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Juicio 'procés'

El mando que investigó el 1-O afirma que el referéndum buscaba "poner al Estado en una situación de conflicto"

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El referéndum pretendía "poner al Estado en una situación de conflicto", según el responsable de la investigación

El teniente coronel de la Guardia Civil que estuvo al mando de la investigación sobre la organización del referéndum del 1-O, Daniel Baena, ha asegurado en el juicio del 'procés' que la consulta era la "piedra angular" del proceso independentista y que con su celebración se buscaba la declaración unilateral de independencia o "poner al Estado en una situación de conflicto". El referéndum era la condición sine qua non para estos dos objetivos, ha añadido ante el Tribunal Supremo este testigo, que ha asegurado que Cataluña se convirtió en un "polvorín" en los meses de septiembre y octubre de 2017. Un periodo que ha calificado de "insurreccional".

Baena -testigo clave por ser el autor de los informes en los que se basó el juez instructor y la Fiscalía para hablar de rebelión y sedición- ha explicado que este objetivo de "elevar el nivel de conflictividad con respecto al Estado" estaba incluido en el documento Enfocats que se encontró en el domicilio del ex número dos del exvicepresidente catalán Oriol Junqueras, Josep María Jové, donde se encontró también la famosa agenda Moleskine, que recogía varias reuniones que mantuvieron los líderes independentistas entre 2015 y 2016.

Estos dos efectos intervenidos en los registros del día 20 de septiembre de 2017 ratificaron, según el testigo, las conclusiones a las que habían llegado los investigadores en los meses previos y es que había una "estrategia concertada" entre diversos actores para lograr la independencia donde cada uno "tiene una misión dentro del proceso general" como dar cobertura legislativa o movilizar a la ciudadanía "para facilitar medidas de presión".

El investigador del 1-O declara que con el referéndum se buscaba "poner al Estado en una situación de conflicto"

"Periodo insurreccional" hasta la aplicación del 155

El jefe de la policía judicial en Cataluña, que ha declarado sin que se le vea el rostro, ha calificado sin ambages de "periodo insurreccional" lo que se vivió en Cataluña desde los registros y detenciones del 19 y 20 de septiembre de 2017 hasta la aplicación del artículo 155 de la Constitución el 28 de octubre de ese mismo año, con protestas en los lugares de actuación policial, con "asedios" a casas cuartel y "escraches" a hoteles donde se hospedaban los agentes desplazados. "Aquello literalmente era un polvorín (...) Sabíamos que cualquier incidente pequeño podía derivar en una escala incontrolable, afortunadamente no fue así", ha resumido.

El teniente coronel de la Guardia Civil ha señalado que constataron un cambio en las protestas ciudadanas contra las actuaciones que estaban llevando a cabo para investigar la preparación del referéndum por orden del Juzgado de Instrucción número 13 de Barcelona a partir del registro de Unipost y de la Consellería de Economía el 20S tanto en el número, como su extensión por el territorio y los objetivos en un clima "claramente insurreccional" en respuesta a acciones ordenadas por jueces y fiscales.

El investigador principal sobre 1-O sostiene que el clima en Cataluña fue "claramente insurreccional"

Baena ha explicado que registraron 88 actuaciones contra la Guardia Civil en Cataluña de las 84 se concentraron en estas fechas y solo dos antes y otras dos después del 155. El testigo ha declarado que después de la activación de este mecanismo los "incidentes" cesan en su opinión por dos razones: porque ANC y Òmnium dejan de hacer llamamientos a la movilización y llaman "a la calma" y porque los Mossos hacen "dispositivos de seguridad muy eficaces que evitan cualquier tipo de incidente".

Sobre el registro en la Consellería de Economía, el testigo ha revelado que tenían autorización judicial para haber usado la fuerza si la integridad física de alguno de los miembros de la comitiva judicial hubiera estado "amenazada", pero que la hipótesis "más peligrosa" que se barajó no llegó a suceder porque los manifestantes no entraron en el edificio.

Las defensas se quejan de que utilice el adjetivo "insurreccional"

El hecho de que el testigo usara reiteradamente la expresión "periodo insurreccional" en sus respuestas a preguntas de la Fiscalía ha provocado la queja del abogado del exconseller Joaquim Forn, Javier Melero. El presidente de la Sala de los Penal, Manuel Marchena, ha respondido que el tribunal "no se siente vinculado ni da por válida" la expresión y que esta no se corresponde a ningún tipo penal más allá de que el término sea "más o menos acertado".

El propio Melero y después la abogada Ana Bernaola -que forma parte junto a Jordi Pina del equipo que defiende al expresidente de la ANC Jordi Sànchez y los exconsellers Jordi Turull y Josep Rull- han preguntado al testigo si se realizó alguna detención en relación a estas protestas de esta etapa "insurreccional" para intentar desacreditar este calificativo. Baena ha respondido que no hubo ninguna detención más allá de las efectuadas en relación con los incidentes del 1-O y ha argumentado que no las hubo para evitar un "mal mayor" porque, ha insistido, la situación que se vivía era de "polvorín".

Tanto Bernaola como el abogado del exvicepresidente Oriol Junqueras y el exconseller Raül Romeva, Andreu Van den Eyden, han centrado su interrogatorio en intentar desacreditar los informes del testigo porque son la base de la acusación contra sus defendidos, hasta tal punto, que Marchena ha interrumpido a la primera para reconvenirla por "someter a juicio el atestado" del 1-O y recordarle que "el juicio comienza con los escritos de acusación" y que "los atestados valen para lo que valen y que ya valieron".

Ante las preguntas de los abogados, el teniente coronel ha insistido en que no se investigaron "declaraciones políticas" y que los acusados lo fueron por hechos que pueden ser constitutivos de delito y "no por lo que dicen o piensan". En este sentido, ha explicado que la investigación del Juzgado de Instrucción número 13 comenzó para dilucidar si se estaba destinando dinero público a una actividad declarada ilegal por el Constitucional y que fue a medida que avanzaron las pesquisas cuando se encontraron indicios de otros presuntos delitos.

El testigo niega ser "Tácito" en Twitter

El abogado del exvicepresidente Oriol Junqueras y el exconseller Raül Romeva, Andreu Van den Eyden, ha comenzado su interrogatorio preguntando al testigo sobre si conoce la cuenta de Twitter de un tal Tácito [@nmaquiavelo1984] que lanzaba mensajes contra el independentismo y que ya no está operativa. "Ya sé por qué lo pregunta", ha respondido Baena que ha negado ser el dueño de esa cuenta bajo pseudónimo.

Público difundió en febrero de 2018 que el teniente coronel estaba detrás de este perfil de Twitter donde se escribieron comentarios como "Ponga las urnas en el suelo. Lentamente. Las manos detrás de la cabeza. Sin movimientos bruscos. Gire". Tuits que según han alegado las defensas comprometen la imparcialidad de los informes sobre el 1-O realizados por el testigo.

"No soy propietario de ese cuenta", ha dicho con rotundidad el testigo, que ha subrayado que ya se había desmentido en la prensa y en sede parlamentaria y que la "confusión" se produjo porque él seguía a ese usuario. Sin embargo, se ha mostrado más dubitativo cuando el letrado le ha preguntado por si él ha usado la misma foto de la serpiente que ese usuario tenía en su perfil de Twitter en su perfil de Facebook o Instagram a raíz de una nueva información de este martes de Público en este sentido. Baena ha dicho primero que no sabía a qué foto se refería el abogado para luego decir que podía haberla utilizado pero que creía que no.