La igualdad entre hombres y mujeres, una vía para favorecer el desarrollo en América Latina
- Manos Unidas reúne a seis expertas para reflexionar sobre abusos, trata, pobreza y feminicidio en América Latina
- Bolivia, Colombia, El Salvador, México, Paraguay y Perú están entre los países con mayor índice de violencia contra la mujer
La igualdad entre hombres y mujeres hace que las sociedades se desarrollen más y mejor. Esta es una de las conclusiones a las que han llegado las seis expertas en violencia contra la mujer que ha reunido Manos Unidas en Madrid con motivo de su 60 aniversario.
"Una de cada tres mujeres de hoy no es como te imaginas", se puede leer en la campaña de la ong católica, con motivo de sus 60 años de lucha contra el hambre. "La mujer del siglo XXI. Ni independiente, ni segura, ni con voz", completa su lema Manos Unidas que, durante los tres próximos años, incidirá de un modo especial en la situación de vulnerabilidad que vive la mujer en todo el mundo.
"Creemos en un mundo donde los derechos de la mujer, su formación, sus capacidades y su independencia sean una realidad; también en aquellos países donde, por desgracia, siguen siendo excluidas", explican desde esta organización comprometida con la erradicación de la pobreza.
Una de las actividades organizadas para celebrar estos 60 años ha consistido en una mesa redonda con el título "Mujeres contra la violencia en América Latina" donde han reunido a seis expertas procedentes de algunos de los países con mayores índices de violencia contra la mujer: Bolivia, Colombia, El Salvador, México, Paraguay y Perú.
- Lizete Hernández (México). Asociación civil Kalli Luz Marina. Trabaja en la prevenciónde la violencia de género y en la atención a mujeres indígenas víctimas de esta violencia. Además, trabaja para lograr la dignificación de personas desaparecidas.
- Ana Ruth Orellana (El Salvador). Movimiento Salvadoreño de Mujeres. Trabaja para garantizar los derechos humanos de las mujeres y en asuntos relacionados con políticas públicas de apoyo a la mujer, prevención de la violencia de género, talleres de masculinidad y formación de alternativas generadoras de ingresos.
- Mirta Lezcano (Paraguay). Organización Tatarendy - 'Llama que arde'. Trabaja para garantizar los derechos humanos de las mujeres vulnerables en barrios marginales de Asunción y apoyando a mujeres en situación de calle y contexto de prostitución.
- Diana Marcela Torres (Colombia). Servicio Jesuita a Refugiados. Trabaja para defender el acceso a los derechos humanos de la población colombiana desplazada por el conflicto y, actualmente, para apoyar a la población migrante venezolana.
- Marta Noya (Bolivia). Centro Juana Azurduy. Prevención de la violencia contra la mujer a través del asesoramiento jurídico, social y psicológico. El programa también incorpora atención y terapia para hombres agresores.
- Desiree Bozzeta (Perú). Esclavas Adoratrices del Santísimo Sacramento. No es religiosa. Trabaja con mujeres víctimas de trata y tráfico con fines de explotación sexual.
Escandalosas cifras oficiales
En México asesinan a nueve mujeres cada día. "Sólo en el estado de Veracruz, a día de hoy, han asesinado a 33 mujeres en lo que va de 2019. Eso según las cifras oficiales", denuncia la psicóloga Lizette Hernández.
"En El Salvador el índice de mujeres asesinadas es altísimo. En lo que llevamos de 2019 han matado a 262. Y en diciembre de 2018 fueron 364. Estas son las cifras oficiales", repite la coletilla Ana Ruth Orellana al hacer recuento de los feminicidios en el pequeño país centroamericano.
"En Paraguay cada siete días muere una mujer por feminicidio. Y siete mujeres al mes por problemas en el parto", añade Mirta Lezcano al explicar la situación de un país donde "somos las últimas y ni siquiera tenemos un registro unificado de denuncias por violencia de género". Lezcano recuerda a los asistentes que Paraguay fue el último país latinoamericano en permitir el sufragio femenino. Las mujeres empezaron a votar en 1961.
La colombiana Diana Marcela Torres explica que en su país, el año 2017, hubo 103.481 denuncias de mujeres por violencia, y que en 2018 la cifra se había incrementado un 3,5%. "Estamos satisfechas porque creemos que la violencia es la misma pero que han aumentado las mujeres que dan el paso y denuncian. Aunque manejamos estudios que indican que de cada diez casos sólo se denuncian tres", argumenta esta trabajadora del Servicio Jesuita al Refugiado.
Desiree Bozzeta apuntaba que, "en Perú, el 9 de enero de este año ya teníamos nueve víctimas de feminicidio". Y apuntaba la necesidad de llegar a los hombres, a la masculinidad, para acabar con el machismo y la sociedad patriarcal que hace daño y mata.
Educar a los hombres y empoderar a las mujeres
"Queremos una justicia justa", explicaba la mexicana Hernández al tiempo que recordaba la necesidad de la "formación en nuevas masculinidades para los hombres". Esta promotora de los derechos humanos explicó que sólo se puede mejorar la vida de las comunidades apostando por las mujeres. Algo en lo que han coincidido las seis expertas en violencias contra la mujer. "Los derechos de las mujeres no son negociables", apuntaba la salvadoreña Orellana quien también compartía su experiencia de trabajo "con los compañeros de vida de las mujeres trabajamos en su masculinidad".
La paraguaya Lezcano ahondaba en esta idea: "Si ayudas a una mujer, transformas a toda la familia". Y la psicóloga mexicana reforzaba esta tesis explicando que "cuando hay más igualdad entre hombres y mujeres, la comunidad alcanza un desarrollo mayor".
A la pregunta de RTVE.es sobre por qué los hombres no sufrían la misma violencia que las mujeres la respuesta fue unánime. Las seis expertas se refirieron de una u otra manera al "sistema patriarcal" y la "educación machista" donde la mujer siempre ha sido vista como "cuidadora". La representante de Paraguay, Mirta Lezcano, lo explicó con un ejemplo: "El guaraní es la otra lengua oficial de mi país. Para referirse a la esposa, en guaraní se dice 'mi servidora'".
Derecho a una vida libre de violencia
"Soy una sobreviviente del patriarcado", explica la salvadoreña Ana Ruth Orellana antes de contar que su organización ha formado a 1.200 mujeres: "Son lideresas que transitan la ruta de acceso a la justicia".
Por su parte la representante mexicana aprovecha para pedir a la ong católica de voluntarias "que los proyectos que financian sean liderados y ejecutados por mujeres" para asegurar así una ruptura con la cultura patriarcal.
Todas vuelven a coincidir en la educación como herramienta para cambiar el mundo y favorecer la justicia. Algo en lo que Manos Unidas lleva trabajando seis décadas poniendo a las mujeres en un lugar destacado. Para esta ong las mujeres son imprescindibles en el desarrollo humano de las personas más desfavorecidas.
Esto no quita que reconozcan que la vida de la mujer discurre dentro de unas condiciones que pueden considerarse como "una violación generalizada de sus derechos". De ahí que el lema de su campaña este año sea: "Un tercio de las mujeres del siglo XXI no son como te las imaginas: ni independientes, ni seguras, ni con voz".