Urbanismo de género o cómo las mujeres rediseñan la ciudad
- Barcelona, Madrid o Valencia comienzan a incorporar la visión de las mujeres en la planificación urbana
- A través de unas "marchas exploratorias" detectan zonas inseguras, poco iluminadas o accesibles para mejorarlas
Mejorar la iluminación de las calles, hacer más visibles las zonas más inseguras o aumentar la frecuencia de paso de los autobuses intraurbanos en algunas zonas más aisladas. Se basan en el "urbanismo de género", que promueve la incorporación de la visión de género, en especial, de la mujer, en la organización urbanística y la gestión del espacio público.
Incluir las necesidades de la vida cotidiana de las mujeres ha sido una de las asignaturas pendientes de muchas administraciones locales. En Madrid, Valencia y Barcelona ya han tomado medidas para que deje de ser así.
En Barcelona, desde marzo de 2017 incluyen reformas como estas en todas sus políticas urbanísticas para “conseguir una ciudad más justa, igualitaria, segura y sin barreras”. En la Colonia Santiveri, en la Zona Franca de Barcelona, último reducto habitado de la ciudad entre varios polígonos industriales inundados de fábricas y almacenes, han comenzado a hacer aceras más anchas y a incorporar escaleras mecánicas.
Unas remodelaciones que se han llevado a cabo con la participación de las propias mujeres. Se han organizado en diez grupos de diferentes barrios e iniciaron las "marchas exploratorias de vida cotidiana", visitas in situ con técnicos municipales con el objetivo de señalar los puntos que creían que se debían reformar. "Todos los puntos más conflictivos, que estaban más escondidos se han quedado más visibles más iluminados", reconoce una vecina del barrio de La Marina.
“Cuando tienes miedo, tú misma te censuras y tienes miedo, no vas o no pasas por ese lugar“
En Madrid, también se organizan desde hace tiempo en barrios como Usera, Fuencarral o Chamartín. Según cuenta a RTVE.es Inés Sánchez de Madariaga, la actual directora de cátedra UNESCO de género del departamento de urbanismo de la Universidad Politécnica de Madrid y asesora de la directora ejecutiva de ONU Habitat, estas marchas mezclan una metodología interesante: "Es una combinación de los conocimientos de los técnicos de los ayuntamientos y la experiencia de las mujeres".
Sánchez recuerda que la percepción de la seguridad de las mujeres afecta al uso de los espacios urbanos. "Cuando tienes miedo, tú misma te censuras y tienes miedo, no vas o no pasas por ese lugar", alerta.
Una vieja reivindicación que da sus primeros pasos
Tradicionalmente, el diseño urbanístico siempre ha mirado de lejos la incorporación de la igualdad de género en la planificación urbana y en la legislación. Según la propia UNESCO, debido a la rápida urbanización de las ciudades. Un fenómeno que ha causado obstáculos en el día a día de las mujeres.
"Las ciudades se han construido priorizando lo productivo, vinculada al mercado laboral, mientras que lo vinculado con lo reproductivo y con las actividades comunitarias, políticas y personales, se ha dejado a un lado", denuncia Blanca Valdivia, investigadora de "género del espacio" y miembro del colectivo P6.
A nivel internacional, las políticas de género empezaron a integrarse en las políticas públicas a raíz de la Conferencia Mundial sobre la Mujer en Pekín de 1995 y se fortalecieron con el Tratado de Ámsterdam en 1999.
En España, a finales de los años 90, ya empezaron las primeras investigaciones sobre "urbanismo y género". En 2003 se elaboró el primer manual de urbanismo con perspectiva de género y se empezó a promover una red de expertas sobre este tema en toda Europa; todo ello impulsado por Inés Sánchez de Madariaga. Sus estudios son pioneros a nivel europeo y a nivel mundial.
La trasposición de una directiva europea en 2003 introdujo la exigencia del informe de impacto por razón de género en los planes de urbanismo. Desde entonces, aunque todos los planes urbanísticos estaban obligados a cumplir este requisito, no se había aplicado. A raíz de la sentencia del Tribunal Superior de Justicia de Madrid, que anuló el plan general de ordenación urbana de Boadilla del Monte en 2018 por no contar con el informe de "impacto de género", los consistorios ya lo están haciendo. Sánchez pone como ejemplo Extremadura, donde están pendientes de la aprobación de la incorporación de un anexo técnico sobre género en las leyes de ordenación territorial y urbanística sostenible.
Más allá del urbanismo feminista
Aunque los expertos en arquitectura denuncian que cuesta llegar los equipos técnicos de los ayuntamientos para incorporar las necesidades del día a día de las mujeres en las normativas, ahora, empiezan a introducirlo a nivel legislativo.
“Ahora hay mucho interés por parte de responsables técnicos por saber cómo se vive la ciudad como mujer“
Para este cambio, dice Sánchez, ha sido vital la incorporación de la mujer con capacidad de decisión en los consistorios: “Hace 15 años, tan sólo participaba en charlas como experta, ahora encuentro bastante receptividad y mucho interés por parte de responsables técnicos por saber cómo se vive la ciudad como mujer”.
Según la arquitecta que persigue la aplicación del enfoque de género, Zaida Muxí, el objetivo es poner en igualdad de condiciones esas necesidades que derivan del rol de género. "Poner el centro la vida de las personas. Con ello, el objetivo es descubrir y trabajar cuales son estas necesidades para dar respuesta. Por ejemplo, tener en cuenta quién hace las tareas domésticas, los cuidados de las personas mayores o niños para adecuar el acceso o el transporte público", aclara Muxí.
Además, siempre se puede ir más allá e incorporar más sectores de la sociedad en las normativas. "Hay una primera diferencia que tiene que ver con los roles de género hombre-mujer. Después, puedes agregar edades, capacidades, economía", confirma Zaida Muxí.
En definitiva, mirar el diseño de las ciudades para contribuir a mejor las vidas de las personas.