Romeva defiende que el "derecho de autodeterminación" no es ilegal en España y que lo que hicieron es "lícito y legítimo"
- El exconseller de Exteriores se suma a la estrategia de Junqueras, con quien comparte defensa: "Soy un preso político"
- Dice defender unos valores "demócratas y europeístas" desde el banquillo frente a una "acusación" (Vox) que los amenaza
El exconseller de Exteriores en la Generalitat Raül Romeva, ha defendido ante el tribunal que juzga el "procés" independentista catalán la existencia de un "derecho de autodeterminación", no presente en la Constitución pero que, ha señalado, tampoco prohíbe, razón por la que considera "lícito, legítimo y legal" todo lo que hicieron y que es el Estado el que debe a Cataluña una "solución política" a sus demandas.
En la cuarta jornada del juicio del "procés", el exconseller de Exteriores en el Govern de Carles Puigdemont se ha esforzado en enmarcar el desafío independentista catalán como un ejercicio del "derecho a la autodeterminación", del que ha asegurado que "no hay ni un solo tratado internacional o europeo" que lo prohíba, tampoco la Constitución española", y que enfrenta un "principio democrático" con un "principio de legalidad", cuya solución "es política y pasa por votar".
En definitiva, el corolario en su declaración de dos horas es que él y los demás líderes independentistas están en el banquillo porque "los que tenían que haber hecho política no lo hicieron" y demanda a los jueces del Tribunal Supremo que no asuman esa responsabilidad y "devuelvan la carpeta a la política".
Todo un discurso político que Romeva pronunció después de considerar que el del "procés" es un "juicio político" y él mismo un "preso político". Una estrategia de defensa que el que fuera diputado autonómico con Junts pel Sí (2015) y ERC (2017) adoptó de Oriol Junqueras, con la que justificó responder tan solo a las preguntas del abogado que comparte con este, Andreu Van den Eyde, y que le permitió hilvanar sus argumentos sin interrupción.
A Vox: "Los que amenazan los valores europeos están entre las acusaciones"
De este modo, tampoco fue replicado cuando aprovechó varias intervenciones para criticar, sin mencionarlo, a Vox, que ejerce la acusación particular en el juicio, lamentando que los políticos como él, que defienden los principios europeos de libertad e igualdad, estén en el banquillo, mientras los que "amenazan" esos valores se sienten entre las acusaciones, lo que a su parecer "debería incomodar a los demócratas".
Para Romeva, que desgranó su currículum para presentarse ante el tribunal como un experto en resolución de conflictos y "cultura de la paz", el caso de Cataluña un "caso paradigmático" de "movilización casi espontánea", "cívica y política" de ciudadanos que "avisan a los políticos que escuchen lo que es un clamor popular".
Por eso, señala que es cuestión de "voluntad política" que se pueda encontrar la fórmula para ejercer dicho derecho y que la consecuencia es que se debe "negociar entre los actores políticos" para poder ejercer esa voluntad independentista, bajo el amparo de la ley y los tribunales como -ha citado- ocurrió en Canadá en 1998 para permitir un referéndum en la provincia de Quebec.
Romeva cree "delirante" la malversación
La Fiscalía pide para el exconseller 16 años de prisión por rebelión y malversación, ya que considera que participó en las reuniones para organizar el proceso independentista y se encargó de sufragar las llamadas embajadas catalanas (delegaciones del Govern en el exterior) y orquestar la campaña internacional del referéndum, páginas web y financiar y contratar observadores internacionales.
En su línea argumental, el exconseller ha rechazado "de plano" esta acusación y ha considerado "delirante" que se le acuse de malversar fondos públicos, teniendo en cuenta que todos los gastos de su Departamento "tienen que ver con actuaciones lícitas".
Según Romeva, la mayoría de los gastos por los que se le acusa de malversación tienen que ver con conferencias y actos similares. "¿Cómo puede ser ilícito hacer una conferencia en el Parlamento Europeo? Y menos ilícito penal", se ha preguntado.
"Manifestarse no es alzarse"
También, como los exmiembros del Govern que le han precedido en el banquillo, el exconseller de Exteriores ha negado cualquier tipo de violencia en el proceso independentista, no solo por no ser "deseable" para lograr esa menta sino por verla como un recurso "francamente poco inteligente".
Preguntado por el episodio del 20 de septiembre ante la Conselleria de Economía en Barcelona, ha afirmado que ahí solo vio "una manifestación, un ejercicio lícito y pacífico del derecho a la violencia" porque "manifestarse no es alzarse, del mismo modo que protestar no es un delito" y y que "la únicas armas fueron las de la Guardia Civil", del mismo modo que los ciudadanos catalanes ejercieron la "resistencia pasiva" en los colegios electorales el 1-O frente a la "violencia" de las fuerzas de seguridad del Estado.