para otros como la escritora Carmen Posadas es su cifra favorita. El Gordo también es caprichoso e incluso ha terminado en el 666, número asociado con el diablo, entre otras curiosidades.
María José es colombiana, vive en Madrid, y tiene algunas supersticiones para el 22 de diciembre. Detalla a RTVE.es que coloca "moneditas de céntimos en los rodapié de la casa. Hay que irlas renovando, el dinero tiene que estar funcionando, al mes quitarlas y poner otras, que ese dinero que has tenido ahí parado vuelva a andar, a moverse".
Esta madrileña de adopción tiene otros trucos para llamar a la suerte: "Hago rituales para limpiar la casa y atraer las buenas energías. También enciendo velas verdes, que llaman al dinero, pero solo cuando me apetece. También hago rituales de rezos para que el dinero no falte. Y a San Pancracio le pongo perejil en rama. Hay plantas que llaman al dinero".
“¿Un ritual para que toque la Lotería? ¡Eso no funciona!“
Con todo reconoce que "¿un ritual para que te toque la Lotería de Navidad? ¡Eso no funciona!". María José se considera una mujer con suerte y sostiene que "más que hacer rituales, es atracción con la mente, pero sin obsesionarse, porque entonces en vez de atraer la suerte, la aleja".
Sus amigas confían en su buena estrella y le piden que les compre la lotería: "Me dicen "del que tú cojas, cógeme para mí". La lotería no se puede regalar, hay que pagarla siempre, o cambiarla por otro décimo", cuenta. Desde hace años le envían un número desde Murcia, porque le llamó la atención en un viaje, además lleva seis o siete números más, que intercambia con amigos y familia.
María José no tiene el pálpito de que le vaya a tocar el Gordo esta Navidad, pero no descarta acercarse a la madrileña Puerta del Sol para coger tres o cuatro décimos en Doña Manolita "porque es lotería y no sabes, yo la suerte la tengo, así que puede tocar". Su conclusión es clara: "Lo más importante es creer. No puedes decir a mí no me toca, yo no tengo suerte. Cree en ti y todo viene a pedir de boca".
El don de la buena suerte
María José afirma que tiene el don de la buena suerte. "Las casas problemáticas de peleas o insultos provocan que la energía no es buena y no fluya el dinero en el hogar, como entra sale. Esas personas nunca prosperan por el mal ambiente en el que viven", asevera sin pestañear.
Es supersticiosa y juega a casi todo: al cupón de los "ciegos" (sorteo de la ONCE), lotería nacional, Euromillón, aunque prefiere La Primitiva en la que le tocaron 300.000 euros. Cuenta que fue a que le echaran las cartas y le pronosticaron que antes de Navidad cogería dinero para hacer "un buen apaño" y así fue. El 8 de diciembre de 2012 le tocó la Primitiva. "Eran los números que llevaba echando un año, porque los había soñado".
Otro sueño le anunció que iba a tener que compartir el premio: "Yo iba por la calle y me encontraba monedas. Las recogía, y entonces cuatro personas se me ponían delante para quitármelas". Otra profecía cumplida: ese día la Primitiva tuvo cinco acertantes que cobraron 300.000 euros cada uno. Si le hubiera tocado solo a ella, se habría llevado un millón y medio de euros.
También le ha pasado haber soñado con algún número y, al ir a comprarlo, saber que había salido el día anterior, sobre todo con la ONCE, pero acepta el destino y los caprichos de la suerte. Confiesa que tenía que ser así: "Si te tiene que tocar, te toca. Y si no, es que no era para ti".
María José insiste en que "a cualquiera le puede tocar. ¡Por eso se llama lotería!. Nunca hay que decir si a mi no me toca, no voy a jugar. Nunca. Yo la palabra ruina nunca me sale de la boca, nunca hay que sacarla, ni pobreza, ni nada malo. El pensamiento tiene que ser bueno para que la energía sea buena".